Hace una semana, el timonel del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde, ya tenía la certeza de que el presidente electo, Gabriel Boric, le concedería una de las principales condiciones que su partido fijó para su incorporación al gobierno: que no maltrataría a sus aliados de la centroizquierda y, al igual que a ellos, les daría un espacio de influencia en la futura administración.
La reunión que sostuvo el dirigente con el frenteamplista este jueves 20, a la que se sumaron sus pares Natalia Piergentili (PPD), Alberto Robles (PR) y Patricio Morales (PL), solo vino a confirmar el escenario ideal para los socialistas. Boric les comunicó formalmente que había decidido “ampliar la base de apoyo” de su gobierno, lo que -en la práctica- implicaba sumarlos a la coalición que sustentará su administración y, lo más importante, con un trato meridianamente igualitario: todos tendrían, al menos, un ministro en su equipo.
El hito es resultado de una negociación que se extendió por varios días y que llevaron personalmente Elizalde y el mandatario electo. A las conversaciones, que se dieron de forma presencial en el Congreso en Santiago y por vía telefónica, se terminaron sumando el senador Carlos Montes, quien asumirá en Vivienda, y la mano derecha de Boric, Giorgio Jackson, quien liderará la Segpres.
En esas tratativas, señalan quienes conocieron de su tenor, el presidente electo habría llegado a la convicción de que no tenía otra alternativa que dar un espacio significativo a esas fuerzas que hoy representan un 18% en la Cámara de Diputados y un 26% en el Senado -y que antes fueron duro foco de críticas de su sector- para asegurar el cumplimiento de los compromisos que hizo con el país en su programa de gobierno.
El ingreso del PPD, el PL y el PR al gabinete es visto como el principal triunfo en el Partido Socialista. En esa colectividad aseguran que para ellos era insostenible un cuadro en el que sus socios, con quienes esperan afianzar la alianza del “Socialismo Democrático”, quedaran relegados a espacios de menor incidencia, como era el diseño original que tenía en mente el mandatario electo. De haberse concretado esa fórmula, que fue conocida como la “teoría de los anillos”, la colectividad habría enfrentado un problema -aseguran en sus filas- “ético y político”.
Ético, porque conceder la exclusión que nueve meses antes habían rechazado -cuando Apruebo Dignidad vetó la participación de esas fuerzas de la centroizquierda en su primaria presidencial- con el objetivo de asegurar cargos en el Estado implicaba una contradicción que no estaban dispuestos a asumir. Y político porque eran conscientes de que entrar a la próxima administración suponía arriesgar su futuro ante un proyecto que la coalición electoral que llevó a Boric a La Moneda ha buscado reemplazar.
Pero esa no fue la única victoria que se anotó el PS. La tienda de París 873 entra al gobierno en una posición privilegiada incluso respecto de los partidos de Apruebo Dignidad: aseguró dos ministerios sectoriales con Montes (Vivienda) y Maya Fernández (Defensa) y, además, se hizo de dos carteras que serán cruciales para la nueva administración de la mano de independientes que históricamente han estado ligados a su mundo. Es el caso de la futura canciller, Antonia Urrejola, y el expresidente del Banco Central, Mario Marcel, quien hará efectiva su renuncia el jueves próximo para asumir la compleja tarea de liderar Hacienda.
Con ese esquema, donde no se descarta que el PS sume subsecretarías relevantes, la colectividad se ubica en espacios de influencia estratégica para incidir en el rumbo del futuro gobierno. De hecho, la nominación de Marcel les asegura participación en el comité político de La Moneda, en el que, además, tendrá una silla reservada el propio Elizalde.
La fórmula da cuenta de otra concesión que Boric hizo a los socialistas. En la primera reunión que sostuvo el senador por El Maule con el frenteamplista el mensaje fue claro: si eran convocados a formar parte del gabinete, su voz debía ser escuchada.
Así, ante la reconfiguración de la coalición política que dará sustento a la nueva administración y el puzzle del futuro gabinete, el PS se ubica entre los partidos más relevantes del pacto de gobierno, con más ministerios que el Partido Comunista, que encabezará tres (Segegob, Trabajo y Ciencias) y Revolución Democrática, que liderará dos, con Jackson (Segpres) y Marco Antonio Ávila (Educación).
La fuerza en el Congreso también afianza la influencia socialista en la futura administración. La colectividad es la que suma más parlamentarios en el “Socialismo Democrático” y Apruebo Dignidad en el Congreso, sumando 13 diputados y siete senadores.
Sectores de la colectividad, en todo caso, ponen un matiz respecto del peso específico que tendrá el PS de forma institucional. Fuentes del partido destacan que tanto Montes como Fernández no responden al ADN de la mesa actual. Y que, de hecho, esta última es parte de la disidencia a la directiva. b