Juan Grabois, excandidato argentino: “Mi predicción es que marzo va a ser un mes muy crítico para Javier Milei”
El abogado que compitió en las primarias de Unión por la Patria acusa al Presidente argentino de buscar “imponer una reforma constitucional de facto”. Y advierte que la vicepresidenta Victoria Villarruel “ya ha demostrado sus apetencias de aserrucharle el piso a Milei”.
Con los días de campaña en el pasado, la labor de Juan Grabois vuelve a la de antes. Además de ser docente de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, también es miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano. Pero, quizá más importante, un dirigente social que intentó liderar a Unión por la Patria desde la izquierda humanista, cuando obtuvo unos 1,4 millones de votos, el 5,9%, durante las primarias de agosto de 2023, cuando el exministro de Economía, Sergio Massa, se consagró como el candidato del peronismo.
En entrevista con La Tercera, el abogado analiza el primer de gobierno de Javier Milei y la amenaza que representa el paro general del 24 de enero convocado por la poderosa Confederación General de los Trabajadores (CGT).
A más de un mes de que el Presidente Javier Milei asumiera la presidencia, ¿qué balance hace de su incipiente gestión?
Nunca en la historia democrática argentina existió una ofensiva tan brutal contra las instituciones republicanas y los derechos sociales como en estos treinta y tantos días. Y esa ofensiva se sustenta en la mayor falacia que puede plantear una persona comprometida con la democracia, que es haber ganado las elecciones y tener un nivel de apoyo social que históricamente, en los primeros meses de gobierno, suele ser alto. Entonces, que a partir de un triunfo electoral, que en el sistema democrático plantea la alternancia como una característica esencial, Milei pretenda, de forma mesiánica y fundacional, imponer una reforma constitucional de facto, es jugar con la soberanía popular.
Imagino que se refiere al decreto de necesidad y urgencia (DNU), que solo se puede aprobar o rechazar. ¿Cree posible tender puentes en el Congreso entre el oficialismo y la oposición, pese a esto?
Como nunca nadie se atrevió a hacer un decreto de necesidad y urgencia para legislar temas cuando no hay necesidad ni urgencia, asumiendo la suma del poder público, no estaba previsto un mecanismo compulsivo. Por lo tanto, estamos con legislación creada por el Poder Ejecutivo, en una violación a la división de poderes flagrante. Hay un núcleo duro con el DNU, que es la megadevaluación del 118% que nos llevó de tener una tasa de inflación muy alta, a tener una el doble de alta, es decir, pasamos del 12% al 25%, y probablemente esto se mantenga por los próximos meses, lo cual implica una pérdida del salario real, del ingreso y los ahorros de la gente. Estos puntos, más la transferencia de ingresos a los sectores corporativos y una serie de normas que permiten negocios de corto plazo, es el núcleo central del planteo de, más que de Milei, los estudios jurídicos de las grandes empresas que le han puesto el programa sirviéndose de que es una figura carismática que aprovecha la reacción frente a dos muy malos gobiernos de la política tradicional.
Muchos decían previo al inicio del gobierno que Milei no terminaría su mandato. ¿Lo comparte?
Me parece que en la Argentina se superó el reto democrático, fundamentalmente a partir del 83 y del 85, con el juicio de las juntas militares. Se eliminó de la conciencia colectiva hacer política pensando en voltear gobiernos. Eso puede estar presente en un sector muy marginal de la ultraderecha o de la ultraizquierda, pero está fuera de los planes de todos los actores políticos, tirios y troyanos, pero sí yo percibo que Milei puede funcionar como un fusible, como una pieza que con la tensión explota, de las medidas ultraliberales, bien de los Chicago Boys, pero a un ritmo aceleradísimo. Cuando el primer fusible estalle, hay un personaje particularmente insidioso en la política argentina, que es la vicepresidenta Victoria Villarruel, que ya ha demostrado sus apetencias de aserrucharle el piso a Milei. Si hay planteos de desestabilización, vienen de la propia interna del gobierno.
¿Cuál considera que será el período crítico para definir si el gobierno se salva o no?
La crisis económica va a tener una primera manifestación muy fuerte en marzo, por el inicio de clases. Ahí se aplican los aumentos de las tarifas y ya se va a acumular un 75% de inflación en tres meses. La clase media, que tiene dos símbolos de estatus y de estilo de vida que son la medicina prepaga y la educación privada, no va a poder pagar ni la cuota del colegio, ni la tarifa de su seguro médico. Y cuando esta entre en un estado de descontento, más el hambre que ya se empieza a percibir entre las clases populares, mi predicción es que marzo va a ser un mes muy crítico.
¿Y qué le parece la decisión de la CGT de convocar el paro nacional para el 24 de este mes?
Es sumamente lógica, porque el DNU es una modificación de facto a la legislación laboral. Uno podría plantear que nunca hubo un paro general tan rápido. Pero tampoco nunca hubo una reforma de la legislación laboral por decreto. No se están actualizando los salarios, hay despidos indiscriminados en el sector público, y sin una planificación, sino con una especie de plan motosierra. Esto genera una reacción que era, te diría, casi inevitable. La dirigencia sindical no hubiese tenido otra forma de contener a sus bases.
Usted participó de las primarias de Unión por la Patria. ¿Atribuye la derrota más a un buen trabajo de La Libertad Avanza, o a errores en el peronismo?
Unión por la Patria (UxP), que no es el peronismo únicamente, es una alianza nacional-popular-humanista muy amplia en la que hay desde sectores de izquierda tradicional hasta sectores del propio candidato Sergio Massa, que durante mucho tiempo fue antikirchnerista. Ahora, fue la coalición de gobierno, y este fue muy malo. Hubiese sido un fenómeno paranormal ganar las elecciones. Si vos me preguntás a mí, lo que me resulta extraño es que no las haya ganado Juntos por el Cambio (JxC). Ahora bien, nuestra coalición no tenía posibilidades de ganar aplicando la racionalidad, porque nuestro candidato oficial era el ministro de Economía en un país que tenía una tasa del 110% de inflación. Planteamos de manera testimonial la candidatura nuestra bajo el lema de la Argentina humana, es decir, plantear elementos del más básico humanismo. Todas esas cuestiones, que son de sentido común, están totalmente fuera de discusión cuando el debate político está ideologizado, porque Milei plantea que todos los que no piensan como él son colectivistas soviéticos, literalmente lo dijo el miércoles en Davos, y del otro lado, lo que hay no es nada parecido a un colectivista soviético, sino, efectivamente, mucha gente de la politiquería tradicional.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.