En una delgada línea se ha movido esta semana el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya. Por una parte, ha defendido el rol que su tienda y él mismo tuvo en el Acuerdo por Chile que abrió un nuevo proceso constituyente; por otro lado, ha debido salir a explicar la dura derrota que Chile Vamos sufrió a manos del Partido Republicano. Mientras en paralelo busca dar con el tono para diferenciarse pero mantener una fina convivencia con esa tienda, con la que suman los 2/3 del nuevo Consejo Constitucional.
Macaya no descarta un entendimiento político a futuro con el partido que fundó José Antonio Kast. Sin embargo, lo subordina al rol que los republicanos tengan en el proceso.
¿Con qué sensación quedó después de la arremetida republicana?
Lo del domingo es la derrota en elección de candidatos más importante que ha sufrido la izquierda en la historia de Chile. Por segunda vez, en menos de un año, la izquierda fue derrotada. Y para nosotros, donde la izquierda es el adversario ideológico y sabemos que no ha renunciado a sus intenciones, ponemos el beneficio de la buena fe sobre republicanos, de que depende de ellos aprovechar este momento para cerrar de buena manera tres años que han sido muy dolorosos para Chile.
Pone el peso de la derrota en el gobierno, pero ellos tuvieron mejor desempeño electoral que Chile Vamos. ¿Qué autocrítica hace?
Yo soy autocrítico respecto de cosas que se pudieron haber hecho mejor, respecto a anticiparse en algunos lugares, en definición de candidaturas, en estructura de mensaje opositor, que es una cancha que ocupó muy bien el Partido Republicano (...). Es doloroso, porque evidentemente a los que estamos en la acción política diaria nos gusta ganar elecciones, pero es un costo que si este proceso termina bien va a haber sido bueno para Chile. Tenemos solamente tres consejeros menos de los senadores que tenemos en el Parlamento.
¿No es ser autocomplaciente?
No es autocomplacencia, por supuesto que tenemos una mirada de cómo vamos a mejorar hacia el futuro y lo estamos trabajando. Y no nos perdemos un minuto en entender que el adversario es la izquierda. Tener diálogo con el gobierno probablemente en algunos temas ha hecho que se paguen ciertos costos, pero en lo que viene ahora, así como hemos tenido diálogo con el oficialismo para temas importantes, con mayor razón vamos a tener diálogo con el Partido Republicano para cerrar un tema donde nosotros nos jugamos capital político.
Rodrigo Delgado dijo que Chile Vamos ofreció lo mismo que republicanos en términos de ideas, pero perdió porque ellos eran la “novedad”. ¿Comparte eso?
Son varios factores. La novedad de la marca es uno. Yo no creo que la oposición, si no existiera el Partido Republicano, hubiese sacado a los 34 consejeros que tiene hoy día. Y desde esa perspectiva, la irrupción del Partido Republicano hace crecer de manera muy importante a la oposición. Por lo tanto, hay en el proceso constituyente una oportunidad de ver cómo se va reconfigurando la estructura política de Chile.
¿Qué tan frustrante es ser desplazados por un partido que, a diferencia de ustedes, estuvo en contra de iniciar un nuevo proceso constitucional?
Hay un sentimiento de que efectivamente estamos pagando un costo, pero la frustración va a ser absoluta si este proceso fracasa. Yo creo que hay una posibilidad de que la Constitución se rechace a fin de año si se mantiene el maximalismo y si no se tiene el diálogo necesario para culminar de buena forma este proceso.
Tras las elecciones el gobierno ha dado señales de reforzar los acuerdos con Chile Vamos, lo que denominan como “la derecha democrática”. ¿Cómo recoge eso?
A mí me molesta un poco la lógica del gobierno de tildar al Partido Republicano como un partido poco democrático, que no tiene credenciales democráticas. Yo me rebelo ante eso. La ministra Vallejo el día lunes, en una entrevista, dijo que esperaba de la oposición democrática un diálogo para las reformas. Yo le digo al gobierno que no trate de dividir a la oposición en este momento.
¿Cree que los republicanos son igual de democráticos que ustedes?
Es que yo conozco a sus principales dirigentes y me parece que se alejan bastante de cualquier estándar antidemocrático. Tratar de dividir a la derecha entre una que tendría disposición democrática y otra que no la tiene me parece que es un error profundo del gobierno. Y ante esa intención de dividir a la oposición, la oposición va a actuar con más unidad, incluyendo al Partido Republicano. Nosotros no tenemos que demostrar al gobierno que somos dialogantes y democráticos. Lo hemos hecho en el pasado. Yo le digo al gobierno que cómo tildan al Partido Republicano de no ser democrático cuando su candidato presidencial reconoció inmediatamente el triunfo a Gabriel Boric.
Esta bajada muestra un cambio de tono de ustedes frente al gobierno. Por ejemplo, usted esta semana emplazó a La Moneda a moderar sus reformas.
Con nosotros habrá todo el diálogo que sea necesario para evitar el maximalismo en las reformas del gobierno. Si el gobierno cambia su programa refundacional, se va a encontrar con diálogo por parte de nosotros. Pero si mantiene el maximalismo en sus reformas más importantes, y lo estamos viendo en las últimas 24 horas con la ley corta de Isapres, nosotros nos vamos a rebelar.
“No estoy por mimetizarme con el Partido Republicano”
¿Esto de marcar una postura más firme con el gobierno tiene que ver con el aprendizaje de las elecciones? ¿Les faltó mostrarse de forma más clara como oposición?
Nosotros podemos tener muchas diferencias de forma con el Partido Republicano, pero la UDI en eso no se pierde un minuto. El adversario es la izquierda que insiste en imponerle a Chile un proyecto que arrasa con la libertad, con la clase media, con nuestras tradiciones, que aspira a dividir al país y que va a persistir en algunos momentos con sus proyectos refundacionales. Pero así como estuvimos disponibles a dialogar con el gobierno y con la izquierda, con mayor razón lo vamos a hacer con el Partido Republicano. Pero ojo, yo no soy el presidente que la UDI necesita si quisieran mimetizarse con el Partido Republicano. Y en esto también es un mensaje para los republicanos, tú no puedes pretender en el Congreso ser un freerider, una persona que hace una oposición simbólica, diciéndole que no a todo, y en el Consejo Constituyente comportarte como estadista. El Partido Republicano tiene que asumir su responsabilidad y mostrar gobernabilidad en ambos lugares.
¿En eso se juega el Partido Republicano su proyección política de llegar a La Moneda? Ellos tienen que demostrar en el Consejo su capacidad de llegar a ser gobierno, y yo creo que ellos saben que se lo juegan.
También hay un tono más conciliador con los republicanos. ¿Cómo proyecta la relación con ellos? El exconvencional Rodrigo Álvarez plantea una coalición que los incluya.
Yo definitivamente creo que la UDI es un proyecto político distinto al Partido Republicano. La forma de hacer política es tan importante como el fondo, por el tipo de mensaje, por la capacidad de tender puentes, porque sigo creyendo que el diálogo es muy necesario en política cuando hay momentos de crispación. Ahora, cualquier alianza con republicanos es muy prematura todavía. Lo que te puedo decir es que la UDI tiene un camino que se va a volver a medir en elecciones tradicionales, en octubre de 2024, y nuestra política de alianza, de eventuales conversaciones, pactos, va a depender mucho del resultado de diciembre.
¿No lo descarta, entonces?
Yo no lo descarto, pero la votación del domingo es un mensaje. No reconocerlo sería muy arrogante y poco inteligente. Hay un mensaje en la votación del domingo y tiene que obligarnos a estructurar nuestra acción. El 17 de diciembre se va a jugar mucho de cómo nosotros configuremos nuestra lógica y nuestra relación política con el Partido Republicano y por supuesto con los otros miembros de la coalición.
¿Pero sigue vigente para usted el proyecto de Chile Vamos?
Sí, pero creo que hoy día es prematuro tomar decisiones respecto a las alianzas electorales de las elecciones tradicionales, que son en octubre del próximo año. Por dos razones: la primera es porque tenemos que ver cómo culmina este camino que nosotros diseñamos y nos sentimos, entre comillas, padres de este proceso, y de qué manera se suben todos los otros actores a este carro, especialmente el Partido Republicano.
¿No tiene temor de que el Partido Republicano se “coma” a la UDI?
No. La UDI tiene una identidad, un sello de trabajo en el mundo popular, un trabajo que tiene principios inspiradores de la defensa de ciertas ideas, de la libertad. Y vamos a continuar en eso. Y tenemos una estructura política muy sólida que permite también pensar en que tenemos un buen futuro.
Espero que el Partido Republicano tenga claridad en el propósito y que por lo menos pueda interpretar de buena fe lo que nosotros hicimos en los últimos meses a propósito del proceso constituyente. Y yo de verdad espero que el Partido Republicano entienda esto, porque de lo contrario para ellos mismos va a ser un triunfo momentáneo. Se les va a entregar en bandeja al Frente Amplio y al Partido Comunista la oportunidad de intentarlo otra vez en unos años más.
Usted dice que la UDI sigue vigente y que hace política de una manera distinta a los republicanos. ¿Cree que ellos dan garantías de que van a dialogar?
Hoy día tiene una responsabilidad distinta. No es la misma responsabilidad cuando tienes uno o dos senadores a cuando tienes 23 miembros. Su relación con nosotros en el futuro va a estar muy marcada por cómo se suba a esto. Si se subieron a este proceso y logramos en conjunto que este proceso sea exitoso, es evidente que en el mediano plazo nuestros caminos confluyen. Si los republicanos son cómplices de que este proceso fracase, es más difícil, es casi imposible que nuestros caminos confluyan en el futuro.
¿Y cómo se liman las asperezas con republicanos? Algunos transmitían que ustedes eran la “derecha cobarde”.
Si me quedara en mis dolores personales no tendría ninguna capacidad de construir diálogo. Acá lo que hay que poner por delante es Chile. Si bien yo encuentro bien lamentable no haber escuchado ni disculpas ni críticas del propio Partido Republicano a ese tipo de declaraciones, lo que importa para construir para adelante no son mis dolores ni mi ego.
¿Y ha podido hablar con Kast?
Muy formal. Eso lo mantengo en privado.
¿Cuánta responsabilidad tiene Kast en el éxito del proceso?
Yo comparto que es la persona con mayor responsabilidad en el éxito de lo que viene en adelante. Y espero que el Partido Republicano esté a la altura y que asuman todas las responsabilidades que tienen que asumir.
¿Nunca pensó en renunciar a la presidencia de la UDI? Usted fue el que diseñó una estrategia distinta para el partido, alejándose del estilo “más duro”.
No, no lo pensé. En el cargo de presidente del partido uno siempre tiene que estar disponible a ver qué es lo necesario en un determinado momento. Y lo que nosotros hemos construido es un proyecto político de mirada un poquito más larga. Siempre tuvimos claro que el éxito o no de nuestra gestión también se juega el 17 de diciembre. Probablemente esa es una fecha para reflexionar sobre cómo continúa nuestro proyecto político.