La historia fue inmortalizada en la película En busca de la felicidad. Una vida de lucha contra la adversidad que le valió a Will Smith una nominación al Oscar. Pero Christopher Gardner no es Will Smith y su vida no es una ficción de Hollywood. Creció con un padrastro maltratador y una madre golpeada; pasó parte de su infancia en un centro de menores; estuvo en la cárcel por no pagar unas multas de tránsito, y tuvo que dormir en la calle con su hijo pequeño porque no tenía dinero para alquilar un lugar donde vivir. Una experiencia de vida que luego relató en el libro que inspiró la película.
La vida de Gardner recién empezó a enrielarse a los 29 años, cuando logró estudiar para ser corredor de valores y comenzó a trabajar en Dean Witter Reynold y luego en Bear Stearns. En 1987 creó su propia compañía, que vendió en 2006. Y a partir de entonces se ha concentrado especialmente en su labor filantrópica, apoyando organizaciones para la lucha contra el abuso de menores, el maltrato femenino y el alcoholismo. Su último libro Permission to Dreams es una pequeña guía para hacer realidad los propios sueños y fue destacado por The Wall Street Journal.
Como parte de su labor como conferencista, Gardner dictará el próximo 22 de junio, a las 17.00, una charla en Chile, auspiciada por el Banco Itaú sobre cómo responder al actual clima de incertidumbre que ha generado la pandemia. Desde su casa en Chicago conversó vía Zoom con La Tercera sobre su experiencia, las lecciones aprendidas y sus esperanzas sobre el futuro después de la pandemia. “Tengo confianza en lo que viene principalmente por los jóvenes, no sólo están cambiando EE.UU., están cambiando el mundo”, asegura.
Su charla se titula Cómo enfrentar la felicidad en medio de la incertidumbre. ¿Cuál es su definición de felicidad y cómo encontrarla en un mundo incierto como el actual?
Mi definición de felicidad es muy simple en estos momentos. Estoy sano, mi familia está sana y las personas que quiero están bien. Eso es lo más importante. Segundo, qué nos enseñó el 2020 a todos nosotros, además de todas las muchas cosas que aprendimos y qué es común a todos alrededor del mundo hoy: que nadie sabe cuánto tiempo nos queda en el reloj. Nadie sabe, lo que significa que cualquier cosa que usted quiera para usted y su familia búsquela ahora. Hay que ir dando pequeños pasos cada día para ir avanzando. La frustración para todos nosotros en este momento es que queremos hacer como que nada ha pasado, como que no hubiera obstáculos, no hubiera desafíos y todo fuera muy fácil. Pero muchas veces, como ahora, hay que dar pequeños pasos y a veces hay que dar pequeños pasos incluso bajo la lluvia. Pero en la medida en que avances y busques la felicidad está bien. La felicidad no es un destino, no es una señal en la autorruta que dice “Hacia la Felicidad”. Eso lo sabemos hoy personas como tú y yo que hemos vivido lo suficiente y hemos estado en este mundo lo suficiente, hemos visto obstáculos, hemos tenido que tomar desvíos, ha habido tráfico, congestión, hemos evitamos una casi colisión. Y cuando uno ha visto todo eso.... Para mucha gente joven esta es la primera vez que han tenido que poner toda su vida en una pausa completa. Pero ¿nosotros lo sabemos desde hace tiempo ya?
Siempre se dice que las crisis crean oportunidades, pero también generan angustia, miedo e incertidumbre. ¿Cómo se manejan esas emociones?
Esas emociones van a existir siempre, incluso en los mejores tiempos. No sé tú, pero yo no he estado en ningún momento de mi vida en un periodo donde todo está perfecto. Y no sólo internamente, sino externamente. Son las cosas externas las que no podemos controlar. No las podemos controlar, pero sí podemos controlar la forma en que actuamos, cómo respondemos y qué hacemos. Y eso nos lleva, primero, a dar pasos pequeños. Primero, qué podemos hacer para ayudar a otras personas, personas que amamos. Esta pandemia… no sé los números donde están ustedes, pero al comienzo de esta pandemia la gente decía estamos todos en el mismo barco ahora. No señor, no estamos en el mismo barco, estamos en la misma tormenta, que no es lo mismo. Algunos de nosotros tuvimos el lujo de trabajar desde la casa. Independiente de los problemas y desafíos que eso implique, hay una diferencia. Nosotros estamos en un barco distinto del de los trabajadores de la salud, los funcionarios de la primera línea que arriesgaron sus vidas y la de sus familias simplemente por ir al trabajo. Ese es completamente distinto al barco de las personas que no dejaron sus casas para ir a trabajar y es también muy distinto al barco de las decenas de miles de personas que saben que no hay un trabajo a donde volver. Son barcos distintos. Y hay también otro barco lleno de personas que ni siquiera creen que estemos en una tormenta. Ese se llama “el barco de los locos”. Tiene un gran letrero a un costado que dice “el barco de los locos”, un gran letrero. Si seguimos adelante va a ser a través de pequeños pasos, y amigos, familiares y colegas no del gobierno. Lo que vemos universalmente es que el gobierno a veces funciona y a veces no. El hecho es que las ayudas no siempre sirven para todos. No me quiero meter en política, pero entiendo que ustedes tienen una elección importante luego y si no les gusta el tipo que va de candidato nosotros tenemos un político aquí en Estados Unidos que está disponible, se lo podemos mandar… (ríe).
Muchos de los problemas que usted ha enfrentado, como el maltrato a menores o a mujeres, se han agravado en la pandemia. ¿Cómo se combaten esos problemas en las condiciones actuales?
No sé los números en Chile, pero en Estados Unidos los números de violencia doméstica, casos de abusos de menores se han disparado producto de la pandemia. Tuve una experiencia el mes pasado mientras hacía una gira virtual para hablar a escuelas y tuvimos una conversación con varios alumnos. Un niño pequeño tenía la última pregunta y me dijo: “Señor Gardner, ¿cuando usted era un niño pequeño, tuvo alguna vez miedo de volver a la casa?”. Y él no estaba formulando esa pregunta sólo por curiosidad. Tuvimos una muy honesta conversación con él sobre el hecho de que a veces tienes que dejar que la gente sepa que necesitas ayuda, en especial en el caso de un indefenso y débil niño. Algunas veces hay que permitir que las otras personas sepan que necesitas ayuda. Lo bueno de esa conversación es que el superintendente de toda la escuela lo escuchó y sabe que tiene que prestar más atención al medioambiente de ese niño. Eso pasa universalmente, pero no se habla de eso y no se le toma atención por todas las otras cosas que están pasando. Y cuando eres un niño o una mujer y estás atrapado en un ambiente doméstico violento, eso da miedo y lleva a algo que hablamos hace unos minutos, las personas tienen que ayudarse unas a otras, eso es todo lo que tenemos.
Para usted, ¿qué fue lo más importante para superar la adversidad y lograr llegar a donde está ahora?
Mi madre. Tuve una de esas madres de la vieja escuela. Me decía cada día, hijo tú puedes lograr cualquier cosa. Y yo le creí. Seamos claros, no me decía tú puedes tener lo que quieras o tú puedes comprar lo que quieras, tampoco me decía las cosas siempre van a ser justas ni que no va a doler a veces o que no vas a llorar. No me dijo que no iba a tener miedo, sino que yo podía lograr cualquier cosa y yo le creí. Y eso fue el combustible para la gestación de un sueño. Se lo traspasé a mis hijos y ahora puedo compartirlo con nuevas generaciones de jóvenes alrededor del mundo. Este es el momento de soñar con lograr cosas y hacerlas.
Pero ¿hay oportunidades iguales para todos? Porque vemos los reclamos de la comunidad afroamericana en EE.UU. por ejemplo.
No hay nada parecido a la igualdad de oportunidades. Retrocedamos un poco. En cualquier parte que uno encuentra personas uno va a encontrar algo llamado racismo, xenofobia, antisemitismo. En cualquier parte que encuentres seres humanos esas cosas van a estar ahí. La pregunta es vas a seguir avanzando. La mayor pregunta es qué puedes aprender de esos desafíos y a qué puedes recurrir para seguir adelante. En tu vida, no en tu negocio, no en tu carrera, en tu vida, qué tienes en tu caja de herramientas y qué has aprendido de esos desafíos. Te voy a decir esto: hoy, en esta situación en que estamos todos, universalmente, hay tres cosas que son ciertas. Primero, estamos todos sobre un mundo que se está moviendo al mismo tiempo. Número dos, nadie sabe cuánto tiempo van a durar los cambios que estamos experimentando, y tercero, todos vamos a salir de esto con nuevas cicatrices. Y te voy a decir esto, las heridas son hermosas. Y sabes por qué lo digo, porque las heridas son los signos de los sobrevivientes. Y si tú puedes sobrevivir esto, puedes sobrevivir cualquier cosa. Y eso va a estar en tu caja de herramientas. Esto va a volver a pasar, solo que no sabemos su nombre todavía. Voy a retroceder un poco. El 19 de febrero de 2020 hablé ante Naciones Unidas. Por primera vez la ONU discutía cómo enfrentar el problema de los sin casa de forma global. Una gran pregunta, una superimportante pregunta. Yo era el último en hablar. Varias personas hablaron antes de mí, funcionarios de la salud, administradores públicos y científicos que mostraron todos sus datos y las tendencias y los estudios. Yo tuve que hablar al final y mi planteamiento fue que lo primero que tenemos que hacer es redefinir quién está en riesgo de convertirse en un sin casa. Y específicamente apunté a las mujeres trabajadoras. Y hoy las mujeres trabajadoras han sido golpeadas por esta pandemia más que cualquier otro grupo de personas. Yo estaba dando ese discurso y el Covid-19 ya estaba aquí, sólo que no sabíamos su nombre todavía. Entonces mi punto es que esto va a pasar de nuevo y la gran pregunta para muchos es ¿qué aprendimos de esto para tenerlo en nuestra caja de herramientas la próxima vez? ¿Y qué cree que el mundo aprendió durante la pandemia?
Cada uno aprendió cosas distintas, pero lo que creo que aprendimos universalmente es que la forma en que estábamos haciendo las cosas no estaba funcionando para todos. Ya lo sabíamos, pero esta fue la prueba, el punto de quiebre. Entonces el tema quizá no es cómo volvemos a reconstruir las cosas de antes, sino que la gran pregunta es quizá cómo empezamos a romper con ese pasado.
Pero ¿usted cree que el modelo económico va a cambiar producto de la pandemia?
No, no va a cambiar. No, el tema es qué hacemos con los jóvenes para prepararlos y darles un conjunto de habilidades útiles para ambientes cambiantes. El capitalismo no va a desaparecer, eso no va a pasar. Esto nos lleva a lo que hablaba antes, a los pequeños pasos, enseñar a los jóvenes a desarrollar un set de habilidades que sea pequeño, relevante y que sea portátil. Tú como periodista puedes trabajar en cualquier parte del planeta. El set de habilidades que desarrollaste como periodista es portátil y relevante y pequeño.
Pero hay gente que simplemente no es capaz de lograr lo que busca. Como sostiene Michael Sandel, en la sociedad no hay sólo ganadores, también perdedores. ¿Qué le dice a ellos?
No se puede simplemente abandonar, no se puede. La gran pregunta en esta gira que hice con estudiantes siempre fue ¿por qué no abandonó? ¿Alguna vez pensó en dejar de intentarlo, sintió miedo alguna vez? Claro que tuve miedo y todavía tengo miedo, pero sé que el miedo es un combustible. A veces no voy tan rápido como me gustaría, pero sigo avanzando.
Y cuando usted estaba en esos momentos ¿qué lo impulsaba a seguir hacia adelante?
Escuchaba la voz de mi madre: tú puedes hacer o lograr cualquier cosa. Todavía la escucho hoy. Si vienes a mi casa lo primero que vas a ver al entrar es una foto de mi madre junto a mi tazón de café. Mi madre se fue al cielo hace 27 años, pero todavía hablamos, cada día. Nos tomamos una taza de café juntos. Y me pregunta las mismas preguntas que las madres les hacen a los jóvenes alrededor del mundo: “Hijo, ¿hiciste tus tareas hoy?; ¿rezaste hoy? Entonces sigue trabajando, porque Dios está ocupado. Dios tiene que ayudar a otra persona, tú sigue trabajando”.
Es de los que confían que saldremos mejor de esta pandemia.
Sí, y si no lo hacemos será culpa nuestra. Esta es la oportunidad para dar un paso adelante y decir no, esto no está funcionando. Y hay una forma en que podemos hacerlo de manera distinta. Este es el momento de las nuevas ideas. Estoy emocionado sobre el futuro, Lo primero que debes hacer es cuidar a tu familia, seguir trabajando y preguntarte qué puedo hacer para ayudar a otra persona. b