Hasta ayer viernes, 12 países han notificado a Cancillería -según pudo confirmar La Tercera- su asistencia a la ceremonia de cambio de mando del viernes 11 de marzo, en la que Gabriel Boric hará toma de posesión de la presidencia del país.
Perú, Colombia, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay, República Dominicana, Haití, México, Brasil, España e Irlanda marcarán presencia en el Salón de Honor del Congreso con sus gobernantes o delegaciones oficiales.
Así, ya aseguró su presencia el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien asistirá personalmente. En contraste, Brasil enviará al vicepresidente Hamilton Mourão, luego de que el mandatario Jair Bolsonaro anunciara que no acudirá debido a sus “diferencias ideológicas” con Boric.
Sin embargo, los invitados oficiales -que corren por parte del saliente gobierno de Sebastián Piñera- no son los únicos contemplados en el diseño del cambio de mando. Y esto ha marcado el sello distintivo que Boric y su equipo quieren imprimirle a este primer hito presidencial.
Para la ceremonia, el presidente electo dispone de 26 invitaciones de libre disposición, y según se ha conocido, invitó a líderes de la región o referentes que le son ideológicamente cercanos.
“En este inicio de un nuevo período para nuestro país, queremos compartir con compañeros y compañeras de ruta que, desde otros países, están trabajando para construir un presente y futuro de mayor dignidad y justicia”, señalan estas invitaciones, marcando un sentido de diálogo y cercanía política con los invitados.
Aunque varios de ellos declinaronsu asistencia -Lula da Silva agradeció la convocatoria a través de una carta y el parlamentario español Íñigo Errejón se comunicó con Boric para avisar sus problemas de agenda- hay figuras que confirmaron su presencia, como el exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera, la parlamentaria peruana Sigrid Bazán y la activista brasileña Anielle Franco. En duda está si acudirán los opositores al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua -convidados por el futuro mandatario-, el exvicepresidente Sergio Ramírez y la escritora Gioconda Belli.
A nivel de Cancillería, dichas gestiones de “invitados especiales” están a cargo del funcionario del Minrel, Gonzalo Layseca.
Los días previos
La invitación de personalidades de izquierda de la región no es la única particularidad de esta ceremonia. Hay detalles que buscan marcar otro sello: el de una ceremonia un tanto alejada de los protocolos más rígidos -aunque cumpliéndolos- y más cercana al mundo social. Una muestra es la banda presidencial que utilizará: esta fue confeccio- nada por el Sindicato Revolucionario Textil, taller de mujeres costureras, que durante los primeros días de febrero acudió hasta el departamento de Boric a realizar una prueba de postura.
Quienes trabajan en la puesta en escena de esta ceremonia -y que manejan con extremo recelo sus detalles- es la jefa de asesores del futuro Segundo Piso, Lucía Dammert, y el próximo mandamás de la Secretaría de Comunicaciones (Secom), Pablo Paredes. Por otro lado, Manahi Pakarati -desde la Cancillería-, como jefa de Ceremonial y Protocolo designada por el futuro mandatario, está encargada de las invitaciones y actividades protocolares.
Dentro del equipo de Boric confirman que las reuniones o actividades de la agenda personal del mandatario asociadas a este hito partirán tras el 8 de marzo. ¿La razón? Evitar la existencia de agendas “paralelas” a la conmemoración del Día de la Mujer durante la jornada del 8M.
Con esa claridad, el itinerario establecido por protocolo se iniciará el 10 de marzo. Ese día, el presidente entrante debiera llevar a cabo distintas reuniones oficiales con los mandatarios asistentes o sus delegaciones. A cargo de ese itinerario estará el funcionario de carrera del Minrel, Francisco Leal.
Hasta ahora, se habla que Boric pueda realizar estos encuentros en el edificio de la Municipalidad de Santiago.
Más tarde, y ya instalado en su nueva casa del barrio Yungay, desde su equipo comentan que se espera que el futuro mandatario ofrezca una comida oficial a las delegaciones internacionales durante esa noche. También es tradicional que el presidente saliente se reúna con parte de la delegación, aunque en La Moneda afirman que ello aún no está confirmado.
En vista de este posible evento, y de las exigencias de seguridad que requerirá el presidente tras la mudanza a su nuevo hogar -traslado que tendría lugar durante la próxima semana, una vez que regrese de Juan Fernández-, el jueves pasado se concretó el cierre perimetral de la calle Huérfanos (donde está ubicado el inmueble), entre las calles Libertad y Esperanza.
Aún no está claro si Boric acudirá hasta el Palacio de Cerro Castillo -tal como lo hizo el Presidente Piñera el 2018- a dormir para esperar la ceremonia o partirá temprano desde Santiago.
Independiente de lo que defina, durante esa jornada habrá 4.500 efectivos de Carabineros desplegados y uno de los puntos claves en seguridad serán los traslados, tanto de Piñera como de Boric (ver subtítulo).
Ceremonia al mediodía
Históricamente, el acto de toma de posesión cuenta con más de mil asistentes. Esta vez, acorde a los protocolos sanitarios, la máxi- ma capacidad definida por el Minsal será de 500 personas y se recomendó -a propósito de la ventilación del Salón de Honor- que la duración de la ceremonia sea más corta que en ocasiones anteriores.
Lo anterior acotó las posibilidades del equipo de Boric de convocar al hito a distintas personas asociadas a movimientos sociales o dirigentes.
Sin embargo, y con diferentes ajustes, éste busca que estén presentes representantes del mundo de las organizaciones sociales.
Durante la última semana, el Senado -como institución que alberga la ceremonia- comenzó a emitir la partida de invitaciones correspondiente a las principales autoridades del país. La Tercera confirmó que la presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros, recibió la carta a inicios de esta semana. Lo mismo el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José Romero. Ambos confirmaron su presencia en el hito.
Durante esa mañana, la transmisión oficial se iniciará en La Moneda hasta donde debe llegar el Presidente Piñera y su gabinete para una última foto oficial. Luego de la ceremonia oficial en Valparaíso, una vez que el Mandatario en ejercicio deje el cargo, los ministros acudirán a un almuerzo en la casa del ministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, en la comuna de Casablanca.
Por otro lado, una de las incógnitas es qué hará Boric una vez que concluya la sesión del Congreso pleno. Desde el equipo presidencial confirman que es probable que cambie el clásico diseño del posterior almuerzo en Cerro Castillo. En el recuerdo está la asunción del expresidente Ricardo Lagos, quien tras el acto en Valparaíso, se trasladó hasta Concepción -donde pronunció su primer discurso- y luego llegó hasta Santiago a La Moneda cuando ya caía el sol.
Carabineros prepara despliegue con más de 4.500 efectivos
Desde diciembre del año pasado que Carabineros activó los preparativos para el cambio del mando del próximo 11 de marzo.
Si bien durante ese mes se diseñaron los líneas generales del plan, una vez que comenzó 2022 los equipos se consolidaron y las líneas de mando quedaron claras.
Así, a través de una orden general emanada desde la Dirección Nacional de Seguridad y Orden Público (Dioscar), se designó al general Enrique Monrás como jefe de los servicios para todo lo que tenga que ver con el cambio de mando próximo.
Dentro de las preocupaciones de Carabineros hay tres cosas: lo que ocurra en los traslados de las autoridades entre Santiago y Valparaíso; la seguridad en los seis hoteles que se usarán en la capital para la recepción de invitados extranjeros, y lo que pueda ocurrir durante la tarde en Plaza Italia. Esto último adquiere relevancia, dado que el 11 de marzo cae, justamente, un día viernes, jornada ya marcada por protestas y desmanes en el centro de la capital desde octubre de 2019. Por lo mismo, los despliegues en esta zona de Santiago se intensificarán durante la tarde.
Para cubrir los servicios de ese día, Carabineros dispuso utilizar a más de 4.500 policías para ese día, quienes se repartirán entre Santiago y Valparaíso, donde se activarán cápsulas de seguridad entre las autoridades salientes y entrantes, y se dispondrá de “anillos” preventivos en las afueras de los hoteles donde alojen a las delegaciones extranjeras.
El personal policial, además, contará con más de 500 artículos que apoyen sus funciones: radios de largo alcance, drones, equipos antibombas a cargo del Gope y elementos disuasivos no letales.
¿Cómo actuará Carabineros ese día en Plaza Italia? Fuentes policiales aseguran que no habrá un cambio de estrategia respecto de lo que se venía haciendo “posestallido”. En la policía unifor- mada hay confianza en los nuevos métodos empleados, pues explican que se han cambiado los protocolos y se han mejorado los medios disuasivos y vehiculares con los que cuentan en la actualidad.
Insisten, las mismas fuentes consultadas, que no habrá “represión” en contra de manifestaciones pacíficas, sino que se detendrá y actuará sobre quienes estén cometiendo delitos flagrantes para ponerlos a disposición del Ministerio Público.
El plan “cambio de mando” es algo que Carabineros ha estado trabajando no solo con el Ministerio del Interior, sino que también con Cancillería. El martes, por ejemplo, la plana mayor liderada por el general Monrás tuvo una cita de trabajo con la Dirección de Protocolos de Relaciones Exteriores para coordinar las cápsulas de seguridad de quienes lleguen desde el extranjero.
También esta semana se hicieron revisiones por parte de la policía en las cercanías del Congreso, en Valparaíso.