Cuando Moscú declaró el inicio de una invasión a gran escala, muchos creyeron que el inmenso Ejército ruso aplastaría rápidamente a la vecina Ucrania y, según muchos reportes de entonces, esa era la intención del Kremlin. Seis meses después, la batalla no da signos de un cierre próximo. Para recapitular este conflicto, La Tercera contactó a expertos en la materia para sintetizar los 10 hitos que han marcado la guerra.

El video que anunció la invasión

Era un día jueves cuando ocurrió. Un video mostraba al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, dando sus argumentos para declarar una guerra, donde gran parte del mensaje no iba dirigido a los rusos. Iba dirigido al mundo y, especialmente, a las potencias occidentales.

“Quien intente detenernos y crear más amenazas a nuestro país, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y le llevará a consecuencias que nunca ha afrontado en su historia. Estamos preparados para cualquier resultado”, fueron las palabras del mandatario ese 24 de febrero de 2022. Iniciaba un nuevo conflicto bélico que tendría consecuencias económicas, políticas e incluso culturales en todo el mundo.

El fallido asedio a la capital

La teoría del ataque rápido y fulminante venía respaldado por la frontalidad del asalto. En la mañana del primer día de guerra, Rusia inició sus ataques con artillería y misiles contra la provincia de Kiev. Pero el desgaste, la acérrima defensa por parte de un envalentonado Ejército ucraniano y el nulo progreso ruso se transformó en una de las grandes victorias militares y morales del país invadido.

El 2 de abril, la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, afirmó a los medios que “toda la región de Kiev está liberada del invasor”. Habían pasado 37 días desde el inicio de la guerra, y los ucranianos podían celebrar que su capital no había caído.

“La derrota de Rusia en la batalla de Kiev cambió toda la trayectoria de la guerra, porque ya no era realista para Moscú ocupar la mayor parte de Ucrania, que había sido el objetivo inicial de la guerra”, explicó a La Tercera el director de estudios de seguridad internacional en la Real Instituto de Servicios Unidos de Londres, Neil Melvin.

El riesgo nuclear acecha

No solo fueron las preocupaciones políticas las que se tomaron la agenda, pues la amenaza nuclear también hizo saltar las alarmas. Fue el mismo 24 de febrero durante la noche cuando el Ejército ruso tomó Chernobyl.

Ubicada al norte de Ucrania, esta central reconocida por ser el escenario del peor accidente nuclear de la historia en 1986 fue tomada por semanas por tropas rusas, que mantuvieron cautivos a cerca de 300 personas, informó la BBC. Recién con el retiro de las fuerzas invasoras de la región de Kiev, fue que salieron también de la central. Para el 1 de abril, la mayoría de los soldados habían abandonado el lugar, dijo la Agencia Estatal Ucraniana para la Gestión de la Zona de Exclusión de Chernobyl .

A comienzos de marzo, la planta de energía nuclear de Zaporiyia era asediada, pero esta vez encontrarían oposición. Un batallón ucraniano atacó al convoy ruso al interior del complejo nuclear, incluso con misiles antitanques. Afortunadamente, el incendio producido no afectó la seguridad del reactor, pero sentó un precedente: bastaba un accidente, considerando que tanques y lanzamisiles recorrían los centros nucleares, para causar una catástrofe.

Miembros del Servicio Estatal de Emergencias realizan simulacros de respuesta a desastres nucleares en medio del bombardeo de la central nuclear de Zaporiyia. Foto: REUTERS.

Hasta el día de hoy, Zaporiyia sigue en control de Rusia, y la amenaza nuclear no ha desaparecido. Bombardeos en los que ambos bandos se culpan han alarmado a las autoridades de la Agencia Internacional de Energía Atómica, quienes han pedido repetidamente un alto al fuego en la zona.

Las víctimas civiles de la guerra

Uno de los puntos más dramáticos en estos seis meses fue la muerte de civiles desarmados. El primero ocurrió el 16 de marzo en Mariupol, en el Teatro Dramático Regional de Donetsk. El sitio era utilizado como refugio antiaéreo, sin embargo, no soportó las dos bombas que un avión de combate ruso dejó caer deliberadamente, aseguró un informe de Amnistía Internacional. The Associated Press cifró las víctimas en al menos 600 civiles, incluidos niños.

Bucha, ciudad a las afueras de Kiev, había sido desocupada por las fuerzas rusas a fines de marzo. Fue el 1 de abril cuando periodistas entraron al lugar y revelaron videos estremecedores. Civiles asesinados a balazos tirados en las calles, algunos con las manos amarradas en la espalda, generaron la condena internacional hacia Rusia.

El director del Centro de Política Internacional y del Centro Diplomático Weiser de la Universidad de Michigan, John Ciorciari, dijo a La Tercera que “los ataques de Rusia contra objetivos civiles en Mariupol y la ocupación de los reactores nucleares contribuyeron a movilizar la oposición nacional e internacional, favoreciendo de nuevo a Ucrania”.

Trabajadores de la comunidad llevan bolsas con cadáveres de la matanza de Bucha. Archivo. Foto: AFP.

Por su parte, Aaron Erlich, profesor del departamento de Ciencias Políticas en la Universidad McGill y miembro del Centro para el Estudio de la Ciudadanía Democrática, aseguró que “simbólicamente, Bucha y la retirada de Rusia del Consejo de Europa son hitos que señalan la voluntad de Rusia de desvincularse de las instituciones europeas y de los compromisos en materia de derechos humanos”.

El cruento asedio de Mariupol

El asedio a la ciudad de Mariupol, y específicamente a la planta siderúrgica de Azovstal, está entre las más importantes de la guerra. Como toda historia con tintes épicos, ésta dejó detrás una ciudad en ruinas y miles de muertos civiles, los que fueron cifrados oficialmente en más de 1.300 según la ONU, pero donde probablemente sean muchos más, reconoció el organismo internacional.

Bombardeos aéreos constantes por parte de Rusia obligaron a las fuerzas proucranianas a refugiarse en la acería de Azovstal, cuando recién iniciaba el conflicto. Ahí resistirían cerca de 11 semanas. Finalmente, los más de 2.400 soldados que resistían al interior se rindieron el 16 de mayo, muchos de ellos con heridas o enfermedades producto del constante ataque ruso.

Su caída significó la toma de la ciudad, pues “dio a Rusia un puente terrestre entre Crimea y el Donbás”, explicó Ciorciari. Esta última región, considerada como clave para el Kremlin, ha sido uno de los grandes objetivos a conquistar luego del fallido intento por quedarse con Kiev.

Condenado por crímenes de guerra

Un hombre de 62 fue la víctima por la que un soldados ruso se convirtió en el primer condenado por crímenes de guerra en el marco de la invasión. Vadim Shishimarin, de 21 años, se declaró culpable de haber disparado con un rifle a un civil que circulaba en bicicleta.

Vadim Shishimarin, el soldado ruso de 21 años que fue enjuiciado como el primer criminal de guerra de la invasión. Archivo de mayo de 2022. Foto: REUTERS.

Según los fiscales, Shishimarin junto a cuatro militares robaron un auto al arrancar de un ataque a su convoy. Mientras pasaban cerca de Chupakhivka se encontraron al hombre, quien fue asesinado por el joven luego de que le ordenaran disparar. Hoy pesa sobre él una cadena perpetua.

El apoyo bélico de Occidente

Un nuevo aire llegó para el Ejército ucraniano cuando numerosos países de Occidente aumentaron considerablemente el calibre del armamento y la tecnología enviada, como una forma de apoyo sin intervención directa en los combates.

Estados Unidos envió su lanzamisiles HIMARS en junio, con la condición de que no fuera usado para disparar a suelo ruso. Municiones, armas y cohetes han sido parte de las ayudas enviadas por Washington, y según el subsecretario de Defensa para Política, Colin Kahl, para agosto ya habían destinado más de US$ 9.000 millones a Ucrania desde que se inició la guerra.

Turquía envió drones de combate, Reino Unido vehículos de guerra y proporcionó entrenamiento militar a las tropas ucranianas, Canadá mandó munición, armamento y aviones, y Alemania pasó de las armas defensivas, como sistemas de defensa aérea, a ofensivas, como tanques de guerra. La lista continúa decreciendo en la cantidad y el calibre de los apoyos, donde más de 30 naciones han enviado ayuda humanitaria, militar o financiera, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

“Son David contra Goliat. De hecho, el Goliat ruso ha sufrido heridas y muertes más allá de lo que esperaba”, comentó a este medio Melvyn Levitsky, profesor de Política y Práctica Internacional en la Universidad de Michigan. “En este momento, los ucranianos parecen tener el impulso incluso frente a un mayor poder militar potencial”, agregó el exembajador de Estados Unidos en Bulgaria.

Líderes visitan Ucrania

Cuando los ucranianos temían que el apoyo de Occidente podía decaer, visitas célebres derribaron esa preocupación. Era el 16 de junio y Emmanuel Macron, Presidente de Francia, el entonces primer ministro de Italia, Mario Draghi, Olaf Scholz, canciller de Alemania y el Presidente de Rumania, Klaus Iohannis, visitaron al líder ucraniano, Volodymyr Zelensky. Un día después, el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, hacía una sorpresiva visita a Zelensky en Kiev.

El presidente ucraniano junto a sus homólogos de Francia, Italia, Alemania y Rumania, durante una reunión sostenida en Kiev. Archivo de junio de 2022. REUTERS.

Pero el apoyo cultural también fue clave. La llegada del comediante, actor de Hollywood y Embajador de Buena Voluntad de Acnur, Ben Stiller, quien le aseguró en su viaje de junio al mandatario que era su “héroe”, o la visita de la ganadora del Oscar, Jessica Chastain, la que recorrió un hospital infantil junto a Zelensky, son parte de las manifestaciones de cercanía que Occidente ha intentado demostrar.

Las bajas de generales rusos

Ante la expectativa de una victoria fulminante, el desempeño del Ejército ruso no ha sido el óptimo a ojos del gobierno de Putin. Es por eso que, según el Ministerio de Defensa de Reino Unido, varios altos mandos del Ejército han sido desvinculados.

“El mal desempeño de las Fuerzas Armadas rusas durante su invasión de Ucrania ha sido costoso para el liderazgo militar de Rusia, y muy probablemente resultó en la destitución de al menos seis comandantes rusos desde el inicio de las hostilidades en febrero”, afirmaron en un tuit el 7 de agosto, sin explicar el origen de la información. Además, al menos 10 generales han muerto en suelo ucraniano, informó la misma cartera.

La ofensiva en Crimea

Con renovado esfuerzo, y en lo que parece ser una audaz ataque a líneas de suministro, en los últimos días se han reportado explosiones a depósitos militares rusos en Saki y Mayskoye, poblados ubicados al oeste y norte de Crimea, respectivamente. El valor de los ataques radica en que la península se encuentra en el punto más lejano del territorio controlado por Rusia, pues fue anexada tras el conflicto de 2014 por parte del Kremlin.

Para Neil Melvin, es posible que “Ucrania esté tratando de debilitar a las fuerzas rusas en esta zona mediante ataques a los depósitos de armas, cuarteles generales, aeródromos, puentes y las líneas ferroviarias, incluso en Crimea. Es probable que Ucrania intente hacer retroceder a las fuerzas rusas en la región antes del invierno”.