Será una revancha para el historiador e investigador del CEP Juan Luis Ossa. Luego de que quedara fuera de la Convención Constitucional pasada por la regla de paridad, esta vez volverá a competir por un escaño al Consejo Constitucional representando a la Región de Los Lagos como independiente en cupo de RN.

¿Qué hará distinto para ser electo esta vez?

Tenemos que plantearle a la ciudadanía por qué es importante continuar con el proceso constituyente y cerrarlo. Esto con el principio de que la Constitución no resuelve todos los problemas, pero que es la ley fundamental.

¿Cuáles son las ideas que le interesa plasmar en la Constitución?

Hay temas centrales para la Región de Los Lagos. La necesidad de descentralizar la toma de decisiones y el poder territorial. Comenzaremos nuestro trabajo a partir de las bases. No partimos de una hoja en blanco. Y me parece muy bien que así sea, porque la Convención pasada buscó refundar buena parte de las bases constitucionales del país y eso fue un error. Las bases me parecen muy correctas, aquellas que equilibran los poderes. El equilibrio entre el Ejecutivo y el Legislativo se debe afianzar.

Chile Vamos pagó costos por promover el proceso constituyente. ¿Qué se juega la derecha?

No cabe duda de que la ciudadanía está cansada con el proceso constituyente, con la incertidumbre y con la inseguridad. ¿Quiere decir eso que no tenemos que cerrar el proceso constituyente? Yo creo que hay que cerrarlo y de buena forma, para que no sigamos con esta incertidumbre de si acaso la Constitución es legítima o no. La centroderecha se juega su palabra, porque sus dirigentes dieron su palabra de continuar el proceso constituyente. Y se la juega también frente a su electorado, por ser capaces de plantear un proyecto de país que sea de unidad.

¿Qué se debe hacer distinto esta vez en el proceso constituyente?

Lo primero es ser consciente de que la ciudadanía habló fuerte y claro el 4 de septiembre. Rechazó el proyecto refundacional de la extrema izquierda. Debemos ser conscientes de que no vamos a tener una nueva oportunidad y que no podemos repetir los errores de la Convención pasada. Hay que sentarse a conversar con el otro y pensar de qué forma la unidad debe ser el motor. Y todo eso se va a lograr en la medida en que los consejeros sean conscientes de que no tienen un mandato originario para hacer y deshacer la institucionalidad política chilena. Sino más bien para establecer en un papel aquellas cuestiones que son muy importantes para la ciudadanía.

¿Como cuáles?

Un buen sistema político, un derecho de propiedad fuerte, que los padres tengan el derecho preferente a educar a sus hijos, que el Banco Central sea autónomo, que los equilibrios de los poderes efectivamente se lleven a la práctica.

¿Rescata algo?

Rescato dos cosas, aunque con cambios respecto del proceso anterior. En primer lugar, me parece clave abrir espacios a la participación ciudadana a través de las iniciativas populares de norma. Espero, eso sí, que dichas iniciativas sean recogidas. En segundo lugar, considero una buena idea que exista una comisión de armonización. Es de esperar que ahora tenga mayores facultades y que acompañe al consejo a lo largo de todo el tiempo y no solo al final.

¿Hace alguna autocrítica respecto del rol de Chile Vamos en el proceso anterior?

En el proceso pasado hubo dos tipos de derecha. Una derecha dialogante, liderada entre otros por Hernán Larraín, Rodrigo Álvarez, Cristián Monckeberg, Bárbara Rebolledo y Ruggero Cozzi, y una derecha no dialogante muy crítica del proceso constituyente y que desde el día uno no quiso sentarse a la mesa a conversar. Ahora hay que tomar las enseñanzas que nos dejó el proceso anterior y conversar con el del frente. El sistema electoral nos permitirá a aquellos que llevamos la moderación y la unidad por delante liderar el proceso. Pero eso requiere una responsabilidad extra y recaerá en nosotros, en el centro político.

Ahora hay en la derecha fuerzas como el Partido Republicano que cuestionan el proceso.

Bueno, por algo fueron los únicos junto al PDG que no firmaron el acuerdo. Todo el resto de las fuerzas políticas sí lo firmaron. No sé en qué parada andan. Tenemos que escucharlos y debatir con ellos, y ver qué propuesta de país tienen para los próximos 20 o 30 años.

¿Quedó conforme con la lista de Chile Vamos? Se dice que faltó el centro y la sociedad civil.

Uno siempre puede aspirar a más en cualquier negociación. Yo me siento un representante de la sociedad civil. Espero sinceramente que en el caso de los Amarillos y Demócratas puedan escuchar cuáles son mis planteamientos, mis ideas para eventualmente convencerlos para que puedan sumarse a este proyecto. Tengo mucha simpatía con la moderación, con el reformismo gradualista de los Amarillos y Demócratas. No me cabe duda de que vamos a hacer alianzas en el futuro cercano.

¿Cree que se cuestione que usted sea consejero y su hermano, Juan José Ossa, experto del Consejo?

No creo. Respecto de mi hermano como experto, me parece muy bien, estoy muy orgulloso de él. Tiene todas las condiciones técnicas y negociadoras políticas, pero nuestro rol va a ser muy distinto y cada uno va a tener que jugar en su propia cancha.