Francisco Covarrubias: “El Partido Republicano está consciente de que tiene la oportunidad de generar el ‘sorpasso’”
El decano de la Facultad de Artes Liberales de la UAI plantea que la elección del 7 de mayo será crucial para el futuro de la derecha y las hegemonías al interior de esta. Y que las tensiones entre Chile Vamos y republicanos se trasladarán al Consejo Constitucional, pues estos “están boicoteando un proceso en el que sus ideas tienen el momento más propicio. Es un autoboicot”.
“Nos enfrentamos a una elección particularmente incierta”, parte diciendo Francisco Covarrubias, decano de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez. Sin embargo, sí tiene por cierta una conclusión sobre lo que sucederá el día después del 7 de mayo: “El resultado de la elección va a marcar el futuro de los próximos años respecto a cómo se instala la derecha”.
¿A qué se refiere? A las tres almas que, según él, componen hoy a este sector, que en estos comicios se jugarán su hegemonía y, de paso, su rol en el Consejo Constitucional y como oposición al gobierno de Gabriel Boric. Una, explica, es “una derecha tradicional o centroderecha, dialogante, que posdictadura y a trastabillones ha logrado insertarse en la vida democrática”. La segunda, “la derecha del Partido Republicano (PR), donde se mezcla un sector ultraconservador, que lo expone bien José Antonio Kast, y una ultraderecha”. Y la tercera, “la populista, que encarna Franco Parisi y, con algunos visos, Rodolfo Carter. Cómo le vaya a cada una de esas almas va a marcar los próximos años, sin ninguna duda”.
¿Viene un rebaraje en la derecha?
Va a estar muy condicionado al resultado de mayo. El partido que está más horquillado es la UDI, donde el liderazgo del senador Javier Macaya ha sido particularmente interesante y dialogante, y que si el resultado electoral le favorece, va a catapultar esa idea de una centroderecha que retome ese camino. Pero si a esa estrategia le va mal y el voto opositor se vuelca al mundo republicano, la crisis en la que va a entrar la UDI va a ser muy grande. Se le va a sindicar el “buenismo” -yo no estoy de acuerdo con ese término- de Macaya como el gran culpable del resultado electoral, por lo tanto, va a quedar muy marcado por lo que significa el PR.
¿Macaya, que fue el que más arriesgó en el acuerdo constituyente, puede ser el que pague más costos también?
O que logre más beneficios, depende del resultado. En política se requiere tener osadía y Macaya la tuvo, de tomar la negociación y decir “vamos adelante y no nos quedemos atrincherados” gracias al 62% del Rechazo. Si el resultado de Chile Vamos o de la UDI es positivo, Macaya se pone en una situación de liderazgo nacional relevante. Por el contrario, si es un fracaso, no sólo le va a costar la presidencia de la UDI, sino que va a significar que el estilo que trató de imponer queda derrotado.
¿Este escenario es una amenaza o una oportunidad para Chile Vamos?
Son las dos cosas. El resultado va a marcar si esa definición dialogante fue una buena o mala decisión. Si el resultado electoral es positivo, el mundo republicano va a quedar en los márgenes de la política. Si, por el contrario, la gente no los acompaña y se va con Republicanos, entonces tomará una preeminencia muy relevante y eso puede llevar a que mucha gente del sector tradicional se pase a republicanos, o tome sus banderas, o se asuste, y va a ser muy difícil defender una posición más dialogante o de centro.
¿Ha habido fair play en esta campaña?
Las campañas nunca son con fair play. En la del plebiscito fue fácil la unidad, porque había que dispararle a un solo enemigo. Pero ahora hay una disputa por el poder y se recurre a toda clase de artilugios. Para los estándares mundiales no ha sido una campaña sucia, pero ha habido tensiones.
¿Y de qué lado ha visto menos fair play?
Lo he visto más en el lado de Republicanos. Ellos son conscientes de que tienen la oportunidad de generar el ‘sorpasso’, que en su versión más clara es sacar más votos que el otro, pero hay un ‘sorpasso’ que es la oportunidad de ponerse en las mismas condiciones o de generar un ethos más relevante. Como se están jugando mucho, han recurrido a ciertas cosas que están fuera del fair play. No digo que el resto no lo haya hecho, pero ha sido más evidente. Basta ver sus redes sociales. Están jugando a tratar de denostar a Chile Vamos.
¿Y Chile Vamos ha tenido una estrategia clara para evitar ese ‘sorpasso’?
La estrategia ha sido clara, la pregunta es si el electorado los va a acompañar. ¿Cuál fue la estrategia? Fue decir: ganó el Rechazo abrumadoramente, nosotros seguimos adelante, creemos en la importancia de tener una nueva Constitución y seguiremos dialogando con los del frente. Eso que mucha gente ponía en tela de juicio, sobre todo de izquierda, que decían que a la derecha no hay que creerle, no es confiable. Ellos cumplieron y sacaron un acuerdo que para el mundo de la centroderecha es bueno. La pregunta es si en el electorado va a primar esa pulsión de trinchera o una mirada más estratégica de ver que es una oportunidad de cerrar este tema con una Constitución que no va a ser tan distinta a la actual.
¿Cómo se proyectan estas tensiones entre ambas fuerzas en la Convención?
Va a depender mucho del número de consejeros que saquen. Si el PR saca cuatro o cinco, van a ser marginales en la discusión, y si sacan ocho a 10 van a ser centrales. Republicanos se instala sobre la base de que acá hay que rechazar cualquier cosa, y por tanto, van a jugar a eso que, paradójicamente, los puede juntar con el Partido Comunista.
¿Cómo ve que será la actitud del PR en el Consejo? ¿Es de los que creen que buscarán boicotear el proceso?
Va a ser difícil para los republicanos sumarse a este acuerdo general, porque han sido muy explícitos en rechazar este proceso. No veo tan factible que tengan un espíritu de colaboración para cerrar este proceso, no obstante, también dependerá de las personas, porque en ese mundo conviven estilos muy distintos. Republicanos va a estar más en una búsqueda identitaria.
Sin embargo, las encuestas sugieren que será una buena elección para la derecha en su conjunto...
No sé cómo va a ser el resultado, no me atrevo a hacer pronósticos. No obstante, todo parece que al PR le va a ir bien. ¿Eso qué significa? Puede ser que se acerque a la lista de Chile Vamos. Segundo, puede ser el partido más votado, eso sería algo muy marcador. La pregunta que la derecha tiene que hacerse es cuándo en la historia y el futuro de Chile va a tener un momento más propicio para plasmar en una Constitución sus ideas. Probablemente nunca. Ahí hay una paradoja, porque Republicanos está boicoteando un proceso en el que sus ideas tienen el momento más propicio. Es un autoboicot.
¿El resultado puede ser algo parecido a la Constitución del 80?
Los espíritus refundacionales, el delirio quedó atrás. Es posible que terminemos en una Constitución como la de Bachelet, que no rompa el eje por el que el país viene caminando en el último tiempo. Si el resultado fuera muy bueno para la derecha, sumando a sus tres almas, también podría haber una pulsión para pasar la aplanadora hacia el otro lado, y el resultado no sería muy distinto al del 4 de septiembre. Vamos a estar caminando siempre por una cornisa compleja, y autoboicotear el proceso es una mirada miope para el mundo republicano.
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