Gabriel Osorio, abogado Universidad Central: “Esta vez, quien pretenda imponer un programa está muy equivocado”
Expertos del Consejo Constitucional
El comisionado del PS espera que la propuesta constitucional corrija la hiperfragmentación del sistema político y genere “partidos programáticos que faciliten” los acuerdos en el Congreso.
Al abogado Gabriel Osorio (PS) le gusta litigar, los libros, la música clásica, la política, pero sobre todo, prefiere estar en un segundo plano y no acaparar mucha atención pública. Así ha estado siempre. Osorio ha sido uno de los principales asesores del Partido Socialista en los dos procesos constituyentes. En 2019 integró la mesa técnica del Acuerdo por la Paz, y además fue parte del equipo redactor del Acuerdo por Chile y de su respectiva reforma constitucional.
Ahora que será uno de los 24 expertos del Consejo Constitucional, dará el salto a la primera línea de este segundo proceso constituyente. Es magíster en derecho de la Universidad de Chile, profesor de derecho constitucional y electoral. Por lo mismo, dice, está esperanzado en que la propuesta de nueva Carta Magna pueda hacerse cargo de corregir los problemas que tiene el actual sistema político.
¿Cómo evalúa el proceso constituyente anterior?
Fue un proceso fallido, que muchas veces se miró a sí mismo y no fue capaz de generar un texto que aunara a una gran mayoría de chilenos para que fuera aprobado en el plebiscito de salida.
¿Qué lecciones hay que sacar de esa experiencia?
En este proceso constituyente tiene que existir diálogo honesto y de buena fe. Uno no va a poder colocar todo lo que quisiera o sueña en una propuesta constitucional, porque una Constitución tiene que ser reflejo de un gran acuerdo jurídico y político. Además, este nuevo proceso no puede solamente mirarse a sí mismo. El órgano anterior terminó enfocándose en las dinámicas al interior de la Convención y se olvidó de lo que podía suceder afuera, bajo la apuesta de que cualquier texto sería aprobado. Este nuevo proceso constituyente no puede encerrarse, tiene que abrirse a la participación ciudadana. Como decía el Presidente Arturo Alessandri: auscultar la pulsión del pueblo de Chile. No se puede generar un texto sin asir esas inquietudes, más allá de los gustos políticos o jurídicos que tenga cada uno.
A diferencia de otras voces socialistas, la suya siempre fue crítica. ¿Cree que la izquierda se farreó una oportunidad histórica con lo ocurrido en la Convención?
Ser de izquierda está indisolublemente unido con la crítica y con la autocrítica. Si fui crítico con la Convención, es en razón de ser una persona de izquierda. No creo que esto haya que atribuirlo a una farra de un sector político, porque el fracaso de la Convención fue el fracaso del país.
¿Qué le parecen los nombres de los 12 expertos designados en cupos de la oposición?
Me parecen muy buenos. Muchos son académicos, a muchos los conozco, he trabajado con ellos, son personas dialogantes. Es señal de que la oposición tiene conciencia de la necesidad de tener un nuevo texto constitucional. Confío en que tendrán un rol dialogante para lograr dicho objetivo.
¿Comparte la sensación de algunos sectores oficialistas que resintieron que los expertos de la oposición son de mayor densidad intelectual versus algunos cupos oficialistas que ingresaron a último momento?
No me voy a referir a la densidad intelectual o a la forma en que fueron designados algunos expertos de uno u otro sector. Más bien diré: “Por sus hechos los conoceréis”. Juzguemos el anteproyecto y ahí veremos si esa densidad intelectual fue efectiva para lograr el objetivo.
¿Cuál cree que será el riesgo más grande de este segundo proceso?
El riesgo va a estar inserto en entender que un texto constitucional debe ser fruto de un diálogo y de un ceder de todas las partes. Esta vez, quien pretenda imponer un programa, está muy equivocado.
¿Qué ideas o principios quiere defender en la Comisión Experta?
Uno no es más que vocero de una corriente ideológica que se dio a partir de los 24 expertos que propusieron una alternativa a la Constitución de 1980. No somos más que hijos de ese camino. Somos el derrotero histórico de la profundización de la democracia, de la generación de un Estado social y democrático de derecho y de generar un sistema político que permita a las mayorías implementar políticas públicas para entregar estabilidad y certezas al país.
¿Por dónde tienen que ir las mejoras o correcciones al sistema político?
Un profesor de derecho constitucional me enseñó que el sistema electoral determina el sistema político. Hoy el sistema político está hiperfragmentado, realidad que impide que el Congreso llegue a acuerdos. La propuesta tiene que hacerse cargo de la pregunta sobre cómo regular y profundizar la democracia al interior de los partidos políticos para que sean efectivamente agentes de representación de la ciudadanía. La Constitución no es el agua bendita que va a solucionar todos los problemas del sistema político, pero sí puede generar incentivos para evitar la hiperfragmentación, para transparentar y profundizar la democracia al interior de los partidos políticos y para generar partidos programáticos que faciliten la opción de los acuerdos del Congreso.
¿Cómo le gustaría que sea la propuesta del consejo?
Ojalá que sea una Constitución liviana, mínima, que permita, dentro del marco democrático y del respeto a los derechos fundamentales, la puesta en práctica de los distintos programas de gobierno que el pueblo de Chile en elecciones periódicas determine.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.