No quieren ponerse en el escenario de que gane el Apruebo y es casi un acuerdo tácito. Chile Vamos apuesta a mantener con fuerza en la opinión pública que el Rechazo es la opción que puede triunfar en el plebiscito del próximo 4 de septiembre y que es cada vez más complejo que se apruebe el texto constitucional propuesto por la Convención.
Esto porque, admiten, para la derecha será costoso ponerse en una postura negativa ante el nuevo texto constitucional, si es que es visado por la ciudadanía, a menos que sea por un margen muy estrecho, lo que, según algunos, podría ser útil para construir un relato.
Así, la estrategia la han diseñado a partir de que, según distintas encuestas de opinión, la alternativa de que se rechace la nueva Carta Magna tiene ventaja sobre el Apruebo.
Para cumplir con el objetivo de relevar esa opción es que, entre otras materias, han presionado al gobierno a que tenga un “plan B” en caso de que esa opción resulte ganadora y han reforzado la idea de que, si es así, están dispuestos a continuar con reformas constitucionales y no dar por finalizado el proceso constituyente.
Esto, porque para nadie es un secreto que el texto propuesto por el órgano constituyente no les gustó y apuestan a que no sea aprobado en el plebiscito. De hecho, hoy la UDI, RN y Evópoli definirán su postura oficial por el Rechazo en sus respectivos consejos generales.
Por lo mismo, no fue al azar que los presidentes de Chile Vamos enviaran el viernes 20 de mayo una carta al Presidente Gabriel Boric comprometiéndose con una alternativa para continuar con el proceso constituyente, y que, cuatro días después, hicieran lo propio ocho convencionales del sector. Por lo mismo, también han mostrado disposición a bajar los quórum, desde ya, para la aprobación de proyectos de ley.
“Con justa razón no nos creen que queremos cambiar la Constitución... Tenemos que dar muestras de confianza”, dijo el presidente UDI, Javier Macaya, en entrevista con La Tercera, mientras el secretario general de RN, Diego Schalper, indicó que “esta Constitución no da para más, el cambio constitucional va sí o sí”.
El objetivo de esta ofensiva, según revelan dirigentes del bloque, es que en momentos en que -según los sondeos de opinión- hay una ventaja del Rechazo sobre el Apruebo, puedan dar muestras de “credibilidad” respecto de sus intenciones de continuar con el proceso constituyente en caso de que se imponga el Rechazo.
Esto, porque estiman que, con el paso de las semanas, comenzará a reducirse en las encuestas la diferencia entre ambas alternativas, y si es que los sondeos muestran un alza del Apruebo su discurso ya no será creíble. “Pensarán que estamos desesperados porque se rechace el texto constitucional y que por eso ofrecemos un plan B”, comenta un integrante de la directiva UDI.
De hecho, según la encuesta Cadem del 16 de mayo, el Apruebo aumentó tres puntos, llegando al 38%, tras seis semanas a la baja, mientras que el Rechazo bajó dos puntos, hasta el 46%.
Y, por lo mismo, tienen puestas sus fichas en “cuidar el Rechazo” para que se mantenga con ventaja sobre el Apruebo de cara al plebiscito del 4 de septiembre. En esa línea es que también, dentro del diseño que han hecho en la derecha, apuntan a poner figuras de organizaciones civiles en la franja del plebiscito y, por la misma razón, también hicieron gestiones para que el Partido Republicano hiciera lo mismo. En la tienda liderada por Rojo Edwards, en tanto, existen dudas sobre esta estrategia.
En ese sentido es que también algunos ven con preocupación que los “rostros de Rechazo” del plebiscito de entrada -como Macaya y Schalper- sean quienes hagan estos llamados a buscar fórmulas.
¿Rearme de la derecha?
La preocupación por el plebiscito del 4 de septiembre no solo incluye a los partidos, sino que también al denominado piñerismo. El propio expresidente Sebastián Piñera y los que fueron sus ministros han seguido de cerca el proceso de la Convención y están convencidos de que tiene que imponerse el Rechazo.
En el sector saben que si gana el Apruebo estarán en una posición incómoda, no solo porque se impuso un texto que no les gusta, sino porque tendrán que manifestar su negativa a la nueva Carta Magna e intentar revertir muchas materias relativas al sistema político, de justicia, entre otros.
De hecho, algunos exministros advierten que “si gana el Rechazo habrá colaboración total, si gana el Apruebo depende de lo que haga el gobierno”. Esto último lo dicen en alusión a que acusan que el Ejecutivo, a su juicio, ha privilegiado escuchar al Partido Comunista.
Asimismo, entre exministros aseguran que si gana el Apruebo tendrá que haber un reordenamiento de “la lógica de la derecha” en el sentido de que tienen que definir qué quieren promover.
En ese sentido, recalcan que rápidamente tendrán que ponerse de acuerdo para intentar modificar algunas de las materias aprobadas.
Por lo mismo, algunos dirigentes del sector reconocen que han tenido conversaciones con sus pares del Socialismo Democrático, quienes también han manifestado reparos al proyecto de nueva Constitución. Así, la idea es que si se visa la nueva Carta Magna puedan encontrar en ellos a algunos aliados.
En este escenario es que están siguiendo de cerca lo que ocurra con las normas transitorias en la Convención, particularmente, con los plazos y quórum para cambiar la nueva Carta Fundamental, si es que se visa en el plebiscito.