Un repaso de tropas en la mañana y otro en la noche, donde la idea es poder tener contacto con los más de 850 efectivos del Ejército que están desplegados en la Región de La Araucanía. Entremedio, reuniones, visitas protocolares y la revisión de la estadística. Así lo ha hecho por 50 días el jefe de la Defensa Nacional, el general Edward Slater, quien supervisa una de las tareas que más urgen en el Ejecutivo y las autoridades locales: el control de la violencia en la Macrozona Sur.
Desde el 17 de mayo que las Fuerzas Armadas (FF.AA.) están a cargo del estado de excepción en la Macrozona Sur. En La Araucanía la tarea está a cargo del Ejército y en la Región del Biobío está la Armada, por lo que cada uno tiene delimitado su movimiento, donde se repartes las más de mil rutas que existen en la denominada “zona roja” del conflicto mapuche.
En estos 50 días, los delitos de violencia rural han disminuido en un 40%, según los datos de la Defensa Nacional. “El balance es positivo, pese a que todos sabemos que se siguen suscitando hechos de violencia”, dice Slater a La Tercera.
Usted también estuvo a cargo del estado de excepción instruido en el gobierno anterior. ¿La tarea que cumplen actualmente es más acotada que en el anterior?
Si es o no “acotado” no es algo que me corresponda analizar, pero sí puedo asegurar que la misión que se nos impuso en el decreto presidencial es mantener las rutas libres y condiciones de ser usadas por todos los ciudadanos de la región y se ha mantenido, por lo tanto la consigna se ha cumplido. No nos olvidemos que muchos gremios y personas pedían la posibilidad de transitar por las vías sin problemas y en base a eso se decretó este estado de excepción.
¿Ustedes solo pueden estar en las rutas?
Patrullamos y hacemos control en las rutas de la región, lo que no significa que podamos proporcionar seguridad a diversas obras y áreas un poco más sensibles, pero el esfuerzo principal está en las rutas.
¿Cuál es su diagnóstico respecto de la seguridad y la violencia?
Lo primero es que la sensación de seguridad ha aumentado. Eso no solo se ve en los datos duros o la estadística que manejamos, sino que se nota también en terreno, cuando la gente ve a las unidades militares y se acerca y nos agradecen personalmente. Eso todos los días y a toda hora. Ahora, los problemas que presenta la Macrozona Sur se originan a partir de un conjunto de elementos que son multidimensionales, los que requieren una visión estratégica, de largo plazo, y que para solucionarlos es importante comprender que se necesita el apoyo transversal de las instituciones, porque nosotros somos una parte de la solución.
¿Pero qué ha podido observar respecto de los grupos violentos?
Existen grupos radicales que no respetan este Estado de Derecho y emplean la violencia para alcanzar su interés particular, generando muerte y destrucción, lo que les niega a miles de chilenos vivir en paz, sobre todo a la gente que vive en esta región y así alcanzar mejores niveles de desarrollo. Ahora, este problema requiere una capacidad de diálogo amplio y que involucre a todos los actores.
¿Les han proporcionado información de inteligencia a las policías sobre quiénes son y cómo operan estos grupos radicales?
Sí, claro, estamos trabajando bastante bien y el flujo de información y el intercambio de esta es permanente entre las instituciones que estamos trabajando en esta región para traer tranquilidad a la zona.
¿Son más los grupos que protagonizan atentados en comparación con los delincuentes que trafican droga o roban madera?
Las áreas donde tratamos de orientar nuestros esfuerzos son las rutas, pero también se produce un importante grado de delincuencia en el robo de madera y en la toma ilegal de fundos. Ahora, esas tareas son asumidas por Carabineros y la PDI, dado que requieren autorizaciones judiciales y van más por el ámbito policial.
¿Cómo están los funcionarios militares en la interna?
Acá hay una vocación de servicio de nuestros soldados, quienes nos permiten expresar sin vacilaciones que no vamos a descansar hasta cumplir la misión que se nos ha ordenado por las autoridades políticas del país.
¿No se sintieron restringidos cuando la ministra del Interior, Izkia Siches, dijo que no querían ser el gobierno donde un militar mate a un comunero mapuche?
Prefiero no referirme a declaraciones políticas, pero la misma ministra dijo que apoyaba el trabajo de las FF.AA., por lo tanto, yo lo veo como situaciones propias de la contingencia y no soy quién para evaluarlas, pero mi percepción absoluta es que tenemos un apoyo transversal por nuestras autoridades políticas.
¿No se sintieron comprometidos a no usar sus armas en determinados momentos?
Es que si tenemos que hacer uso del armamento, lo vamos a usar. Ojalá que eso nunca ocurra, pero de emplearse lo vamos a hacer empleando las Reglas de Uso de la Fuerza (RUF), las cuales son de conocimiento absoluto de nuestro personal, y en conocimiento de derechos humanos que nosotros tenemos que respetar. Esta jefatura nacional está realizando todos los días acciones concretas para integrar estos esfuerzos, para generar todas las condiciones que permitan contribuir a la seguridad que se merece la población.
En el decreto se les pedía ajustarse siempre al respeto de los derechos humanos...
Sí, por lo mismo, desde que se decretó el estado de excepción, ese mismo día 17 de mayo, nosotros no partimos operando mientras no se hiciera una charla o instrucción relacionada con el cuidado de los DD.HH., por lo tanto, nadie, ni quien habla, ni ningún soldado, sale a terreno mientras no haya tenido esta charla previamente, la cual es realizada por el Ministerio Público. Desde que estamos operando en la zona no hemos tenido ninguna denuncia relacionada con derechos humanos, hemos dado garantías de respetar los DD.HH. en La Araucanía.
Antes de desplegarse en la zona se dijo mucho que ustedes tenían distintas aprensiones para volver a la zona por lo “acotado” de las instrucciones. ¿Sentían que no se les daban garantías jurídicas y operativas para sus funciones?
Las atribuciones que yo tengo como jefe de defensa son las que me entrega la Constitución y son las mismas siempre, sean o no acotadas. Sin embargo, yo puedo certificar que en lo que respecta a las atribuciones que yo tengo, éstas no se han visto limitadas en lo absoluto.