El pasado 18 de noviembre, una carta enviada por la Clínica Santa María al superintendente de Salud, Patricio Fernández, encendió la primera alarma.
“Señalamos nuestra preocupación debido a los recientes incumplimientos y atrasos del pago de las obligaciones de las distintas isapres (…), que de forma trasversal nos han solicitado aplazar los pagos y créditos adeudados, señalando que, por lo pronto, no podrán hacer frente a sus obligaciones, debido a que el sistema se encontraría en crisis”, describe la misiva del gerente general, Martín Manterola, quien además declara una deuda de $ 59 mil millones por parte de las aseguradoras.
En la actualidad, esta situación se ha extendido a la mayor parte de los prestadores privados del país. “En los últimos meses hemos registrado, con mayor intensidad, un aumento en los plazos de pago producto del alto rechazo administrativo de cuentas médicas previo a su facturación”, asegura Javier Fuenzalida, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Clínicas de Chile, que reúne a los 46 principales centros privados de salud.
Según los cálculos de la organización gremial, al 31 de diciembre pasado había más de $600 mil millones en prestaciones pendientes de pago, las que incluyen “prestaciones realizadas y no facturadas, prestaciones facturadas y en proceso de pago, y aquellas vencidas”.
Fuenzalida advierte que esta situación no afecta solamente a la administración de las clínicas. “Esto es relevante para los pacientes, ya que el retraso en los pagos podría afectar su atención en caso de producirse el fin o suspensión de convenios con algunas de las isapres”, detalla.
De hecho, ya hay clínicas que comenzaron a informar del cese de convenios con algunas isapres. Así ocurrió con la Clínica Alemana, la cual desde el 13 de enero dejó de gestionar el pago para los beneficiarios no preferentes de Nueva Masvida. “El pago de las hospitalizaciones se debe realizar en forma directa a la clínica, para luego gestionar el reembolso con tu isapre”, se lee en la página web.
¿Qué significa esto? Que el paciente se ve en la obligación de cancelar o, al menos, documentar sumas millonarias una vez que recibe la cuenta, para luego ser el encargado de gestionar el reintegro de los montos con su isapre.
En Clínica Indisa también reconocen complicaciones por las deudas impagas de distintas isapres, aunque manifiestan que están buscando llegar a acuerdos. “Es un monto importante”, sostiene Claudio García, gerente comercial del recinto, quien describen que se encuentran “en pleno proceso de negociaciones y esperamos que esta situación se normalice a la brevedad, por el bien de sus beneficiarios y nuestros pacientes, que no tienen por qué pasar molestias por un tema puntual de las aseguradoras”.
Desde Clínica Santa María detallan un proceso similar. “Teniendo en consideración que nuestra prioridad es seguir entregando la mejor atención a todos los pacientes, nos mantenemos en conversaciones con distintas isapres, de manera que puedan regularizar el proceso de pago”, explican.
Entre las aseguradoras admiten problemas financieros. A septiembre pasado, las isapres declararon una pérdida de $ 138 mil millones, lo cual supera las utilidades obtenidas en los últimos dos años.
La falta de liquidez, aseguran, se debe al aumento de prestaciones asociado a la pandemia. “Es de público conocimiento que nuestro sector está enfrentando un complejo escenario financiero debido al crecimiento exponencial de las atenciones Covid y no Covid que se están realizando en los prestadores, el aumento desproporcionado de licencias médicas y el congelamiento de precios, lo que podría explicar una situación como la planteada”, dice Gonzalo Simón, presidente Asociación de Isapres.
El fantasma de Masvida
El principal temor de las clínicas es que se repita lo ocurrido con la isapre Masvida, que en 2017, producto de una crisis financiera, sufrió la cancelación del registro y fue intervenida administrativamente por la autoridad, proceso que hoy se encuentra judicializado.
En este escenario, desde la Superintendencia de Salud observan con cuidado los estados financieros de las aseguradoras.
“Hemos recibido cartas de ciertos prestadores manifestando inquietud por demora en los pagos. Las isapres no han cumplido con algunos contratos”, explica el superintendente Fernández.
La autoridad detalla que, en esta ocasión, se han tomado mayores resguardos para proteger a los prestadores y los pacientes. “Afortunadamente, vemos que hoy existe una garantía más fortalecida por parte de las isapres, que es de un 30% más de lo que había antes, a diferencia de lo que pasó con Masvida”, asegura.
Además, recalca que su institución está atenta a los problemas que todo esto pueda generar en los pacientes. “A cualquiera que no le esté cubriendo su plan puede hacer el reclamo en línea. Estamos monitoreando constantemente el pago de las prestaciones de la isapre y tratamos de resolver estas situaciones muy rápido”. Actualmente las quejas que más se han recibido apuntan a demoras en el pago de licencias médicas y cuentas médicas atrasadas.
Eso sí, Fernández destaca que, por ahora, las isapres no han incurrido en ninguna irregularidad. Además, cree que un caso como del de Masvida es difícil de que ocurra, pues muchas instituciones han respondido con aumento de capitales.b