La desigualdad de salario, los estereotipos de género y la conciliación con la familia son las principales barreras que ven las mujeres a la hora de acceder a puestos de liderazgo. Esa es una de las principales conclusiones de una encuesta realizada por la Fundación Todas, en conjunto con la Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung y Cadem.
El objetivo del estudio fue conocer las principales percepciones de la ciudadanía en torno al rol y liderazgo de las mujeres en Chile. Para hacerlo, entrevistaron a 1.738 mujeres y hombres de todo el país desde los 18 años y de todos los niveles socioeconómicos.
“Incluir a los hombres en la encuesta permite identificar las brechas que hay entre hombres y mujeres y ayuda a identificar ciertos estereotipos que están más en los hombres, en cuanto a los roles de liderazgo”, afirma el gerente general de Cadem, Roberto Izikson.
Consultados por cuál es la principal barrera que deben sortear las mujeres para acceder a posiciones de liderazgo, un 50% de ellas señaló que es la desigualdad salarial, dejándola en primer lugar, mientras que un 33% de los hombres respondieron lo mismo (tercer lugar). En segundo puesto, las mujeres (43%) dejaron “las dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar y personal”, al igual que los hombres (36%). Mientras que en tercer lugar, ellas dejaron a los “estereotipos de género y roles tradicionales” (39%), respuesta que -por el contrario- quedó en primer lugar para los hombres (38%).
La presidenta de la Fundación Todas, Carolina Goic, apunta a que “si bien hemos avanzado en cambios y hay más espacios donde las mujeres pueden desempeñarse y se les reconoce en su liderazgo”, hay políticas públicas que no se han implementado y que podrían ayudar: “Por ejemplo, el proyecto de cobertura universal de las salas cuna aún no avanza, cuando uno sabe que es determinante para muchas mujeres, pero también el que persista la brecha salarial y que las mujeres lo identifiquen como barrera son temas que como sociedad tenemos que hacernos cargo”.
Algo que se confirma con las últimas cifras de empleo dadas a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas el 27 de julio para el trimestre de abril a junio. Según estas, la tasa de desocupación de las mujeres fue de 8,9%, en tanto que las tasas de participación y ocupación se situaron en 51,5% y 46,9% respectivamente. En los hombres, la tasa de desocupación fue de 8,2%, mientras que la tasa de participación fue de 71,9% y la de ocupación, de 65,4%.
Otros de los hallazgos del sondeo -en específico en torno a percepciones sobre equidad de género- radica en que el 64% de las mujeres cree que, pese a los avances, la vida sigue siendo más difícil para ellas que para los hombres, posición que comparte un 45% de ellos. A la inversa, el 30% de los hombres afirma que actualmente a las mujeres se les privilegia solo por el hecho de serlo. Opinión que comparte un minoritario 9% de las mujeres.
Por otro lado, el sondeo revela las diferentes apreciaciones que tienen ambos sexos respecto del concepto de liderazgo. Así, el estudio concluye que “la sensación de minusvaloración en el trabajo está muy instalada entre las mujeres”. Entre ellas, un 83% está de acuerdo en que las mujeres en puestos de liderazgo aportan su intuición y empatía (70% hombres); un 77% cree que las mujeres que han sido jefas de hogar están capacitadas para desempeñarse en cualquier cargo de responsabilidad (65% hombres), un 76% de ellas dice que las generaciones más jóvenes han revitalizado los liderazgos de mujeres (69% hombres). La gran diferencia se ve en que un 61% de las mujeres afirma que en los trabajos a ellas se les asignan tareas menos relevantes que a los hombre (solo un 39% de los hombres). Además, las mujeres rememoran liderazgos del entorno familiar, mientras que los hombres se inclinan más por liderazgos tradicionales, de la política y la empresa.
Carolina Goic explica que esta diferencia “tiene que ver con estereotipos y con lo que históricamente hemos visto. Igual, es muy interesante el cómo se valoran liderazgos más cercanos y empáticos y eso tiene que ver mucho con lo que aportan los liderazgos de mujeres en política y creo que ahí hay una tremenda oportunidad”.
Estereotipos de género
Consultados por quién desempeñaría mejor una serie de roles, el que se ha instalado con menos carga de género es la conducción de noticieros de TV, donde el 90% dice que tanto una mujer como un hombre lo harían igual. Algo similar ocurre con la conducción de un programa político o la dirección de un centro de salud. En cambio, los cargos más estereotipados son la dirección de la ANFP (37% cree que lo haría mejor un hombre), el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (29% cree que lo haría mejor una mujer) y general de Carabineros (21% que lo haría mejor un hombre).
“Creo que todavía hay debates de política pública que son importantes y que permiten igualar la cancha, pero que aún están pendientes, como el proyecto de sala cuna universal, las brechas de sueldo y también me parece importante la recuperación del empleo femenino después de la pandemia”, cierra Izikson.