Sentado en su oficina de La Moneda, el Presidente Gabriel Boric estaba revisando los expedientes de las personas que habían recibido pensiones de gracia. Luego de que explotara el escándalo, con el lapidario informe de Contraloría, el Mandatario había pedido a su equipo que volvieran a revisar los antecedentes de las personas beneficiadas para evaluar las revocaciones respectivas.
Hace solo unos días había vuelto de su viaje a Chiloé y, retornando a Palacio, se había dedicado al estudio de los casos. Tanto así que había pedido mayores antecedentes en 16 carpetas. Ese viernes, la revisión la hizo junto a su jefe de gabinete, Carlos Durán, y también lo acompañó su directora de comunicaciones, Nicole Vergara. Incluso ese día estuvo con su hermano Tomás, quien suele ir a visitarlo los viernes a La Moneda.
Ese día, a las 15.25, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) había declarado alerta roja en la Región de Valparaíso producto de un incendio de una hectárea en el camino Las Docas. Cuando Boric aún seguía en La Moneda, a ese incendio se había sumado otro de 850 hectáreas en Lo Moscoso, otro de 6.200 hectáreas en Las Tablas y el de Las Docas había sumado cuatro hectáreas más. Pese a que Boric estaba siendo constantemente informado sobre la situación, los incendios aún parecían ser abordables. De hecho el gobierno reforzó sus preparativos luego de los siniestros del verano del año pasado.
En ese momento ya habían sido enviados varios mensajes de evacuación en sectores como Fundo, Quebrada Escobares y Canal de Chacao en Quilpué. Por lo mismo, a las 20.34, antes de retirarse de La Moneda, el Presidente posteó en su cuenta de X la primera medida que tomaría al respecto: “He instruido a la ministra del Interior Carolina Tohá que realice el Comité de Gestión del Riesgo de Desastres (Cogrid) nacional mañana sábado a las 8.00 am con autoridades para hacer frente a la situación”.
Tres horas después, todo cambió. El Mandatario usó su misma cuenta de X para anunciar un cambio en los planes y adelantó el Cogrid para las 00.30 de ese sábado 3 de febrero. El tenor había cambiado. La razón, explican en Palacio, se debió a que los reportes que recibían daban cuenta de que las condiciones climáticas expandían cada vez más las llamas y el trabajo de control de Conaf no estaba dando a basto. En el gobierno dicen que la dimensión y los riesgos de la emergencia creció de un momento a otro. Luego de eso vendrían las medidas más inmediatas como toque de queda y estado de emergencia.
El cambio de agenda
Previo a los incendios, el gobierno estaba en pleno proceso de contención de la crisis de seguridad, razón por la que se citó al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) el pasado lunes. Pero la tragedia por los incendios concentrará ahora parte de la agenda del gobierno, en donde el Presidente Boric asumirá un rol activo, que incluye su presencia intermitente en terreno y el despliegue de ministros sectoriales.
De hecho, el despliegue del Mandatario inició al día siguiente del comienzo de los siniestros y se mantuvo el fin de semana. El lunes estuvo en Santiago designó a la ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro, como encargada de la reconstrucción, y el martes tuvo dos actividades en la región de Valparaíso.
“Es la tragedia más grande que hemos vivido como país desde el terremoto del 27 de febrero del año 2010. Lo digo para que seamos capaces de dimensionar el dolor y la magnitud de lo que estamos viviendo hoy día aquí en la quinta región”, dijo el Mandatario.
Previo a eso, el sábado había conversado con su ministra de Defensa, Maya Fernández, a quien designó el domingo como “enlace” en la zona afectada durante la primera etapa de la crisis. Esto incluyó el control de los incendios, la relación con el Jefe de Defensa Nacional (Jedena) -contralmirante Daniel Muñoz, a quien la secretaria de Estado conoció en los incendios del 2023, en Biobío- y el control territorial y despliegue de las Fuerzas Armadas, supeditadas a su cartera.
El llamado de Boric a Fernández, quien también es bombera, la sorprendió de vacaciones en el norte de Recife, Brasil. Allí, la ministra planteó su disponibilidad de interrumpir su descanso, lo que fue solicitado por el Mandatario. La socialista llegó hasta La Moneda el domingo, con dos maletas, luego de un vuelo con escala en Sao Paulo.
Luego se trasladó a Valparaíso y como primera medida cambió la sede del Cogrid desde el Estadio Sausalito -en donde había un diagnóstico de desorden a nivel local- hasta la sede de la Academia Naval. A las 8.00 horas del lunes, Fernández se reunió -previo al Cosena- con los comandantes en Jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, en las dependencias del Ministerio de Defensa. Allí, los militares dispusieron de todo su apoyo para enfrentar la crisis, tanto así que Juan Andrés de la Maza, quien encabeza la Armada, interrumpió sus vacaciones durante esta semana, misma decisión que tomó el Jefe del Estado Mayor Conjunto, vicealmirante Pablo Niemann.
Ese mismo lunes, Fernández recibió otro llamado que la sorprendió. Su número fue marcado desde México, en donde la canciller de dicho país, Alicia Bárcena, ofreció la ayuda de su país para enfrentar la crisis. Esto fue coordinado, al igual que el resto de colaboraciones extranjeras, por el Comité de Gestión de Emergencias del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pero el ritmo del gobierno frente a los incendios se vio obligado a bajar debido al trágico accidente en el que falleció el expresidente Sebastián Piñera, motivo que llevó a Boric a devolverse a Palacio, realizar una cadena nacional, reconocerlo como un demócrata y organizar -con activa participación suya- un funeral de Estado con tres días de duración.
La muerte de Piñera se llevó los focos, lo que fue resentido -y comunicado al Ejecutivo- también por los liderazgos locales de las zonas afectadas. Esto fue entendido por el gobierno. Todo el martes estuvo dedicado a comunicar el fallecimiento del exjefe de Estado y empezar a coordinar el funeral de Estado. Sin embargo, el miércoles Boric quiso dar una señal muy clara. Su intención era evidenciar que su gobierno no iba a abandonar a los afectados y luego de recibir el féretro de Piñera y darle el pésame a la familia Piñera Morel, lo primero que hizo al llegar a Palacio fue convocar a una nueva reunión por los incendios.
Fue ahí cuando el Mandatario transmitió a sus ministros que el foco seguirá siendo los siniestros, se prepararon anuncios de nuevos bonos, operativos y ayudas tempranas y se zanjó que el jueves Boric viajaría temprano hasta la zona para quedarse todo el día allá junto a varios de sus ministros. Ese día Boric llegó a hablar en cuatro oportunidades y paseó durante la madrugada del viernes en terreno.
Ese mismo miércoles, la ministra Camila Vallejo retornó de sus vacaciones. Su regreso anticipado había sido motivo de controversia debido a críticas que recibió por no haber interrumpido antes su descanso. La presión fue alta, pero recién el martes su equipo transmitió que había tomado la decisión de volver. De vuelta a sus labores, Vallejo estuvo con Boric recibiendo los restos de Piñera y después participó de la reunión por incendios de la tarde.
Ese día se fue directo hasta las zonas afectadas y al día siguiente, el jueves, Boric la designó como la ministra enlace. De esta forma tomó la posta que había tenido la ministra Fernández, quien lideró la primera etapa de la emergencia. En la segunda parte, Vallejo tendrá que coordinar la entrega de ayudas y la relación con las alcaldesas de la zona.
La decisión de Boric tomó por sorpresa a sus equipos técnicos. Tanto así que hubo algunos que no vieron con buenos ojos la designación ya que, comentaban, lo más lógico es que estuviera a cargo de carteras más sectoriales, con despliegue territorial como por ejemplo la Subdere.
En Palacio comprendieron que ambas situaciones -emergencias por siniestros y muerte de Piñera- podían ser abordadas al mismo tiempo, sin dejar una de lado. De hecho, Boric anunció el jueves una medida que Piñera usó tras el terremoto del 2010: el Fondo Nacional de Reconstrucción, uno de los tantos gestos que esta semana le hizo a su antecesor.