En el complejo puzzle que intentan armar los 10 partidos oficialistas y la Democracia Cristiana para definir a sus candidatos en las elecciones municipales y de gobernadores hay una pregunta que todos se formulan: ¿Qué se hace con los candidatos independientes? Por ahora nadie se atreve a responderla y por eso ese debate ha sido postergado.
Este viernes, los timoneles de partido y secretarios generales comenzaron a zanjar los primeros criterios electorales, pero optaron por dilatar hasta el final la definición del destino de los alcaldes sin militancia, grupo en el que se cuentan figuras relevantes, como Claudio Castro (Renca), que fue reelecto con el 92,7% de los votos. En esa nómina también están Lorena Facuse (Cerrillos, respaldada por el PL), Tomás Gárate (Puerto Varas) o Jonathan Opazo (Lampa), entre otros.
Los alcaldes independientes son una fuerza no menor, que pondrían al oficialismo en dificultades si optaran por competir por fuera del pacto. Si eso pasara, los votos de la centroizquierda se dispersarán y la comuna en cuestión quedará bajo amenaza si es que en la derecha logran consignar a un único candidato. El riesgo de un error en las negociaciones es alto.
Por ahora, la decisión de los partidos es determinar las posiciones en las que quedará cada uno para luego revisar el escenario en el que estarán los alcaldes independientes que buscan su reelección bajo el alero oficialista. Pese a ello, en las fuerzas del Ejecutivo aseguran que están conscientes del peso y lo gravitantes que son los independientes en sus territorios.
El 4 y 5 de abril, en el marco de la “Asamblea Nacional de Alcaldes y Alcaldesas”, los independientes harán una demostración de su fuerza electoral. En el evento, organizado por la Asociación Chilena de Municipalidades (ACHM), estará la bancada de 105 jefaturas comunales independientes. Se trata del principal grupo de alcaldes del país. Setenta de ellos estarían dispuestos a alinearse con el pacto oficialista para ir en representación de sus colectividades.
Hay otro problema. Falta definir también qué pasará con los independientes que quieren competir con respaldo del oficialismo, pero que no son alcaldes en ejercicio. Estos enfrentarían mayor resistencia desde las fuerzas del gobierno. Un ejemplo de esos casos es José Ruiz, Dideco de la Municipalidad de Peñalolén que busca suceder a Carolina Leitao (DC) en la jefatura comunal, pese a que el partido de esta última ha levantado a la concejala Ximena Llamín como candidata.
Un último escollo que se le presentará al oficialismo son las candidaturas no ligadas al sector que se sitúen a la izquierda del pacto. El ejemplo más emblemático es el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp. En este caso, son varias las colectividades -tanto del oficialismo como de la oposición- las que han manifestado intenciones de competir. En este escenario, en el sector aún no han zanjado que las primarias sean un criterio.
Los reparos oficialistas
Fue el 7 de marzo cuando ocurrió el primer momento de tensión en la mesa negociadora respecto de las candidaturas de los independientes.
La jornada fue una de las tantas en las que los 11 partidos inscribieron en un Excel sus pretensiones electorales en las distintas comunas del país. Allí, el PC y el FA tomaron palco en una discusión que protagonizaron las fuerzas del Socialismo Democrático.
Fue el Partido Liberal, con respaldos del PR, quien solicitó que, como conglomerado, representaran a un grupo de 20 alcaldes independientes, entre ellos el jefe comunal de Renca, Claudio Castro. La idea no gustó en el PS y el PPD y se determinó que la situación de los ediles sin militancia se verá “caso a caso”.
Pero no ha sido el único cruce por el tema. El mismo 7 de marzo el secretario general del PS, Camilo Escalona, se lanzó contra el alcalde de Pudahuel, Ítalo Bravo, quien, si bien no milita en ninguna de las fuerzas del gobierno, fue respaldado públicamente por la comisión política del PC. La situación solo fue una muestra más de lo complejo que será la resolución de conflictos con los independientes.
En ese contexto, algunos independientes han explorado fórmulas para evitar cuestionamientos. Este fue el caso del edil de La Cisterna, Joel Olmos, quien fichó por Acción Humanista -partido que se sienta en la mesa negociadora- y que lanzará su campaña para la reelección el próximo martes, ante la posible amenaza de Convergencia Social en la comuna.
Al mismo tiempo, hubo un intento, propiciado por parte de Socialismo Democrático, para que las alcaldías independientes integraran la mesa negociadora, lo que fue rápidamente desestimado por los partidos. De hecho, algunos jefes comunales manifestaron su incomodidad ante la idea.
Hoy, los cerca de 70 alcaldes independientes que miran atentos las conversaciones del oficialismo no están coordinados bajo una orgánica determinada, aunque sí han surgido conversaciones en distintos grupos de WhatsApp.
Al mismo tiempo, también han existido contactos informales de alcaldes con ministros del comité político del Presidente Boric, en donde han aprovechado instancias dedicadas a otras materias para intercambiar opiniones en torno a la necesidad de la unidad electoral de todo el espectro de centroizquierda.
Para cumplir con dicho objetivo, los alcaldes independientes tendrán que sobrepasar otra barrera, ya que en la mesa negociadora del oficialismo han determinado como piso que aquellos dirigentes que quieran ser representados por el sector deban adherir a un programa común que se está preparando, que representará a los partidos desde la DC al PC.
En caso de adscribir a esos ejes programáticos, los independientes tendrían, por ejemplo, que matizar sus críticas al gobierno de Boric. “No solamente adherir, yo estaría dispuesto a ofrecer la experiencia de estos años de gobierno comunal al servicio de la construcción de programas municipales que puedan recoger lo mejor del progresismo”, dijo al respecto el alcalde Claudio Castro.