Expertos analizan el impacto del caso Middleton en la monarquía
La Casa Real británica ha decidido mantener silencio tras las disculpas públicas de la princesa de Gales por publicar una fotografía junto a sus hijos que había sido editada. El secretismo de la monarquía ha puesto a prueba su credibilidad.
“Como muchos fotógrafos aficionados, de vez en cuando experimento con la edición”, decía la disculpa de la princesa de Gales, luego que importantes agencias de noticias retiraran la imagen de sus galerías al notar inconsistencias. La foto de Kate Middleton con sus tres hijos, destinada a apaciguar las especulaciones sobre su estado de salud luego que no apareciera públicamente desde su operación abdominal en enero, surtió el efecto contrario.
“La imagen fue distribuida por el Palacio de Kensington a agencias de prensa para su distribución y presentado al mundo como una noticia y visto por el público como una prueba de vida. Y por eso, cuando se descubrió que había sido fuertemente manipulada, sólo levantó sospechas”, explica a La Tercera Kristen Meinzer, experta en temas de realeza.
Claudia Joseph, periodista británica y comentarista real, señala en conversación con este medio que “es importante que la familia real tenga integridad y sea honesta. Esto definitivamente ha hecho mella en su credibilidad. Pero creo que éste es un caso de ingenuidad más que de deshonestidad”.
El Palacio de Kensington ha mantenido silencio tras la publicación, a pesar de las presiones del público. Y el lunes, se negó a publicar una copia de la fotografía sin editar. Sobre la discreción de la monarquía respecto a la salud de Kate, Joseph aclara que “no es inusual que la familia real, o incluso celebridades, guarden silencio sobre su salud. En Gran Bretaña, creemos que las personas tienen derecho a la privacidad de sus registros médicos. Aunque el palacio es consciente de que hoy en día no pueden ser totalmente reservados”.
“En lo que creo que se equivocaron fue en que, en dos meses y medio, no escuchamos nada oficial. No hubo ninguna actualización, ni una fotografía. Creo que no lo hicieron bien. Y por eso hubo una enorme especulación en la prensa y en los medios online. No hay duda de que no se les consideró responsables”, explica a La Tercera Richard Fitzwilliams, comentarista real y consultor de relaciones públicas.
Para Fitzwilliams, “es un duro golpe a la credibilidad del palacio, porque la imagen fue suministrada y rechazada por las agencias. Claramente esto ha sido una especie de desastre de relaciones públicas. El palacio lo publicó y dado que fue editado, no deberían haberlo hecho”. Concuerda Meinzer, quien agrega que el manejo fue “especialmente notable si se compara con cómo el Palacio de Buckingham ha manejado las noticias sobre la salud del rey Carlos III”.
El diario británico The Mirror informó el martes pasado que un miembro de la realeza admitió durante la jornada que era “un mal día en la oficina del palacio y algo que sin duda se reflejará en el futuro”. Una amiga de Kate también comentó a The Daily Mail que la pareja real estaría “profundamente molesta” por la tormenta causada por lo que debía ser una “fotografía familiar inocente”, y otra fuente le dijo a The Telegraph que la princesa había tratado de hacer que la foto fuera “lo mejor posible”.
De acuerdo con Joseph, es poco probable que el escándalo generado por la imagen perjudique al reinado de Carlos III. “Es una tormenta en una taza de té que pronto será olvidada”, afirma. “Es la vil especulación en las redes sociales la que está fuera de control. Creo que es la tormenta perfecta, la reina murió, al rey le diagnosticaron cáncer y Kate fue operada. Eso no tiene precedentes”, añade.
La semana pasada, aparecieron en el medio estadounidense TMZ fotos de Kate viajando en un automóvil con su madre, Carole Middleton. Los periódicos británicos informaron de la existencia de las fotografías, pero no las publicaron. Según Joseph, esto es porque “hay un acuerdo de caballeros con el palacio por el que no publicamos fotografías de paparazzi de la familia real”.
“Si la foto se tomó por algún motivo que pueda considerarse privado, es una violación de las leyes de privacidad incluso y especialmente si la foto se tomó con un lente largo en un lugar público. Por lo tanto, la familia real tendría motivos para presentar una demanda si las fotografías se hubieran publicado en Reino Unido”, comenta Meinzer.
Una encuesta de Ipsos publicada el martes y realizada antes del escándalo, encontró que Kate es la integrante favorita de la realeza británica. La princesa de Gales fue elegida por un 38%, con dos puntos porcentuales más que el príncipe Guillermo. El menos favorito según el sondeo fue el príncipe Andrés, con un 2%.
“Algunos desestimarán las críticas de los medios sobre la fotografía manipulada como una tormenta en una taza de té. Pero aquí hay bienes preciosos en juego: la confianza y la integridad. Si las imágenes se pueden alterar digitalmente, ¿qué más se puede torcer? El público británico adora a la familia real, pero esa adoración depende de que se les diga la verdad”, escribió Richard Kay en una columna para de The Daily Mail.
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