Guillermo Ramírez (UDI): “A la insistencia de la reforma tributaria decimos rotundamente que no”
El diputado cuestiona que el proyecto del gobierno no recauda lo que promete y que atenta contra el crecimiento, pero dice que están abiertos al diálogo si es que se le hacen cambios profundos. “Si el Presidente de verdad quiere llegar a acuerdos, tiene que dar muestras más claras respecto de su disposición a ceder”, dice.
El jefe de bancada de los diputados UDI e integrante de la Comisión de Hacienda, Guillermo Ramírez, fue uno de los más críticos a la insistencia, pese al rechazo en la Cámara de Diputados y Diputadas, de la reforma tributaria que anunció el gobierno.
Tras la cuenta pública del Presidente Gabriel Boric, el legislador advierte que no están dispuestos a aprobar el mismo proyecto, pero que está dispuesto a dialogar.
¿Qué balance hace de la cuenta pública?
Me dejó con la duda de si el gobierno mira las encuestas, donde su aprobación es baja, de si entiende que sus reformas, como la de pensiones, son rechazadas por la ciudadanía y de si tomó nota de sus dos duras derrotas electorales. Tanto autobombo me hace pensar que el Presidente cree que va por la senda correcta y de que no es necesario enmendar el rumbo, lo cual es malo para Chile.
¿Le resultó creíble el llamado del Presidente a mayores acuerdos?
Yo valoro el tono del Presidente del discurso. Es inteligente llamar al diálogo y a la unidad en momentos en que él no tiene mayorías en el Congreso. Pero esos llamados son totalmente insuficientes. Si el Presidente de verdad quiere llegar a acuerdos, tiene que dar muestras más claras y enviar señales más nítidas respecto de su disposición a ceder. Durante la reforma tributaria se convocó a un diálogo que fue totalmente inútil, porque ninguna de nuestras propuestas fue recogida, y en la reforma a las pensiones el gobierno presentó un proyecto hace siete meses y todavía no cambia una letra de ese proyecto.
En el discurso se priorizó la seguridad. ¿El reordenamiento de prioridades del gobierno obedeció a su derrota electoral?
El gobierno ha tenido que darle prioridad a la seguridad totalmente a contrapelo, porque durante el gobierno pasado se negaban a legislar al respecto, simplemente porque la situación se les estaba yendo de las manos. Cambiar las prioridades para el gobierno fue un acto de supervivencia, no fue un acto altruista. Uno por supuesto que aplaude que hayan tenido la humildad para hacerlo, y reconocer que las prioridades de su programa estaban erradas. Pero aún así sentimos que el gobierno sigue priorizando algunas cosas que son malas para Chile, por ejemplo, en educación y en pensiones.
Se criticó que el gobierno haya insistido en la reforma tributaria y condicionara su aprobación a sus compromisos de campaña.
El Presidente no es enteramente honesto. Una reforma tributaria podría recaudar con suerte 2,5 puntos del PIB. Pero solamente entre las dos promesas nuevas de ayer, que es la condonación del CAE más el pago de la deuda histórica de los profesores, son más de seis puntos del PIB. Además, hay otras siete promesas en el discurso que quedan amarradas a una eventual reforma tributaria, como el fin de las listas de espera en salud. Los números simplemente no dan. Es imposible que el gobierno pueda cumplir con estas promesas en los años que le quedan del gobierno.
¿Se debe dejar de lado entonces cualquier intento de reforma tributaria?
Para que podamos tener un acuerdo en materia tributaria el gobierno tendría que presentar un proyecto con una orientación completamente distinta al anterior. Esa reforma iba a generar un problema muy grande en la capacidad de crecer y de invertir en Chile. Para que esto vaya a tener resultados se le tiene que decir al ministro de Hacienda, Mario Marcel, que arregle todo lo que la reforma del exministro de Bachelet Alberto Arenas echó a perder en materia tributaria. Esa aproximación al debate es distinta. Podría permitir mejorar nuestro sistema tributario para recaudar más y generar más crecimiento e inversión. Si esa fuera la lógica del gobierno, la oposición participaría activamente y con mucho entusiasmo.
Pero en la derecha se cuestiona que todos los gobiernos han impulsado reformas tributarias. Bachelet, Piñera y Boric.
Esa es mi segunda objeción. La izquierda desde hace ya demasiado tiempo -para cada problema- responde que la solución pasa por una reforma tributaria. Eso es insostenible en el tiempo. La única manera sostenible de poder tener los recursos para solucionar los problemas sociales de hoy y los que vengan es que la economía crezca. Por eso nos negamos a esta reforma tributaria. Porque no va a recaudar lo que dice recaudar, y porque va a lesionar la capacidad de Chile de crecer.
¿Pero entonces se negarán a cualquier reforma tributaria o habrá margen para negociar? El gobierno va a ingresar en julio la insistencia del proyecto al Senado.
A la insistencia de la reforma tributaria decimos rotundamente que no. La reforma tributaria rechazada no tiene ni una opción en el Congreso. Una reforma tributaria que lo que busque sea mejorar nuestro sistema tributario, lo cual supone mayor recaudación y también mayor incentivo al crecimiento y a la inversión, eso sí estaríamos dispuestos a conversarlo. Queda la pelota en la cancha del gobierno. Requieren dos tercios del Senado para poder continuar con su reforma, y va a tener que conversar con nosotros y tener que incorporar a la reforma los planteamientos que nosotros hagamos. No hay otro camino.
¿Qué significa para el gobierno si fracasa en su insistencia?
Sería la demostración de que el gobierno no escucha. Si no lo logra, será por su tozudez, por su soberbia y por su fidelidad a ideas que nosotros consideramos que le hacen daño al país.
¿Por qué cree que insisten en la reforma tributaria?
Porque tiene que hablarles a sus integrantes más radicales y extremos. Y, por lo tanto, con este discurso los deja tranquilos un rato. Pero cualquiera sabe que esas promesas no van a ser cumplidas.
¿Se debe endurecer Chile Vamos como oposición?
La UDIsiempre ha sido un partido de derecha calificado por nuestros adversarios como duro, pero que ha estado dispuesto a llegar a acuerdos cuando consideramos que son buenos para Chile. Eso no va a cambiar. Seguiremos siendo duros, pero dialogantes.
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