El 22 de octubre, día de la primera vuelta presidencial, decenas de jóvenes llegaron a ver cómo emitía su voto Javier Milei, el representante de La Libertad Avanza. Además de jóvenes, había niños junto a sus madres, donde no quedaba claro si los primeros alentaban a los segundos a asistir al evento o viceversa.
Es que la figura de Javier Milei, un outsider de la política tradicional nacido en los debates televisivos y actual aspirante a llegar a la Casa Rosada, caló hondo en la juventud. Sus constantes exabruptos y ataques verbales, además de una mirada radicalmente distinta sobre cómo desarrollar la estrategia económica de Argentina, fueron la puerta de entrada para una generación que nació y creció en crisis.
Juliano Altamirano tiene 23 años, y es de paso veloz. Accedió a hablar con La Tercera mientras caminaba apurado por las calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Me pasa que voto por cansancio, por bronca. A pesar de querer pararme en el medio y ver lo malo de cada candidato, me parece que las propuestas de Milei me gustan más”, plantea.
El bajo consumo de medios tradicionales entre la juventud no fue un impedimento para que el economista llegara a este público. De hecho, Altamirano explica que si bien “fue un personaje que ocupó mucho espacio en los medios, su personalidad fuerte e intensa fue haciéndose viral en redes sociales y llegó más a los jóvenes. Por ejemplo, la mayoría de las cosas que yo recibí de él, me llegaron por YouTube, Instagram u otras redes sociales”.
Freddie ni siquiera es argentino, pero conoce con lujo de detalle el proyecto mileísta. “Es el futuro”, asevera. Está de paso en Buenos Aires, pero es boliviano.
“Hay una situación económica apremiante desde hace muchos años que este gobierno venía a resolver y no supo hacerlo. Se acrecentó, y seguramente esos jóvenes que no vivieron del todo la historia argentina, no saben valorar lo que hemos conseguido con muchas luchas”, reflexiona Matías, de 36 años. No vota a Milei, pero dice entender de dónde puede venir esa fascinación que provoca en los más jóvenes.
“Ahora está la idea de que lo políticamente incorrecto es algo constructivo. Yo tengo un ahijado de 21 años que lo vota, yo no, claramente, y cada vez que hablábamos, no contaba con la información necesaria, creo yo, para discernir entre las posibilidades, pero me hablaba de la bronca, del voto bronca”, señala.
Históricamente la situación no era así. Por décadas, el voto joven estuvo anclado al peronismo, pero algo cambió. Según María Lourdes Puente, politóloga y directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica de Argentina, “la mayor cantidad de votos de Milei viene de la juventud, de una nueva generación que no se siente representada por esta política. Es increíble la cantidad de jóvenes que votan a Milei”.
Sobre ese cambio, la académica apunta a que no se trata de un giro, “sino que los jóvenes crecen y vienen otros, y los otros están cansados de un país que viene en decadencia”.
Esa masa de voto joven, según una investigación publicada en septiembre de este año por la Universidad Austral de Argentina, sería mayoritariamente de derecha, consignó Ámbito. “Las nuevas generaciones esperan, principalmente, una mejora sustancial de la situación en tres dimensiones: economía, educación y estabilidad”, dijeron los encargados de estudio al medio.
La idea se ajusta a Luciana (18) y Sergio (19), una joven pareja que caminaba abrazada por las calles porteñas. Sergio confirma un detalle. En vez de utilizar carteles, panfletos o en las calles, que prácticamente no se ven en Buenos Aires, “Milei llega más que nada por las redes sociales, nada de propaganda”.
Luciana va más allá. Dice ver videos en redes sociales sobre los candidatos, lugar desde el que obtiene la información con la que tomará una decisión este domingo. “Milei tiene ideas medio locas, pero Massa tardó 20 años en terminar la universidad. La verdad es que me da más miedo Massa que Milei”, concluye.