“Ahora a negociar con el ‘Teo’ pasado”. Esa frase se repite una y otra vez en los pasillos del Congreso en Santiago entre los comisionados de la oposición. El comentario irónico hace juego con el sobrenombre del RN Teodoro Ribera y la expresión “tejo pasado”, es decir, cuando en las negociaciones una de las partes exige más de lo que quiere para que, al momento de zanjar la disputa, el resultado sea lo más cercano a lo que en realidad se está pidiendo.

El exministro de Justicia, en la primera etapa del proceso que lleva adelante la Comisión Experta, jugó un rol clave para que la oposición negociara con éxito las primeras normas sobre derechos sociales. Por lo mismo la frase, repetida medio en broma y medio en serio, es una señal de lo que será la nueva etapa de la Comisión Experta.

Este semana sus 24 miembros lograron aprobar en general y por unanimidad los 193 artículos permanentes y 22 transitorios correspondientes a los 14 capítulos del anteproyecto de nueva Constitución. Las normas representan el primer esqueleto del texto que se le entregará al Consejo Constitucional y es el reflejo de los “mínimos comunes constitucionales” acordados por el oficialismo y la oposición.

Ahora los expertos van a partir la tercera fase del proceso y deberán redactar las enmiendas. Esta es la última oportunidad que tienen para completar los puntos que dejaron pendientes e incluir los aspectos esenciales que cada sector quiera defender.Mientras el oficialismo está insatisfecho, la oposición está conforme. Los expertos oficialistas no han dudado en exponer el gusto amargo que tienen respecto de lo conseguido. Los puntos más débiles para ellos son las normas que ingresaron respecto de los fundamentos del orden constitucional y los derechos sociales. “En los procedimientos futuros debemos aumentar las chances de aprobación en el plebiscito de salida, algo que hoy parece lejano”, reconoció el comisionado Alexis Cortés (PC) en el pleno.

¿Qué pedirá cada sector?

Luego de la votación en general, la secretaría general del proceso constitucional tiene que comunicar los resultados al pleno.

Desde ese día comenzarán a correr los cinco días de plazo que fija el reglamento para ingresar las enmiendas. Los cálculos de la mesa directiva es que ello terminará el próximo sábado o domingo.

En los computadores de los expertos ya hay varias enmiendas escritas, y estos coinciden en que el trabajo más duro y en detalle para redactarlas partirá el lunes. La primera tarea es determinar las indicaciones que serán transversales y contarán con las firmas de los expertos del oficialismo y la oposición. Lo más probable es que en las subcomisiones de sistema político y de órganos autónomos tengan varias de consenso. De hecho, en la primera instancia tienen pendiente el corazón del régimen político: el sistema electoral. El punto en discordia es avanzar hacia un sistema de listas cerradas. Pese a que la idea concita el apoyo de varios comisionados, aún no hay convicción transversal entre los expertos.

Para aprobar una enmienda en el pleno se necesitan 14 votos. Cada sector está empatado con 12 expertos en el oficialismo y otros 12 en la oposición. Por lo tanto sí o sí se necesitan apoyos cruzados, ya que de lo contrario las indicaciones serán rechazadas. Pese a eso, el oficialismo está consciente de que hay algunas “peleas imposibles” que solo serán testimoniales. Por lo tanto habrá un grupo grande de enmiendas que serán firmadas por comisionados de un solo sector. La idea, comentan en la comisión, es dar una señal de que se hizo lo posible por incluir temas en el anteproyecto, pero si no se pudo fue por la falta de votos.

El oficialismo ya tiene sus balas de plata. En las enmiendas harán todo lo posible por incluir la democracia paritaria, escaños reservados para pueblos indígenas, una mejor regulación del agua y perfeccionar los artículos sobre Estado social y derechos sociales. Su lista es bastante más extensa -incluyendo mención a los niños, niñas y adolescentes, derecho a los cuidados, derechos humanos, naturaleza, entre otros-, pero esos son los puntos más trascendentales para el sector.

En la oposición el listado es más corto. Pese a que en privado los expertos aseguran que han hecho varias concesiones, en la práctica todos reconocen que han logrado armar un buen texto. La oposición tuvo que ceder en, por ejemplo, las iniciativas derogatorias de normas, pero en general han sido más las ganancias. Para las indicaciones harán un último esfuerzo por reponer el control preventivo sustantivo en la Corte Constitucional y algunos expertos harán el intento por dejar expresa la defensa de la vida del que está por nacer.

Pronto se comenzarán a mover las piezas y partirá el juego de póker. En esta ocasión cada sector tiene un arma de disuasión que nadie espera usar. El reglamento define que primero se votan las enmiendas supresivas, luego las sustitutivas y finalmente las aditivas. Si se rechazan todas esas indicaciones, los comisionados pueden pedir votación separada y ahí tienen que votar -otra vez- la norma original, la misma que se aprobó en general esta semana. Por lo tanto todas las normas podrían caerse. Ese escenario es casi imposible que ocurra, pero es el telón de fondo de la negociación que ya partió. La oposición espera que el oficialismo sea consecuente y honre las normas que llevan sus firmas.

Llegado el momento todas las enmiendas serán sometidas a una única negociación integral y cruzada. Para eso lo más probable es que se arme un equipo chico de negociación para hacer la transacción de lado y lado. La batalla de las enmiendas recién comienza y los expertos tienen dos meses para terminarla.