En febrero, cuando la comisionada de RN Katherine Martorell estaba designada para formar parte de la Comisión Experta afirmó, en entrevista con La Tercera, “que la seguridad tenía que ser un tema esencial” en la propuesta de nueva Constitución. Y así fue. Desde su rol de experta de la subcomisión de Función jurisdiccional impulsó con fuerza la creación, a nivel constitucional, de una Defensoría de las Víctimas. Y lo logró.
Ahora, desde la segunda línea, estuvo acompañando a su banca- da de consejeros en la elaboración de las enmiendas que se ingresaron la semana pasada, las cuales también tienen un foco importante en materias de seguridad pública.
Martorell dice estar preocupada por las señales que entregó el Partido Republicano con sus indicaciones, las cuales califica como “partisanas”. Afirma que si esa lí- nea se mantiene, el riesgo de que el texto se rechace es muy grande. La exsubsecretaria destaca el rol de puente que, a su juicio, debe tener Chile Vamos. También hace un llamado a la izquierda: “No me gustaría que la izquierda estuviera preparando el camino para un desembarco”.
¿Cómo ha visto el funcionamiento del Consejo durante estas semanas?
Ha sido una instancia en que ha existido mucho respeto, muy distinto a lo que vimos en el proceso fenecido, en el que no existía res- peto ni diálogo y en el que incluso hubo funas. Acá no, la verdad es que ha imperado un ambiente de respeto mutuo, de escucharse, de comprender el rol que tienen que ejercer los consejeros.
¿Cómo vio la señal de republicanos con sus enmiendas?
Es legítimo que republicanos quiera hablarle a su gente, que cualquier fuerza política quiera hacer eso, pero creo que hay que tener cuidado, porque una Constitución no es un texto perfecto para un grupo. No es, ni puede ser, partisana. Una Constitución es un texto que nos representa a to- dos, pero no por eso lo consideramos perfecto o idóneo, sino que más bien es un lugar donde todos nos sentimos cómodos. Es legítimo que le estén hablando a su público, pero también es muy importante el proceso de negociación que viene ahora.
El consejero Silva dijo que con sus enmiendas buscaban que se viera reflejada su identidad. ¿Es el proceso constitucional el lugar indicado para hacer ese ejercicio?
Es que precisamente por eso creo que una Constitución no puede ni debe ser partisana. Una Constitución tiene que representar todas las identidades, todas las sensibilidades y, por lo tanto, entiendo que en este periodo, en este momento en que se presentan enmiendas, se trate de hablarle a un público en particular. Pero eso no puede ser el resultado, porque si ese es el resultado, lamentablemente estamos abriendo una puerta muy grande para que se rechace el texto.
¿Considera que las enmiendas republicanas son partisanas?
Lo dijo el mismo consejero Silva. Una identidad y una Constitución nos tiene que representar a todos.
¿Cuál es el riesgo de que el proceso se encamine en esa dirección partisana?
Es un riesgo muy complejo, por- que nos podría llevar a que se rechace la Constitución y creo que eso sería un gran fracaso. Es fundamental que en este momento que viene se generen acuerdos, se busquen miradas comunes y se encuentren los puntos que realmente deben estar dentro de una Constitución
¿Comparte la crítica de quienes comentan que las enmiendas republicanas incluyen asuntos que son materia de ley y que no deberían estar en una Constitución?
Sí, creo que hay enmiendas que se han presentado que no son materia de una Constitución. Por ejemplo, esta enmienda de establecer un tribunal contra el crimen organizado. Eso es una modificación a la reforma procesal penal que tiene todo su cuerpo normativo. Me parece que uno no puede alterar desde la Constitución un cuerpo normativo de esa manera.
¿Cree que la señal de republicanos a través de sus enmiendas es de poner un programa de gobierno?
No creo que estén poniendo un programa de gobierno, pero sí creo que los republicanos le hablan a su público y eso conlleva el riesgo de tener una Constitución partisana y, por lo tanto, eso también conlleva el riesgo de que se rechace la Constitución. Hay que ser muy cuidadosos.
¿Ve con optimismo la posibilidad de llegar a un acuerdo transversal?
Ese es el gran desafío y estamos justo en el momento en que eso debiese ocurrir, que es el momento de buscar unidades de propósito y acuerdos.
¿Qué rol deberían tener los comisionados de Chile Vamos en esta búsqueda de acuerdos?
Este es principalmente un trabajo de los consejeros, no de los comisionados, pero lo que nosotros podemos hacer es ir mostrando, ir contando, ir explicando de qué manera fuimos adoptando los acuerdos y qué fue lo que nos motivó a llegar a un texto determinado. Ese insumo me parece que es muy valioso para este proceso de negociación y de conversación que van a llevar adelante los consejeros.
¿Comparte la crítica de que ha faltado mayor decisión por parte de los comisionados de Chile Vamos de proteger los acuerdos de la Comisión Experta?
No, de hecho, es cosa de ver cómo se han celebrado cada una de las comisiones y en ellas ha habido una participación muy activa de los comisionados de Chile Vamos, en la que se ha explicado por qué se adoptaron los acuerdos, cuáles son los objetivos de la norma y, por lo tanto, creo que eso ha sido transparente.
¿Comparte la sensación, comentada por el consejero comunista Fernando Viveros, de que se está en un momento en que este proceso podría fracasar?
Estamos en un momento clave, que es precisamente el espacio dentro del proceso para llegar a los acuerdos. No me gustaría que la izquierda estuviera preparando el camino para un desembarco. Me gustaría creer que ellos están buscando llegar a acuerdos.
¿Existirá esa altura de miras o generosidad para ceder?
Espero que así sea.
¿Cómo vería que su sector caiga en la misma farra en la que cayó la izquierda con la Convención?
Yo primero quiero separar el rol de Chile Vamos dentro del proceso. Chile Vamos ha buscado ser un puente y eso ha sido reconocido tanto por republicanos como por el oficialismo. El peor error que podría cometer republicanos es repetir la Convención fenecida.