Es la primera celebración del Día de la Independencia y el evento más grande hasta ahora organizado por la Casa Blanca del Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Sin embargo, los festejos que buscaban convertirse en el inicio del “verano de libertad” para los estadounidenses en tiempos de pandemia han sido eclipsados por dos motivos: la baja tasa de vacunación contra el Covid-19 en los jóvenes y el temor al embiste de la variante Delta, ahora presente en 50 estados. En este escenario, la administración demócrata asumió que no podrá cumplir con la primera promesa presidencial que tenía como objetivo llegar al 4 de julio con al menos el 70% de las personas mayores de 18 años inoculadas, y 160 millones de ciudadanos con el esquema de vacunación de dos dosis completo, lo que revela la dificultad para dejar atrás al virus, que solo en EE.UU. ha cobrado más de 620 mil vidas.
Los preparativos para la festividad avanzan a toda marcha en todo el territorio estadounidense. El jardín sur de la Casa Blanca fue elegido cuidadosamente para ser el sitio al que llegarán alrededor de mil invitados, entre ellos trabajadores de salud, socorristas, militares y sus familias para participar en una “comida al aire libre”, presenciar el discurso de Biden y finalizar la jornada con la vista preferencial de la exhibición de fuegos artificiales desde el National Mall, donde se reunirán cientos de espectadores en Washington. Un escenario radicalmente opuesto al de hace un año cuando la pandemia obligó a cancelar el feriado en todo el país. Tan solo Miami suspendió algunas actividades por “respeto a las víctimas del edificio derrumbado en Surfside y sus familias”.
El 4 de mayo pasado, el mandatario estadounidense afirmó que acelerarían la campaña de vacunación lanzada en diciembre inicialmente solo con el inmunizante de Pfizer para que este domingo las personas pudieran volver a reunirse con familiares y amigos en pequeños encuentros sociales.
Tras más de un año paralizados con cuarentenas y cierres del comercio, los ciudadanos esperaban con ansías este fin de semana para retomar algunas de las actividades prepandémicas. La Asociación Estadounidense del Automóvil estima que más de 47 millones de estadounidenses viajarán entre el 1 y el 5 de julio para aprovechar el feriado. De ellos 43,6 millones utilizarán vehículos, mientras que más de 3,5 millones lo harían en avión, lo que significará que las aerolíneas volverán a los niveles de tráfico aéreo previo al virus.
De esta manera, este Día de la Independencia sería el segundo en tener más viajeros, siendo superado por los números de 2019 cuando 48,9 millones de personas se movilizaron a nivel nacional e internacional. Esto representa un contraste con la fiesta de 2020, momento en que el coronavirus tenía a medio país en confinamiento y solo 34 millones de estadounidenses viajaron.
Tan solo el fin de semana pasado, más de cuatro millones de personas pasaron por alguno de los aeropuertos de Estados Unidos, de acuerdo a la Administración de Seguridad en el Transporte. No obstante, la alta movilidad en estos días preocupa a las autoridades, ya que podría generar nuevos brotes del virus relacionados a las personas, especialmente jóvenes que han optado por no vacunarse.
El dilema de los más jóvenes
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señala que han administrado 328 millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19. Esto ha permitido que más de 181,6 millones de personas, o sea un 54,7% de ciudadanos, hayan recibido a la fecha al menos una dosis de la vacuna, mientras que 156,2 millones de estadounidenses están completamente inmunizados con ambas dosis, lo que corresponde a un 47,1%.
Con una población total de más de 328 millones de habitantes, los datos de inoculación parecieran evidenciar un éxito en la campaña de vacunación lanzada hace seis meses con Pfizer para luego sumar los inmunizantes de Moderna y de Janssen. Sin embargo, el desglose por edad deja entrever la inquietud de las autoridades.
Mientras un 88,2% de los mayores de 65 años está protegido con al menos una dosis de la vacuna y un 78,3% con las dos dosis, entre los mayores de 18 años la cifra cae a un 66,7% con la primera inyección y solo un 57,7% cuenta con el esquema completo, lo que significa que aún apresurando el proceso -que avanza a un ritmo de 850 mil dosis administradas cada día y que en las últimas semanas sumó a los niños y adolescentes desde los 12 años- la administración de Biden no alcanzará a cumplir su meta este domingo.
El dilema de las vacunas lo concentran los jóvenes de entre 18 a 26 años. El asesor principal de Covid-19 de la Casa Blanca, Jeffrey Zients, explicó que “muchos estadounidenses más jóvenes han sentido que el virus no es algo que los afecte y han estado menos ansiosos por recibir la vacuna”.
Una encuesta realizada por la CDC entre marzo y mayo señala que un 23,2% de los estadounidenses de entre 18 y 39 años “no estaba seguro” de vacunarse y un 24,9% dijo que “posiblemente” no se inocularía o que “no lo haría en absoluto”.
Así, la Casa Blanca estimó que aunque ha “superado sus más altas expectativas” reconoció que “se necesitarán unas semanas extras” para cumplir con el 70% de los adultos inoculados debido a los rezagados millenials, mientras que “a más tardar a mediados de julio” superarán los 160 millones de personas completamente vacunadas.
Según CNN, la “derrota” de Biden se da después que alcanzó fácilmente su primer objetivo cuando apuntó a cumplir 100 millones de vacunas en sus primeros 100 días en el Despacho Oval y que se dio en el día 58, para posteriormente elevar la meta a 200 millones de vacunas, cifra que superó en el día 92. En tanto, la semana pasada, Biden celebró el hito de 300 millones de vacunas en 150 días.
En mayo, los pronósticos eran positivos y respaldaban al mandatario demócrata, pero la tasa de vacunación ha ido cayendo en las últimas semanas, pasando de un promedio semanal de 2,2 millones de vacunas por día a 1,1 millones a fines de junio.
Los expertos también han alertado de una “disparidad extrema” de los índices de inoculación entre los estados. Tan solo 16 estados y Washington DC han obtenido la inmunidad de rebaño en los adultos, destacando a Vermont, Hawai y Massachusetts con más del 80% de los adultos con la primera dosis. En el lado opuesto aparecen 17 estados por debajo del 60%, mientras Mississippi, Louisiana, Wyoming y Alabama no superan el 50% de los adultos con una o más vacunas.
Los nuevos casos y decesos por Covid-19 han caído a los niveles alcanzados durante los primeros días de la pandemia, con menos de 300 fallecidos diarios. En un intento por convencer a los indecisos, el viernes pasado Biden advirtió que la variante Delta es “particularmente peligrosa para los jóvenes. Los datos son claros: si no está vacunado, corre el riesgo de enfermarse gravemente, morir o contagiar”.
El riesgo de la variante Delta
Hace un mes, los estadounidenses celebraban la relajación de los protocolos sanitarios que les permitió dejar de usar mascarillas a los inoculados, pero ahora el mayor símbolo de la pandemia podría volver debido al impacto de Delta, la variante más contagiosa detectada originalmente en India y que se ha expandido en más de 80 países, y que tiene una presencia en EE.UU. con el 26% de los nuevos casos registrados.
El último estado en confirmar el primer caso positivo de la variante B.1.617.2 fue Dakota del Sur, el martes. El asesor de la Casa Blanca para la pandemia, el Dr. Anthony Fauci, alertó que podrían estar frente a “dos EE.UU.”, uno con la mayoría de los habitantes vacunados y otro con bajos niveles que podrían provocar rebrotes, que son “completamente evitables”.
Hasta ahora, la CDC sostiene que la variante dominante en el país sigue siendo la Alfa o B.1.1.7., la variante británica está relacionada al 47,8% de los casos al 19 de junio, y la variante P.1 o Gamma, de Brasil, es la tercera más común, vinculada con un 14,5% de los casos.
Los expertos sanitarios han realizado un llamado a evitar repetir lo ocurrido en Reino Unido, que con un 66,1% de la población cubierta con al menos una dosis de la vacuna y un 48,7% completamente vacunada, ha visto desde febrero un repunte de contagios de Covid-19, de los cuales en más del 90% de los casos corresponden a la variante Delta, lo que ha obligado a volver a retrasar la reapertura.
Gran parte del mundo sigue siendo azotado por el coronavirus y la escasez de vacunas en algunos países podrían generar el surgimiento de nuevas variantes del virus, que podrían llegar a Estados Unidos ante el aumento de movilidad en los aeropuertos.
Ante esto, el Ejecutivo informó que desplegarán equipos de respuesta con brigadistas en las áreas del país con mayores tasas de propagación de la variante Delta y baja inoculación, como Missouri, que lidera las tasas de infección con esta variante, con un 29,9% de los contagios, y solo un 38% de los residentes con el esquema de vacunación completo, para realizar exámenes y enviar funcionarios de apoyo para la vacunación.
La agencia The Associated Press indica que este fin de semana será un “puntapié no oficial para una nueva fase en la respuesta pandémica de Estados Unidos, el gobierno federal buscará pasar la página de la crisis sanitaria para centrarse en un resurgimiento económico y apoyar a las vacunas en el mundo”.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, insistió en que “independientemente de dónde estemos el 4 de julio no nos detendremos. El 5 de julio continuaremos presionando para vacunar a más personas en todo el país”. A su vez, Biden aprovecharía mañana la atención de todo el país para reafirmar la importancia de la inoculación que permitió disminuir los casos y muertes en un 90% desde que asumió en el cargo el 20 de enero pasado.