Un punto de seis posibles. Esa fue la cosecha de la selección chilena en el inicio de las Clasificatorias al Mundial de 2026. La derrota con Uruguay, en Montevideo, y el empate sin goles con Colombia, en Santiago, produjo que la Roja comenzará con el mismo puntaje que el camino rumbo a Qatar 2022, que terminó en un fracaso difícil de digerir.
La realidad de la Roja es muy distinta a la que tuvo cuando la Generación Dorada estaba en plenitud y consiguió los dos títulos de América. Hoy, la lista de interrogantes supera a la de las certezas.
Las Eliminatorias Sudamericanas son consideradas como las más complejas, más allá de que hay más plazas mundialistas (seis directas y un repechaje para el séptimo). En esa dirección, de un tiempo a esta parte, los elencos del continente se convirtieron en un escollo difícil de superar para el combinado nacional. Los datos lo reflejan.
Se marca un quiebre notorio con la no clasificación a Rusia 2018, con Juan Antonio Pizzi en el mando. Desde entonces, la selección absoluta ha atravesado por caminos sinuosos, incluyendo tres entrenadores en seis años, en los cuales los resultados no han acompañado; el estilo de juego no se ha encontrado y los pilares históricos siguen tirando del carro, en las postrimerías de sus carreras.
Haciendo el ejercicio de revisar los 62 partidos de la Roja entre las etapas de Reinaldo Rueda, Martín Lasarte y Eduardo Berizzo (periodo 2018-2023), hay un resultado inquietante pensando principalmente en el camino clasificatorio al Mundial: el pobre registro ante sudamericanos.
Del total antes mencionado, 36 partidos ha tenido Chile ante adversarios de la Conmebol, entre Eliminatorias, Copa América y amistosos. El balance es de nueve triunfos, 11 empates y 16 derrotas, lo que arroja un escuálido 35,2% de rendimiento. Esto se puede subdividir por técnico. El colombiano Rueda ganó dos de 12 juegos. El uruguayo Lasarte venció en seis de 20. Mientras que el argentino Berizzo apenas uno de cuatro.
Por rival, Chile marca supremacía sobre dos elencos que tampoco viven su etapa más gloriosa: Bolivia y Paraguay. La selección nacional le ganó tres veces a los altiplánicos y otras tres a los guaraníes. Precisamente, el último triunfo chileno ante un rival de Conmebol fue a la Albirroja: el 3-2 en un amistoso jugado en el Monumental. Los tres triunfos restantes son a Ecuador (2-1, Copa América 2019), a Perú (2-0, Clasificatorias Qatar ‘22) y a Venezuela (3-0, también en las pasadas Eliminatorias).
Un panorama diferente es el que tiene Chile cuando enfrenta a contrincantes de Norte y Centroamérica. Acá, los guarismos son mucho más favorables. En 11 enfrentamientos tiene seis victorias, dos empates y tres derrotas: un 60,6% de rendimiento. De hecho, el conjunto nacional lleva tres triunfos seguidos ante elencos de la Concacaf, que no son potencias: 1-0 a El Salvador (75° del ranking FIFA), 3-0 sobre Cuba (172°) y 5-0 a República Dominicana (152°). La nueva realidad.
Respecto a las otras confederaciones, la Selección exhibe un 42,9% ante rivales europeos (en siete partidos), un 41,7% ante elencos asiáticos (en cuatro juegos) y un 33,3% en encuentros ante africanos (en cuatro cotejos).
A Chile le quedan cuatro partidos en 2023, todos por las Eliminatorias: Perú, Venezuela, Paraguay y Ecuador. Para soñar con el Mundial, urge mejorar el registro ante los vecinos, sobre todo si son rivales directos.
Los partidos de la Selección periodo 2018-2023:
Rivales | PJ | PG | PE | PP | % Rend. |
---|---|---|---|---|---|
Concacaf | 11 | 6 | 2 | 3 | 60,6% |
Europa | 7 | 2 | 3 | 2 | 42,9% |
Asia | 4 | 1 | 2 | 1 | 41,7% |
Conmebol | 36 | 9 | 11 | 16 | 35,2% |
África | 4 | 1 | 1 | 2 | 33,3% |