General de la FACh, Paula Carrasco: “Las mujeres tienen que estar en espacios de mando y con esto se abre la puerta para mis colegas que vienen más atrás”

paula carrasco.
La general Paula Carrasco ingresó a la institución en 1997. Desde entonces comenzó un carrera que la llevó hasta el generalato de la FACh.

La abogada y oficial de la Fuerza Aérea se transformó en la primera uniformada en formar parte del alto mando de al institución en toda su historia. Pero no sólo eso:nunca una mujer había ingresado al eslabón mayor en todas las Fuerzas Armadas. “Es un reconocimiento a las militares que llevan mucho tiempo trabajando en la institución”, sostuvo.


Sus primeros pasos en la Fuerza Aérea de Chile (FACh) los dio en 1997 y, desde entonces, todo fue en ascenso. Abogada de la Universidad Gabriela Mistral y militar de carrera, Paula Carrasco Bórquez (53) hizo historia hace algunas semanas al convertirse en la primera mujer en integrar el generalato de su institución, y no sólo de ella, sino que de todas las ramas de las Fuerzas Armadas del país.

Hoy, la general Carrasco integra un mando compuesto por otros 25 generales hombres. El camino, dice, no fue complejo y reconoce allí un valor en la institución, pues asegura que siempre sus superiores y compañeros la juzgaron en base a su trabajo y ninguna otra consideración.

A pesar de que su arribo a la FACh fue fortuito –otra abogada se fue de prenatal y ahí ingresó ella-, sí tenía un vínculo con la entidad que terminó por convencerla de que este era el camino que marcaría su futuro, hasta llegar a lo que es hoy “la auditora general de la FACh”.

“Tengo una historia familiar con la Fuerza Aérea, que es del escalafón de servicio también. Mi abuelo era médico y el general de sanidad. Fue director del hospital, y mi mamá es dentista, que también fue oficial y ya se fueron a retiro hace muchos años. Pese a estos nexos yo le insistiría que mi ingreso tuvo que ver con que antes de titularme me puse a trabajar y en la espera de jurar como abogada pude darme cuenta de que al igual que mis padres había en mí una vocación aérea y me quedé”.

¿Qué significa para usted llegar a ser la primera general y no solo en la FACh, sino que en todas las FF.AA.?

La Fuerza Aérea tiene toda una tradición con la integración de mujeres hace, al menos, 60 años. Hicieron cursos militares que les permitió prestar apoyo sobre todo en el área sanitaria, por lo tanto, hace mucho tiempo que nos encontramos con mujeres uniformadas que han ido apoyando la misión institucional. De hecho, ya las mujeres oficiales ingresaron en el año 2000 y luego, 10 años después, a la escuela de especialidades y, por lo tanto, yo vine un poco a complementar este inicio que partió mucho antes. Yo tomo esta investidura como un gran desafío.

¿Y un reconocimiento también?

De todas maneras. Tengo todas las ganas puestas en esto, porque es, en definitiva, el reconocimiento de una labor que vengo haciendo hace mucho, una labor profesional en el área jurídica, pero también es un reconocimiento a las mujeres que llevan mucho tiempo trabajando en la institución. Esto, en algún minuto, tenía que ocurrir.

¿Es complejo trazar ese camino en una institución, y en un mundo militar, marcado más bien por la presencia masculina?

Yo diría que, al menos desde mi área, hay mucho respeto, por lo tanto, hemos podido desarrollar todas nuestras capacidades. Esta es un área técnica importante, por la Auditoría pasa todo lo judicial de la institución, todo lo que tiene que ver con las leyes. En cuanto al mundo militar, evidentemente es un mundo masculino, pero es un mundo, finalmente, donde uno aprende a moverse como profesional.

¿Siente algún tipo de responsabilidad al llegar a este puesto y demostrar que no hay ningún tipo de diferencia con un general?

El que llegue una primera mujer al alto mando de una institución armada es algo muy relevante, porque es una puerta que se abre para que esta situación siga ocurriendo. Es innovador que así sea, pero por otro lado, yo no descalifico mi etapa y méritos de mi carrera, donde yo represento a una profesional militar madura. He hecho mi trabajo de una manera muy correcta e impecable, por lo tanto, ha habido un reconocimiento a eso y creo que yo puedo hacer, desde el punto de vista de mi profesión y de mi calidad de militar, un aporte. Esto efectivamente puede significar una puerta de entrada para mis colegas que vienen más atrás y después para las mujeres que salieron de las escuelas que son oficiales de línea y también preocupadas del cuadro permanente de línea. Las mujeres tienen que estar en espacios de mando y -le insisto- yo creo que con esto se abre la puerta para mis colegas que vienen más atrás.

¿Servirá también para aumentar el ingreso de mujeres a la Fuerza Aérea?

Hoy tenemos aproximadamente un 20% de mujeres en la institución, entre quienes cumplen labores administrativas y uniformadas. Además, nosotros tenemos personal que en algún momento llegó al grado de mayor, que no ingresaron por la escuela matriz. Eso también significó un cambio respecto de otras ramas. Creo que también, conmigo, en alguna medida, se hace un reconocimiento de que las mujeres hoy inevitablemente estamos en todos los espacios, que es lo que tiene que ser, porque la sociedad es una sola. Tenemos distintos ámbitos, pero las mujeres tienen que estar en espacios de poder, espacios de dirección, administración, mando, etc.

En el plano personal, me imagino que también esto es un cambio, ¿qué le dice su familia?

Yo estoy casada hace muchos años. Me casé en 1996, tengo tres hijos lindos, preciosos, grandes. Ellos estaban súper contentos. El hecho de ser mujer y tener un cargo como el mío, que es muy desafiante, es de mucha responsabilidad, porque estás a cargo de todo el tema jurídico institucional. Ahora, yo siempre estoy en todos los espacios libres que ellos y yo tenemos, porque en el fondo uno tiene que estar con la familia, que es el soporte más importante. Por lo tanto, cuando tú tienes un buen equipo en la casa, las cosas funcionan mucho mejor y, en eso, mis hijos y mi marido son excelentes.

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