Entrevista a Mari Carmen Martínez: “En momentos de crisis, el hartazgo de la gente hace irse a los extremos”
La portavoz del partido político español Ciudadanos, sostiene en esta entrevista con La Tercera que "ningún extremo es bueno, no creemos en los populismos ni de un lado ni del otro".
Ciudadanos fue la primera formación que emergió en España cuando la crisis del bipartidismo y de las estructuras políticas tradicionales. El que más llegó a acariciar el poder. Pero también el primero en derrumbarse, en perder la catarata de sufragios que había conquistado y también a un buen número de miembros que se fugaron a casas rivales. Su líder inicial, Albert Rivera, ya ni siquiera está en política, como tampoco Pablo Iglesias, el jefe de filas de su antagonista inicial, Podemos, antes de que surgiera Vox a la extrema derecha. Entre los supervivientes del grupo está Mari Carmen Martínez (Jerez de la Frontera, 42 años), su portavoz para Asuntos Exteriores y la encargada de atender a la disputa Boric-Kast.
¿Cómo se miran desde Ciudadanos las elecciones chilenas?
Más bien con un poco de preocupación, viendo cómo se ha deteriorado el clima político en Chile. Se ha dado a los extremistas de izquierda y también de derecha un papel muy protagonista en estas elecciones. La segunda vuelta va a obligar a los chilenos a elegir entre uno malo u otro peor. Y nos preocupa realmente que eso después tenga un impacto negativo en el futuro de la política de Chile.
¿Y el desenlace tendrá efectos también fuera de Chile?
Bueno, la polarización está existiendo también en otros países. En España también existe, con Unidas Podemos y Vox, que sí ofrecen cierta tensión a la política de nuestro país. Pero las políticas de los diferentes países se ven influenciadas también por otras cosas. No creo que puedan compararse situaciones políticas dependiendo del país. Lo que sí que es cierto que hay un movimiento político de los extremos que sí que están surgiendo en muchos países. Es decir, en la polaridad sí vale la comparación, pero no en las consecuencias.
¿En el hartazgo o deterioro de los grandes partidos tradicionales que justificaron la creación de su formación política sí Chile puede mirar a España como un espejo, no?
Eso sí. Pero las consecuencias no son comparables. Sí que es cierto que cuando existe una situación muy crítica al final acaba polarizándose por el hartazgo de la gente y es complicado medirlo. En España tuvimos mucho tiempo de un bipartidismo muy fuerte y partidos como el nuestro surgieron en respuesta a ese modelo que se convierte en rancio, da igual sea de izquierda o de derecha, porque al final uno tapa las vergüenzas del otro. Y después, con esos partidos emergentes la gente empieza a ver cosas diferentes, y cuando llegan momentos de crisis, como por ejemplo ahora el Covid, el hartazgo de la gente al final hace irse un poco más a los extremos. Y eso sí podría ser comparable, porque las ciudades también comparten momentos. Pero lo que se vaya a derivar de unas elecciones como éstas, depende de cada lugar. En España tenemos un gobierno de izquierda, el Partido Socialista, que ha estado pactando con unos partidos que han condicionado el momento político que se vive en el Congreso de los diputados.
Han tenido que pactar con la extrema izquierda o los independentistas porque ustedes no quisieron hacerlo antes, cuando tenían escaños de sobra, y hubo que repetir elecciones.
No, las decisiones que ha tomado Pedro Sánchez presentan las circunstancias de una manera muy fácil de asimilar. Ciudadanos siempre estuvo ahí y Pedro Sánchez siempre quiso pactar con Unidas Podemos. Y la clave es que cuando repiten elecciones, ya se dan un abrazo y cierran un gobierno con una velocidad pasmosa. O sea, las decisiones de Sánchez son las que ha querido tomar por ese tipo de pactos, no porque Ciudadanos no quisiera o no pudiera. De hecho, nosotros ofrecimos la vía 221 para un acuerdo entre grupos constitucionalistas y moderar un poco la postura de la izquierda y la derecha, teniendo los liberales un papel ahí de unión, y no quisieron.
¿Le adjudica alguna caducidad a la polaridad chilena? ¿Llegó para quedarse o se volverá al bipartidismo tradicional como en España?
Yo creo que la gente no debería volver a ese modelo. Debería de imperar la variedad de posibilidades. La existencia de muchos partidos te permite afinar muy bien qué es lo que quieres para la sociedad en la que vives. Para la economía, para el futuro de tus hijos, para el de la familia. Lo que pasa, como he dicho antes, que en momentos de crisis al final todo se polariza y parece mucho más fácil elegir entre la izquierda y la derecha. Pero si hacemos un ejercicio de responsabilidad hay muchas más cosas donde mirarnos. Nosotros, como partido liberal, podemos dar soluciones a muchos problemas de la sociedad y todavía tenemos un hueco.
Lo cierto es que más allá de los partidos, los líderes que abanderaron esa revolución, Albert Rivera en Ciudadanos y Pablo Iglesias en Podemos, ya ni están en política. No resistieron apenas.
Todas las personas que hemos llegado a la política de la mano de Ciudadanos sabemos que es para un tiempo. Cuando tú puedes aportar, cuando estás fresco, porque para este tipo de trabajo hay que estar fresco, es un trabajo de muchas horas, de dejar a tu familia detrás… Y hay momentos en los que lo puedes dar todo, pero en Ciudadanos siempre hemos llegado a la política sabiendo que después volveremos a nuestros trabajos. El momento te dirá cuándo quieres volver a tu trabajo de siempre.
¿Por qué se desplomó Ciudadanos?
Pues eso tienen que decirlo los ciudadanos. Quizás no supimos comunicar todas las cosas que habíamos hecho o todo lo que hemos planteado para este país. No creo que haya una sola razón para un cambio tan grande en el número de parlamentarios a nivel nacional. Tiene que ver también que nosotros estamos gobernando en multitud de ayuntamientos y en varias comunidades autónomas y eso está ahí. El resultado de unas elecciones tampoco puede dar la descripción ni del presente ni del futuro.
Se les acusó de alejarse del centro y que eso les pasó factura. ¿Entendieron que la derecha ahora mismo si no es extremista no tiene recorrido?
Nosotros somos liberales, nos situamos en el centro político del país. Un partido liberal es tener políticas sociales poniendo en el centro el corazón de las personas y llevar políticas económicas que permitan el crecimiento económico de un país. Nosotros somos liberales y existe ese perfil liberal, al menos en España. Nosotros no nos encontramos nunca en esa disyuntiva, no nos hemos movido nunca de ese posicionamiento. No hemos cambiado ni una pizca.
¿Vox surgió porque Ciudadanos no supo hacer de contrapeso a la izquierda, volver a la derecha lo tibio?
Pues no lo creo. No creo que haya liberales de verdad que puedan pensar que Vox es su lugar. El liberal es liberal y en este momento en España solo hay un partido liberal, que es Ciudadanos.
¿Y el liberal chileno de verdad qué debe pensar ahora, cuando está entre Kast y Boric?
Pues ese es el problema, como he comentado al principio. En esta segunda vuelta van a tener que elegir entre ninguna de las dos mejores opciones, van a tener que vivir una tesitura bastante difícil.
¿Visualiza lo que puede ocurrir en función de si gana uno u otro?
Depende de cómo la sociedad reciba el resultado. Y eso es hacer un ejercicio de adivinación al que no me atrevo. Todo dependerá de cómo la sociedad chilena asuma el resultado.
¿Y a esa sociedad le tiene que dar más miedo un resultado que otro?
Los extremos, y nosotros lo vivimos todos los días aquí en el Congreso de los Diputados, terminan tocándose. Ningún extremo es bueno, no creemos en los populismos ni de un lado ni del otro. En un país que quiera crecer y luchar por derechos y libertad la mejor elección es un partido liberal. En Chile también.
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