En la casa de la constituyente y machi Francisca Linconao. El 21 de junio, los siete constituyentes que representan al pueblo mapuche tomaron en ese lugar la decisión de levantar una candidatura para presidir la convención: la lingüista y profesora de inglés Elisa Loncón.
Actualmente, ella es académica de la Facultad de Humanidades del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago y profesora externa de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile.
Loncón dice que buscará apoyo en otros constituyentes que estén a favor de establecer la plurinacionalidad en la nueva Carta Fundamental y hace un llamado antes del inicio del trabajo de la convención: “Se puede dialogar con nosotros, que no nos tengan miedo, porque también se ha instalado mucho la política del miedo. O sea, se instala una candidata indígena, mapuche y hay mucho prejuicio. Entonces, esto también es un llamado a liberarnos de nuestros prejuicios y relacionarnos en igualdad de condiciones”.
¿Qué sello le gustaría tener desde la presidencia si es elegida?
Para nosotros el sello es la plurinacionalidad, que deje de ser homogénea la manera de relacionarnos. Eso implica una relación en un contexto de diversidad, que se admita y asuma como normal que tenemos lenguas diferentes, que tenemos maneras de tomar decisiones distintas. Somos pueblos con otros valores y otras formas de entender el conocimiento, la discusión, el desarrollo, la filosofía, y debemos dar espacio a que esa pluralidad que representamos se instale. También la pluralidad de las regiones, de las mujeres y de sectores diversos, incluyendo la diversidad sexual.
¿Cómo los constituyentes de pueblos originarios mapuches decidieron que usted fuera su candidata para la presidencia?
Los pueblos originarios tenemos modos de tomar decisiones colectivas. Entonces, nos convocamos a una reunión presencial en el Wallmapu y un punto fue tomar la decisión de si presentábamos una candidatura. La decisión finalmente se tomó en la casa de la machi Linconao, ella como autoridad tradicional. Yo propuse que podía ser candidata siempre y cuando tuviera el apoyo de la autoridad tradicional máxima que tenemos. Y los constituyentes decidieron y entonces acepté. Lo que hay que decir es que es una candidatura colectiva. No voy por una situación personal, y mi tiempo, mi trabajo, tiene que vincularse a esa decisión colectiva.
¿Ha hablado o va a hablar con otros constituyentes para promover su candidatura?
Sí. Tenemos que hacer ese diálogo para pedir el apoyo, porque somos siete los del pueblo mapuche y 17 los de los pueblos originarios. Tenemos que hablar con nuestros propios hermanos de las naciones originarias, también con los sectores independientes y ver quiénes nos pueden apoyar. Y la invitación es para que todos los que han asumido también en su discurso la plurinacionalidad me apoyen. Se puede dialogar con nosotros, que no nos tengan miedo, porque también se ha instalado mucho la política del miedo. O sea, se instala una candidata indígena, mapuche y hay mucho prejuicio. Entonces, esto también es un llamado a liberarnos de nuestros prejuicios y relacionarnos en igualdad de condiciones.
¿Cuál sería su agenda de temas intransables para los escaños reservados mapuches?
La participación de los territorios en el debate constituyente. Y sería un error centralizar la decisión y la discusión en Santiago, porque hay muchos grupos que también demandan eso. Para nosotros también es muy importante el reconocimiento de la diversidad. Que se considere, y que el pueblo de Chile se sienta tomado en cuenta en la escritura de esta Constitución. El otro tema importante es la plurinacionalidad, que todo paso que demos también considere el diálogo intercultural, el diálogo de respeto con el otro. El otro como legítimo otro en su lengua, con su cultura, con sus derechos como básicos, porque eso nos va a permitir construir entre todos lo que no existe.
¿Qué cree que aportará el pueblo mapuche a la convención?
Vamos a aportar nuestra memoria, esa memoria que nos ha sido enseñada. Es la memoria histórica. En Chile se han negado la memoria de las naciones originarias y ahí hay una deuda con los pueblos originarios, porque se han vulnerado a lo largo de la historia los derechos de las naciones originarias. Se nos ha vulnerado el derecho a existir como naciones, con nuestras lenguas, con nuestras culturas, nuestros territorios, nuestras tomas de decisión. Entonces, esta deuda se ha arrastrado a lo largo de todo el tiempo y a lo largo de los diferentes gobiernos. Y todo esto siempre termina en conflicto, y mientras eso no se resuelva, esta manera de convivencia tan violenta que ocurre en nuestra comunidad va a persistir y con ese marco no podemos seguir desarrollando este no buen vivir. Hay que hablar de la verdad histórica, porque toda vulneración de derechos humanos requiere reparación y se tendrán que reparar las violaciones que se cometieron con nuestros pueblos. Eso lo tiene que entender el pueblo de Chile. .