Excentricidades de un clan narco: la lujosa vida de la familia de “El Chapo” Guzmán
Con la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del exjefe del Cartel de Sinaloa, sus lujos en libertad quedaron atrás. Vehículos de alta gama, animales exóticos y armamento de guerra son solo algunas de las colecciones que atesoraba fruto del dinero proveniente de actividades criminales, y que los otros herederos delictuales del capo narco mexicano también han ostentado.
La detención el 5 de enero de Ovidio “El Ratón” Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, no había sido el primer intento. En 2019, en un evento conocido luego como “El Culiacanazo”, las autoridades mexicanas intentaron capturarlo sin lograr el resultado esperado, pero con una similitud preocupante: en ambos casos, la fuerza, el dinero y la posesión de armamento militar demostrada por el heredero de “El Chapo” quedó a la vista.
Con vehículos incendiados en las calles, disparos con armamento de guerra y carreteras bloqueadas por un pequeño ejército fiel a su líder, el Cartel de Sinaloa hacía una infame demostración de su poderío, dejando tras de si un reguero de sangre. De los 29 muertos en la jornada, 10 eran militares y 19 miembros de la delincuencia organizada.
Dicho nivel adquisitivo también es ostentado en particular por la cúpula del clan Guzmán, quienes no esconden sus fortunas producidas gracias a la actividad delictual que hizo lamentablemente famoso a su ahora encarcelado padre. A través de sus redes sociales (no verificadas por estas) y fotografías obtenidas por las fuerzas policiales, se les ha visto exhibiendo numerosos vehículos de alta gama, armas con oro y diamantes, e incluso posando con sus leones, tigres y guepardos.
Excesos familiares
La familia Guzmán, compuesta por los hijos de al menos tres esposas que ha tenido “El Chapo”, es numerosa, y con muchos de sus miembros ligados desde la adolescencia al Cartel de Sinaloa. Así lo explicó a La Tercera la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y editora del libro Narcocultura de norte a sur. Una mirada cultural al fenómeno del narco, Ainhoa Vásquez.
“Cuando detuvieron y extraditaron a ‘El Chapo’, e incluso desde antes, varios de sus hijos ya eran parte del Cartel de Sinaloa. La prensa mexicana los bautizó como ‘Los chapitos’ y no se sabe bien cuántos son. Se calcula que pueden ser unos 12 hijos y, entre ellos, son cuatro los herederos más visibles”, aseguró la experta. Los hermanos de padre han sido calificados en medios internacionales como “jóvenes impetuosos, excesivamente violentos”, pero “sin grandes habilidades estratégicas como las de su padre”.
Entre los más conocidos, destacan los excesos de Iván Archivaldo, conocido como “Chapito”. En fotografías difundidas a través de su cuenta de Facebook entre 2012 y 2014, se vanagloriaba al mostrar al menos cuatro autos de lujo en “el sótano”, como llamó al lugar en una de sus publicaciones. Jesús Alfredo, otro de sus hijos famosos, exhibía a un guepardo sentado en un auto con asientos de cuero, así como dos crías de leones al interior de un vehículo marca BMW. En otra, se veía a un león junto a otro auto blanco, y sobre el capó descansaba un pequeño arsenal de guerra. Ambos hermanos fueron los encargados de recoger al actor Sean Penn en su polémico encuentro con “El Chapo” en 2015, luego de que este escapara de prisión.
Alejandrina Guzmán, otra de las hijas reconocidas, ha trascendido gracias a su extravagante línea de ropa inspirada en su padre, la que bautizó como El Chapo 701, número que hace referencia a la posición que ocupó el capo en la lista Forbes de los más ricos del mundo en 2009.
Ovidio, por otro lado, tiene una fama distinta en cuanto a sus lujos favoritos. Acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de conspirar para distribuir drogas que luego serían importadas a ese país junto a su hermano Joaquín Guzmán López, el heredero conocido como “El Ratón” ha sido descrito por medios mexicanos como alguien a quien no le atraen los autos de lujo o los deportivos, pese a poseerlos. Distintivos son sus secuaces, quienes portan la imagen de un ratón en sus vestimentas y vehículos.
En cambio, guarda una especial afición por los caballos y los gallos finos, así como el armamento de alto calibre. Según El Universo, luego de la detención de Guzmán López se encontraron por lo menos seis ametralladoras, cuatro fusiles tipo Barrett, dos armas cortas y más de 20 largas repartidas entre sus propiedades, así como numerosos chalecos antibalas y varias toneladas de marihuana. El portal mexicano Oink Oink, especializado en temas económicos, valora su fortuna en cerca de 2.000 millones de dólares según su propia medición, el que vendría principalmente de su negocio de cocaína, metanfetamina y marihuana.
“En general, los capos tienen varios hijos, porque aseguran una lealtad en los negocios. Amado Carrillo Fuentes, ‘El Señor de los Cielos’, por ejemplo, al parecer tuvo 28 hijos y también, al menos, 5 de ellos continuaron la guerra contra el Cartel de Sinaloa. Los hijos heredan el negocio y las rivalidades. En ese sentido, el apellido de los líderes narcos de por sí es un gran legado que obliga a los hijos -y nietos- a continuar con las actividades criminales y a defender todo lo ganado”, explicó Ainhoa Vásquez a este medio.
Consultada por las consecuencias que la captura de uno de los hijos de “El Chapo” pueda tener, la experta aseguró que “como todo gran acto, su captura puede significar varias cosas” y que “un triunfo que debiera celebrarse se vuelve un arma de doble filo”.
Según Vásquez, “representa una batalla ganada desde el gobierno y un gesto importante para las relaciones entre México y Estados Unidos, sobre todo por el viaje de Joe Biden a México, pero no estamos ante un cambio definitivo. El Cartel de Sinaloa va a seguir funcionando porque sigue a cargo ‘El Mayo’ Zambada, le suceden los otros hijos de ‘El Chapo’ y probablemente varios líderes de los que ni siquiera tenemos los nombres”. Por otro lado, tras la captura “se vivió una ola de violencia terrible en Sinaloa” de la mano de miembros del cartel y delincuentes que aprovecharon el caos, por lo que “en vez de provocar la tranquilidad entre la población al saber que hay un criminal menos en las calles, se intensifica el terror y la inseguridad, lo que se convierte en un punto negativo para el gobierno”, agregó.
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