Una vez que se desintegró la Lista del Pueblo en la Convención Constitucional, se sumó, junto a otros de sus pares, al colectivo de la Coordinadora Plurinacional. Giovanna Grandón (47) -más conocida como la “tía Pikachu”, debido al corpóreo que usaba de ese personaje animado durante las manifestaciones del estallido social de 2019- analiza su paso por el órgano constituyente. Dice que está conforme con los cambios alcanzados en la propuesta de nueva Carta Magna, que sufrió discriminación por parte de constituyentes de derecha y que, gane el Rechazo o el Apruebo, volverá a las calles a protestar si es que no se cumplen los cambios. “El traje no se jubila”, dice.
Usted señaló hace algún tiempo que “llegamos acá para convertir los sueños de millones en una nueva Constitución”. ¿Cree que se cumplió ese objetivo?
La totalidad no, porque para cumplir los sueños, los cambios tendrían que haber sido un poquito más radicales.
¿Qué faltó?
La educación, por ejemplo, que hubiera sido gratuita desde la sala cuna hacia adelante. Pero sí, logramos avanzar. Fue un proceso un poco tedioso, un poco largo. Para mí fue un poco diferente. Yo no vengo desde trabajar con estas formas políticas.
¿Le costó adecuarse quizás a lógicas más políticas?
Es que aquí en un principio, cuando empezaron esas lógicas políticas, nosotros los independientes éramos muchos. Entonces, podíamos parar muchas cosas para que no nos vinieran a pasar máquina.
¿Qué es lo que más destaca o lo que más la deja conforme?
Yo creo que el que pudiéramos avanzar, así como en una lógica de sociedad y no seguir segregando.
Usted fue una figura bien emblemática del estallido social. ¿Siente que se lograron encauzar las demandas?
Sí. Hay varios que dicen que lograron lo que querían. Yo siempre les decía nunca vamos a lograr lo que todos queríamos. Ponernos de acuerdo aquí los 154 fue un poco difícil. Somos personas diferentes, queremos hacer las cosas diferentes y las hacemos a tiempos diferentes. Lo que logramos nos costó demasiado,.
¿Es un texto que puede durar en el tiempo dadas las críticas que ha recibido?
Sí, le pueden hacer modificaciones. Si sacan la cuenta, fueron siete meses de redacción, porque el otro tiempo lo hicimos para hacer el reglamento.
La Lista del Pueblo logró algo inédito en la Convención: que un grupo de 27 independientes fue elegido. ¿Cuál es su diagnóstico?
Yo creo que la Lista del Pueblo se dio en un contexto de estallido social donde toda la gente estaba de acuerdo con que había que hacer cambios.
¿Cómo explica que haya llegado con tanta fuerza la Lista del Pueblo y se haya terminado disolviendo?
Es que, bueno, la Lista del Pueblo se hizo para eso: para elegir a un grupo de convencionales.
¿Nunca pensó que iban a durar hasta el final unidos?
Nunca pensamos, las cosas se fueron dando solas, cada uno se fue quedando en el grupo donde tenía confianza y donde se podía dialogar un poco más.
Usted fue una de las figuras emblemáticas que llegaron a la Convención. De una mirada más personal, ¿Queda satisfecha?
Yo quedo muy satisfecha. Las personas nos decían que nos habíamos vendido al sistema, ahora agradecen el gran trabajo que hicimos.
El dejar de lado nuestros hijos, familia y abocarnos totalmente a un futuro que necesitábamos como país. Yo quedé para adentro cuando en algunas últimas votaciones se acercaron varios convencionales que nunca me habían hablado para darme las gracias por el trabajo que hice y que fui alguien fundamental para que se lograran grandes acuerdos, y si yo no hubiera estado a lo mejor no se hubieran logrado dichos acuerdos.
¿Pero quiénes le dijeron eso?
Frente Amplio, Colectivo Socialista e incluso desde afuera. Sabían el trabajo que se había hecho acá para poder lograr el consenso. Ese era el tema, porque mi grupo de la pluri era como más intransigente.
Ha recalcado harto el tema del diálogo, que siempre estuvo dispuesta a conversar, pero en la derecha se quejan de que fueron vetados.
Mentira. Nosotros, por lo menos acá en derechos fundamentales, siempre conversamos con varios, los invitábamos y nunca llegaron.
¿A quiénes invitó personalmente?
A Ossandón, a la Bárbara Rebolledo también a trabajar acá en las indicaciones. Nunca llegaron.
¿A qué cree que responde eso?
Venían con otra intención, no querían trabajar con nosotros.
¿Y logró conversar con algunos de manera más extensa?
Sí, con varios. Con Ossandón, la Bárbara Rebolledo, a Vega, Harboe…
Y el ambiente, en general, ¿usted se sintió bien trabajando en la Convención?
No.
¿Por qué?
Hubo mucha discriminación, sobre todo, a los que vivimos en la población.
¿Hubo clasismo?
Sí, nos trataban de bananeros, de pungas. Están los plenos grabados.
¿Quiénes eran los más hostiles?
Ahí Marinovic está y las chicas venenosas de Cantuarias y Montealegre. Primero empezaron a tirar el odio, como nadie las pescaba. En varias ocasiones también le contestaba sarcásticamente.
¿Y el resto de la derecha?
Ella no más, por lo menos en la comisión de nosotros.
Eso le tocó vivir en la interna, pero también tuvo que convivir con el hecho de transformarse en una figura pública y enfrentar funas. ¿Cómo fue tener que lidiar con eso?
Bueno, ese día empezaron dos personas a preguntar quién era. No tenía ni idea de quién era la gente de la plaza…
¿A qué lo atribuyó?
Todos cuestionan por falta de información. Hay muchos que de verdad nunca les gusta nada de la política. Ellos pensaron que yo iba a entrar acá e iba a ser amarilla y vendida altiro. Pero muchos ahora con el trabajo que se ha hecho me agradecen, los mismos que se me tiraban encima, que yo era la vendida.
¿La percepción de la ciudadanía sobre usted cambió?
Sí, bueno, la plaza, que mucha gente que iba, ya no va, porque de verdad que está feo lo que están haciendo en la plaza (…). Ahora con el borrador la gente entiende que sí hay cambios.
¿Puede ir a la plaza tranquila?
Lo que pasa es que ahora ya no hay gente de la plaza en la plaza. Están ocupando a menores de edad para delinquir.
El plebiscito de entrada se ganó con un 80%, sin embargo, ahora en encuestas se ve que el Rechazo va arriba. ¿Qué cree que pasó con la ciudadanía?
No le creo a esa encuesta.
Pero no es una, son varias.
Pero si todas estas encuestas, ya sabemos quiénes las manejan. Pero yo salgo a trabajar a terreno. Ayer hablé con un vecino que tenemos nosotros en Peñalolén. Son 4.300 personas de viviendas sociales que son 16 organizaciones y les pregunté si les han hecho alguna encuesta alguna vez. A nadie. Le hablo a gente conocida de Maipú, en Concepción y a nadie. Entonces, le estoy preguntando a alrededor de 10.000 personas y a nadie le ha llegado, ¿cómo se hace la encuesta?
¿No cree que haya una mayor intención de rechazar el texto?
De rechazar porque no tienen la información correcta y por eso que tenemos que salir al terreno.
¿A qué lo atribuye?
Porque la gente no lee. Primero que nada, la gente que es como yo, que es la gran parte de los chilenos, se dedican tanto a trabajar para poder llevar el alimento a su casa, y la vida es tan rápida que no tienen tiempo para leer.
En los sondeos lo que se dice es que el aumento del Rechazo tiene relación con episodios que han empañado el proceso: Rojas Vade, los disfraces y votar desde la ducha. ¿Cree que eso repercutió?
No sé si es más grave que voten de la ducha, te pongas un traje o que rentaste el Espacio Riesco y nunca lo ocupaste. La gente tiene mala memoria, porque aquí hay muchos convencionales que han cometido delitos bien feos, pero los tapan.
¿Cómo quién?
Bueno, Rodrigo Logan, el Zúñiga con el Espacio Riesco. Deberían haberlo sacado igual como a Rojas Vade cuando mintió.
Entonces, ¿no cree que esos hechos repercutieron?
Acá los chilenos son chaqueteros. Porque cuando alguien de la derecha subió la foto cuando me puse el traje, que fue en la hora de colación, en que cada uno puede hacer lo que quiera en esos tiempos libres, muchas personas me decían que me eligieron por ser la Tía Pikachu que iba a las marchas con traje y que por qué ya no me lo ponía y así lo hice. Muchos diarios de la prensa de todos los países lo llevaron y toda la gente me felicitó.
¿No cree que contribuya al Rechazo? De alguna forma se le restó seriedad al proceso.
No, porque aquí pueden ser la persona más seria, intachable, pero sales de la puerta para afuera y cometen errores garrafales.
Ahora último ya no solo cuestionamientos al proceso, sino que también al contenido de la nueva Constitución. ¿Qué piensa?
Yo creo que puede que haya faltado.
¿Pero no ve problemas mayores en el texto?
Es que siempre van a empezar a buscar la quinta pata al gato, siempre van a buscar algo malo. No se hizo nada perjudicial para el país desde mi perspectiva. Nosotros lo hemos visto con varios académicos, abogados y no solamente de acá, sino que del extranjero. Decían que está bueno, porque se avanza en un proyecto de futuro. Si a lo mejor Boric quiere hacer algún cambio, lo puede hacer, pero no un cambio radical, sino que mejorar lo que ya está.
Varios reconocen que uno de los hitos más complejos de la Convención fue justamente el tema de Rojas Vade. ¿Usted era cercana a él?
No, no tan cercana. Yo lo conocí a él en el tren del Apruebo.
¿No había una relación de amistad?
No, yo no tenía mayor amistad, no tenía idea de dónde vivía. Nada.
¿Le sorprendió mucho?
Sí, en realidad sí. Fue como que lanzaran un balde con hielo y agua fría.
¿Cree que eso terminó desintegrando la Lista del Pueblo?
Depende de cómo lo haya tomado cada uno, porque varios se hicieron muy amigos de él.
¿No volvió a hablar más con él?
No.
¿Qué va a hacer cuando termine la Convención?
Debo buscar trabajo. Yo trabajaba en transporte escolar.
¿Y postular al Congreso?
No me gusta adelantarme.
¿Militaría en algún partido?
Todavía no.
¿Está convencida de que va a ganar el Apruebo?
Sí. Así como ganamos primero en el 80 a 20 vamos a ganar.
¿Si gana el Rechazo va a salir a la calle a manifestarse?
Obvio. Si gana el Apruebo también. Si no hay cambios, también voy a salir. ¿Cree que me voy a quedar en la casa?
¿Va a volver a usar el traje?
Obvio, el traje no se jubila.