El lunes, Canadá tendrá elecciones generales anticipadas, con las cuales se definirá la totalidad del Parlamento número 44 de su historia. Lo normal habría sido terminar la legislatura anterior en 2023, pero en medio de la buena aceptación que tuvo su gestión frente al Covid, Justin Trudeau decidió adelantar los comicios y así conseguir más escaños para su partido, el Liberal.
Pero lo que a mitad de agosto sonaba a una excelente idea, ya le hace pasar sustos al primer ministro, que en las encuestas pierde espacio contra el líder del Partido Conservador, Erin O’Toole.
En la encuestadora Angus Reid observan que desde la semana del 30 de agosto se dieron vuelta las intenciones de voto: los conservadores lideran con 35%, en desmedro del Partido Liberal, que marca un 32%. De todos modos, esto no necesariamente saca a Trudeau del puesto de primer ministro, ya que su partido aún mantiene ventaja en los escaños del Parlamento.
Desde la cadena CBC proyectan que el Partido Liberal obtendría 154 de los 338 escaños, superando los 120 de los conservadores, pero sin conseguir la mayoría absoluta del Parlamento. Por eso mismo, Trudeau seguiría en la misma posición que después de las elecciones de 2019, cuando pasó de un gobierno de mayoría a otro de minoría, obligado a negociar con el Nuevo Partido Democrático.
Cuando Trudeau disolvió el Parlamento y llamó a elecciones anticipadas el 15 de agosto, dijo que lo hacía porque se trataba de un momento clave, la recuperación pospandemia, y que las decisiones que se tomarían en el corto plazo afectarían a las siguientes décadas. “Los canadienses deben elegir cómo terminamos la lucha contra el Covid-19 y reconstruimos de la mejor manera”, defendió el primer ministro.
Pero esa narrativa parece no haber hecho eco entre los mismos canadienses. Un estudio de Ipsos reveló que el 58% encontraba innecesario adelantar las elecciones. Además, un cuarto de los encuestados declaró no sentirse seguro para votar presencialmente.
Expertos señalan que lo más probable es que estas elecciones “no cambien mucho” la situación actual. Tanto O’Toole como Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático, criticaron la decisión del primer ministro, señalando que “buscaba su propio interés” y que se trató de una medida “egoísta”.
De hecho, dentro de su misma colectividad se ha cuestionado la necesidad de la elección anticipada, argumentando que a pesar de que Trudeau se ha quejado del obstruccionismo de la oposición, se han logrado sacar adelante la mayoría de los proyectos propuestos.
David Coletto, jefe ejecutivo de Abacus Data, una de las principales encuestadoras canadienses, comenta a La Tercera que la convocatoria a nuevas elecciones molestó a la ciudadanía. “Aunque la gente se mostraba generalmente satisfecha con la gestión del gobierno frente al Covid, sentían que el país iba en buena dirección y una elección era la última cosa en la mente de la gente. Y en muchos sentidos, el llamado le recordó a quienes no les gustaba Trudeau por qué no les gustaba desde un principio”, asegura.
Daniel Béland, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad McGill, señala al respecto: “El aura que tenía Trudeau como primer ministro ya declinó años atrás, en su primer período, debido a una serie de affaires y promesas electorales no cumplidas. Por eso perdió su mayoría en 2019. Esta vez, ha querido utilizar el éxito en la vacunación y la audaz respuesta socioeconómica del gobierno con la pandemia para reconquistar esa mayoría, pero una serie de problemas debilitaron su figura en las primeras semanas de campaña”.
Entre ellas, la lenta evacuación de canadienses y afganos que cooperaron con las tropas en Afganistán, el retraso en la revelación de la plataforma liberal y, especialmente, los cuestionamientos sobre por qué llamar a elecciones durante la cuarta ola de la pandemia.
Por su parte, el líder conservador ha aprovechado esta campaña para darse a conocer. Luego de los dos fracasos de 2017 y 2019, los “tories” han ido flexibilizando sus posiciones, tomándose más en serio el cambio climático, debatiendo la crisis de vivienda y declarándose “aliados de la comunidad LGBT”. En el primer debate televisado en inglés, O’Toole apostó por apelar al votante de centro y progresista.
“En general, los conservadores se han ido moviendo más al centro si los comparamos con 2019. Erin O’Toole se muestra como un moderado, a favor del aborto, y sin muchos apuros para balancear el presupuesto. Se le ve dispuesto a invertir más dinero en la economía y el sistema de salud, en miras a la pospandemia”, comenta Béland.
En tanto, la alguna vez imbatible popularidad de Trudeau enfrenta uno de sus peores días: 61% de desaprobación según la encuestadora Angus Reid. Una de las dificultades que ha enfrentado su campaña es la aparición de manifestantes violentos, generalmente contrarios a las vacunas y las medidas sanitarias contra el Covid, que han llegado a lanzarle piedras al primer ministro. Por esto mismo, el líder liberal se ha visto en la necesidad de cancelar actos y mítines.
Uno de los principales temas en la campaña han sido los compromisos medioambientales, entre cuales están reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: mientras la colectividad de Trudeau se compromete con llevar esa reducción en 2030 a un 45% por debajo de los niveles de 2005, O’Toole dijo que retrocederá ese porcentaje a un 30%.
Coletto señala que los otros temas más importantes en esta campaña han sido el costo de la vida, el sistema de salud y la economía. “El motivo de que esta carrera esté tan cerrada es que excepto por el cambio climático, ninguno de los grandes partidos se ha distinguido del resto a los ojos de los votantes”, comenta el experto.
Además del binomio Liberal/Conservador, el Nuevo Partido Democrático y el Bloc Québécois jugarán un rol importante a la hora de formar gobierno. A pesar de no ser los favoritos en el voto popular, CBC indica que lo más probable es que los liberales terminen siendo el partido con más escaños, sin por eso conseguir la anhelada mayoría: un 56% de las probabilidades.
Coletto coincide con este diagnóstico: “Aunque las diferencias nacionales en las encuestas son mínimas, en nuestro último informe hemos visto que los liberales lideran en Quebec y Ontario, las provincias más grandes de Canadá. Si esto se mantiene, será suficiente para ganar la elección”.
“Ahora mismo las posibilidades de Trudeau de mantener su cargo están aumentando, así que tiene buenas chances de seguir, aun si los conservadores llegan a ganar el voto popular. Sin importar quién gane, lo más probable es que, al igual que en 2019, los canadienses elijan un Parlamento minoritario”, dice Béland a La Tercera.