La existencia de “dos almas” de la derecha dentro de la Convención Constitucional ha sido un tema de debate inevitable para los constituyentes de la UDI por estos días.

Cuando se supo que centros de estudios afines al sector asesorarán a un grupo de constituyentes de RN y Evópoli, las aguas se inquietaron en las filas gremialistas. El gesto se leyó como la constatación de que en el órgano constituyente la derecha está dividida en dos bloques, uno compuesto por la UDI y otro por RN y Evópoli.

Los hechos indican que es así.

El primer episodio se dio con la votación de los vicepresidentes de la mesa. Por un lado, la UDI se alineó con Rodrigo Álvarez, mientras que RN y Evópoli decidieron apoyar a la carta de Independientes no Neutrales, Lorena Céspedes.

El segundo hito fue una carta que 15 convencionales de RN y Evópoli hicieron pública haciendo un gesto a los pueblos originarios. En ella hacían una autocrítica por la “deuda histórica” de Chile con ellos. Ningún UDI puso su firma en ella.

El lote de RN-Evópoli que está en la Convención es considerado más “dialogante”, mientras que el sector de la UDI es visto como más atrincherado o cerrado al diálogo.

El lote de RN-Evópoli que está en la Convención es considerado más “dialogante”, mientras que el sector de la UDI es visto como más atrincherado o cerrado al diálogo.El tema de que existen dos almas de la derecha -una más dogmática y otra más dialogante- resulta incómodo para algunos constituyentes UDI, como la convencional Carol Bown quien envió el domingo pasado una carta a El Mercurio diciendo que en la derecha “tenemos una sola alma”.

Otro referente de los convencionales UDI, Ricardo Neumann -a quien tras la derrota en las primarias la mesa de la UDI le pidió que liderara una comisión que busca generar un nuevo relato para el partido- recalca que “la visión de las dos almas nos transmite una falsa dicotomía entre una identidad reaccionaria que se opone a todo cambio, versus otra que escudándose en un supuesto diálogo se transforma en una opción insípida que busca caerles bien a todos sin llegar a acuerdos desde una identidad clara”.

RN y Evópoli buscan acercamiento

En sectores de RN y Evópoli buscan captar a algunos liderazgos del gremialismo que identifican como más dialogantes y a los que ven incómodos con sus pares como Marcela Cubillos, Teresa Marinovic o Constanza Hube, que son más defensoras del dogma de la derecha tradicional.

Dentro de ese grupo, identifican a Bown, Neumann, a Felipe Mena, Eduardo Cretton y a Alfredo Moreno Echeverría.

Varios de estos incluso han hecho gestos políticos a los otros sectores, como el caso de Mena y Cretton, quienes el martes pasado estuvieron en una actividad deportiva junto a constituyentes de izquierda, como los comunistas Marcos Barraza y Valentina Miranda.

”Hay que articular y unir, pero tampoco pegar con chicle. La derecha históricamente ha tenido proyectos políticos distintos, conservadores, liberales, socialcristianos. Y está bien que así sea. El gran desafío es cómo logramos articular esos mundos para la construcción de la nueva derecha y el ciclo político que está naciendo”, dice Cretton.

¿Una tercera derecha?

Dentro de los convencionales de derecha hay algunos que ven con menos optimismo la posibilidad de que la derecha pueda unirse.

Tal es el caso del exalmirante, Jorge Arancibia, quien dice que “RN y la UDI siempre han tenido diferencias a lo largo de todo el proceso. Es algo casi histórico...es como pedir que la izquierda se una como casi un bloque. No es políticamente viable”.

Para Cretton, en tanto, cree que “lo que hoy se necesita es una tercera derecha. Una joven que construya un proyecto político con un eje gravitante en lo generacional, capaz de disputarle todos los espacios al Frente Amplio, que entienda que el viejo ciclo político en Chile se terminó”.

En la interna, algunos convencionales UDI ven con preocupación que al ser minoría (37) dentro de los 155 representantes, y al ser identificados como “no dialogantes”, se les margine de las decisiones y discusiones importantes que se discutan en el pleno.

Neumann cree que “en vez de potenciarse para enfrentar a una izquierda cada vez más antidemocrática, ambas almas se neutralizan entre sí peleando internamente una hegemonía que en realidad deben disputar con la vereda del frente. La división entre ‘dogmáticos’ y ‘dialogantes’, que bien podrían llamarse ‘pelucones’ y ‘pipiolos’, es una división añeja para los tiempos que corren”.

De todas maneras, él piensa que “si bien esta conversación de las ‘dos almas’ se hace absolutamente necesaria en momentos en que la derecha debe repensar su identidad, la mera discusión intelectual que separa en compartimientos de estanco al sector, impide buscar mínimos comunes que le permitan reinventarse en algo nuevo, distinto a las identidades de siempre”.

Bown, por su parte, prefiere hablar que “hay distintos estilos” entre los convencionales de la derecha. “No veo un grupo obsesionado por obstruir. Tampoco un grupo con el monopolio del diálogo. Creo que todos quieren aportar a que el proceso resulte”, dice.

Piensa similar Alfredo Moreno, quien dice que “dividir esto entre dialogantes y no dialogantes no corresponde”.

Pollyana Rivera, cercana a Republicanos, recalca: “Somos una sola alma. Cada uno de los integrantes de Vamos por Chile contribuye con su experiencia y sus conocimientos, en un estilo propio, pero con la misma convicción”.

También algunos convencionales UDI desestiman esta idea argumentando que ha sido un concepto más impulsado por sectores de Evópoli y RN que lo hacen con un fin electoral, de buscar una diferenciación respecto del resto de la derecha.

De todas maneras, para los constituyentes resulta fundamental mostrarse unidos ante los desafíos que vienen, en temas clave como la votación de las propuestas de reglamento que tendrán lugar los próximos días