Calificado por analistas como una versión 2.0, o incluso como un “Trump con sustancia”, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, aparece como una posible carta presidencial republicana para 2024. Impresión que solo creció con su aplastante victoria en los comicios de medio mandato del martes, donde logró la reelección al vencer con el 59,4% de los votos al demócrata Charlie Crist, que solo alcanzó un 40%.
Un mes atrás, cuando el huracán Ian dejaba una estela de destrucción tras su paso por el tropical estado, los medios retrataban un escenario que, si se hubiera dado con el expresidente Donald Trump en vez de con el gobernador, habría sido imposible.
“Señor Presidente, bienvenido a Florida”, le dijo a Joe Biden. Un cálido abrazo los unió, pese a las constantes críticas mutuas por sus respectivas políticas. “Apreciamos el trabajo conjunto en varios niveles de gobierno”, resaltó quien es considerado como uno de los actores claves para el futuro del Partido Republicano. Más trumpista que el propio Trump, pero también con mayor consenso y ojo político, DeSantis se muestra como un ultraconservador en plena guerra contra la cultura “woke”, término utilizado para denostar la agenda progresista.
Posible candidatura
La idea no proviene solo de analistas y medios. “Trump nunca fue una política. Lo suyo era la actitud”, dijo a BBC el exportavoz del Comité Nacional Republicano, Doug Heye. “DeSantis ciertamente incurre en las tácticas de Trump, pero hay objetivos políticos en mente detrás de ellas”, aseguró.
Con 44 años, el nombre de Ron DeSantis lleva relativamente poco tiempo en la palestra política. Oriundo de Jacksonville, el político de Florida realizó estudios en Historia, en la Universidad de Yale, para luego saltar a Derecho, en Harvard.
Mientras estaba en esta última universidad lo nombraron oficial de la Marina, siendo asignado en el área legal, específicamente en el Cuerpo de Abogados Generales. Ahí trabajó con los detenidos en la Bahía de Guantánamo y fue asesor legal de los Navy Seals desplegados en Irak para la fecha. Licenciado con honores del Ejército en 2010, sigue sirviendo como reservista de la Marina norteamericana.
Con su reciente victoria en las elecciones de medio mandato, un estado antes considerado disputado, ahora se convirtió en uno eminentemente rojo. Y Trump, hasta ahora el único contendor en una posible carrera presidencial, se ha dado el crédito por la “creación” de DeSantis.
Scott Jennings, analista republicano que ha trabajado para el expresidente George W. Bush dijo a CNN que “la decisiva victoria de DeSantis ofrece un futuro en el que el Partido Republicano podría realmente ganar el voto popular en una contienda presidencial, algo que no se ha hecho desde George W. Bush en 2004″, pese a que el gobernador no ha explicitado su intención de una carrera presidencial.
Consultada por La Tercera, la politóloga y académica de la Universidad de South Florida-Tampa, Susan MacManus, aseguró que “DeSantis es un maestro a la hora de identificar un tema que empieza a surgir, difundirlo y hacer propuestas políticas. Conoce muy bien el proceso político y cómo utilizarlo eficazmente”.
Una disputa con historia
Cuando el entonces candidato a la gobernación planteó su carrera para el cargo, una figura se encargó de levantar y apoyar su nombre. Era nada más y nada menos que el Presidente Trump. “Le conseguí la nominación. No la consiguió él, la conseguí yo. Porque en el momento en que le di mi apoyo, él lo logró. Creo que podría haber sido más amable, pero eso es cosa suya”, dijo, dolido, el magnate en una reciente entrevista a NewsNation.
Ideológicamente, ambos tienen posturas bastante similares. Para la campaña de 2018, DeSantis creció sobre la base de la polémica medida del muro con México, levantada por Trump. En un video propagandístico, se ve al entonces candidato junto a su hijo, a quien le dice que “construya el muro” con bloques de lego, mientras le enseña a otro a leer “Make America Great Again”. Según MacManus, “hay más votantes que dicen que les gustan más las políticas de Trump que Trump personalmente”, y para la politóloga ocurre algo similar con el gobernador.
Desde ahí, el abogado levantó su agenda “por la libertad” con fuerza propia. En una abierta “guerra cultural”, como le llama el gobernador, creó en marzo de este año una ley conocida por los activistas LGTBQ como “No digas gay”, donde prohibió la discusión sobre orientación sexual o identidad de género en las escuelas de Florida, también asegurando que “las oraciones de millones” fueron escuchadas, cuando la Corte Suprema eliminó el derecho constitucional al aborto.
La preocupación de Trump por un contendor serio se ha dejado notar en sus ácidos comentarios contra su otrora elegido. “Te diría cosas sobre él que no serían muy halagadoras. Sé más sobre él que nadie, aparte de, quizás, su esposa (...). Si se postula, creo que estaría cometiendo un error”, dijo Trump a Fox News Digital. Durante el fin de semana pasado, en un mitin republicano, lo llamó “Ron DeSanctimonious”, algo así como “Ron el Santurrón”.
Encuestas en Florida le dan una clara ventaja al nuevo objetivo de las burlas trumpistas, pero a nivel nacional, aún se distingue una distancia que favorece al expresidente. MacManus dijo que “se especula que podría esperar a ver cómo se resuelven varios procesos judiciales contra Trump”. Sin embargo, el exmandatario sabe que el gobernador al que alguna vez le dio su apoyo, ahora le respira en la nuca, quizás más que nunca.