Un día después de que Moscú enviara paracaidistas para ayudar a aplacar las manifestaciones en Kazajistán, la policía patrullaba las calles de la principal ciudad del país, Almaty, que se encontraba sembradas de escombros, aunque aún se reportaban algunos disparos.
En un discurso televisado el Presidente Kassym-Jomart Tokayev dijo que había dado instrucciones tanto a la policía como al ejército de disparar para matar a cualquier “terrorista” involucrado en disturbios. Se ha ordenado a los funcionarios que abran fuego sin previo aviso, indicó. El Presidente explicó que las negociaciones pacíficas son imposibles con “criminales y asesinos”. “Tuvimos que enfrentarnos a bandidos armados y entrenados, tanto nacionales como extranjeros. Estas personas son bandidos y terroristas”, repitió en su tercer discurso nacional desde que se iniciaron las protestas. Con sus palabras el mandatario dio luz verde a una escalada drástica luego de días de manifestaciones extremadamente violentas en la antigua nación soviética.
Las manifestaciones, que empezaron como respuesta a la subida del precio del combustible el 2 de enero pasado, se han convertido en un amplio movimiento contra el gobierno y el ex líder Nursultán Nazarbayev, de 81 años, el gobernante que más tiempo ha estado en el poder en un antiguo estado soviético.
Los manifestantes de Almaty parecen proceder en su mayoría de la periferia pobre de la ciudad o de los pueblos y aldeas circundantes. La violencia sorprendió a los kazajos de las ciudades, acostumbrados a comparar de forma favorable su país con los vecinos exsoviéticos de Asia Central, más represivos e inestables. Decenas de personas han muerto y varios edificios públicos de Kazajistán fueron saqueados e incendiados.
Los oficiales de policía dicen que hasta ahora, 26 “criminales” que participaban en las protestas han sido asesinados. “En total, más de 3.000 delincuentes han sido detenidos, 26 han sido liquidados y otros 18 terroristas armados han resultado heridos”, anunció ayer el ministerio del Interior. Más tarde, el canal de televisión estatal Khabar-24 informó que se había arrestado a 3.706 personas. Funcionarios kazajos dicen que 18 policías y soldados murieron en disturbios esta semana y otros 748 sufrieron heridas.
Pese a las declaraciones, el activista kazajo, Aigerim Tuleuzhanova insistió en una entrevista con el Servicio de RFE / RL que quienes fueron atacados en la Plaza de la República de Almaty en la tarde del jueves eran jóvenes activistas desarmados. Intentando rechazar la narrativa de Toqaev, el grupo había desplegado pancartas que decían: “¡No somos terroristas!” y “Toqaev: ¡No nos dispares!”
La represión contra los manifestantes recordó lo ocurrido en Zhanaozen en 2011 cuando la policía mató a tiros a 16 manifestantes en diciembre de ese año después de meses de huelgas de empleados del sector petrolero.
En una concesión, el gobierno anunció el jueves que limitará durante 180 días el precio de los combustibles para vehículos, además de una moratoria en el alza de las tarifas de los servicios públicos. Tokayev ha vacilado entre tratar de calmar a los manifestantes, incluyendo la aceptación de la renuncia de su gobierno, y la promesa de medidas duras para frenar los disturbios.
Periodistas y activistas han reportado la falta de acceso a internet, lo que ha dificultado conocer la situación en el terreno.
Reformas democráticas
La ola actual de protestas comenzó después de que los conductores en Zhanaozen descubrieron el día de Año Nuevo que los precios del gas licuado de petróleo, que muchos kazajos usan para sus autos, se habían disparado. Un litro tenía un precio de alrededor de 50 tenge durante gran parte de 2021 y saltó a 120 tenge el 1 de enero. Al día siguiente y las manifestaciones se extendieron a otras ciudades, incluida la capital .
Si bien diversos reportes indican que muchos en Kazajstán tienen dificultades para llegar a fin de mes, las élites conectadas con el gobierno esconden cientos de millones de dólares en bienes raíces en el extranjero, según reveló una investigación de Radio Free Europe/Radio Liberty.
Es así como los manifestantes sumaron otras demandas a las protestas. La más importante ahora es que se lleven a cabo reformas democráticas, que obligue a los funcionarios regionales a tener que participar en las elecciones en lugar de ser nombrados por el gobierno. Sin embargo, los críticos señalan que Kazajistán nunca ha tenido unas elecciones consideradas “libres y justas” por los observadores occidentales desde el colapso de la Unión Soviética en 1991.
Por ejemplo, en las legislativas de enero de 2021, no se votó a ningún grupo de oposición en el parlamento kazajo. Eso es porque los intentos de registrarse para ese voto por parte de grupos de oposición como el Partido Demócrata y el partido El Tiregi (Confianza Nacional) de Nurzhan Altaev fueron todos rechazados.
El único partido político registrado oficialmente que se autodenomina oposición es el Partido Socialdemócrata Nacional, boicoteó la votación como una farsa.
Los activistas dicen que el gobierno de Toqaev ha eliminado efectivamente todas las formas legales para que los ciudadanos participen en la política.
Por otro lado, el descontento ha aumentado en Kazajstán, dice Radio Free Europe/Radio Liberty. El número total de protestas documentadas en el país fue más de seis veces mayor en 2019 que en 2018, y luego casi se duplicó en 2020, en parte debido a la pandemia: 112 protestas relacionadas con Covid-19 fueron documentadas desde desde el comienzo de la pandemia hasta junio de 2021. De los cinco países de Asia central, los kazajos son los que más protestan en términos absolutos, algo que el gobierno toleró más que su vecino autocrático, Turkmenistán.
“Uno de los grandes logros de Nazarbayev fue que durante su mandato de 30 años afianzó la soberanía de Kazajstán”, dijo a The Wall Street Journal Kate Mallinson, analista de Asia Central de Prism, una firma consultora de riesgo político con sede en Londres. “De la noche a la mañana, el Presidente Tokayev ha socavado esto y ha insultado a las franjas cada vez más nacionalistas de la población kazaja. Esto significa que la situación de seguridad podría escalar muy rápidamente si se viera que las tropas rusas se vuelven contra la población kazaja “.
El rol de Putin en la crisis
Para cuando se llevó adelante la independencia en 1991, los kazajos étnicos eran una minoría en su propia tierra, producto de la hambruna y los reasentamientos masivos de rusos étnicos y otros grupos durante la Unión Soviética. Nazarbayev se centró en poblar el norte dominado por Rusia con kazajos étnicos, trasladó la capital de Almaty a la ciudad norteña de Astana y promovió el uso del idioma kazajo, incluso prometió cambiar el alfabeto cirílico al latino. Si bien varias áreas del norte y este de Kazajstán siguen siendo predominantemente rusas, los rusos étnicos ahora representan el 18% de la población del país, la mitad de lo que tenían en el momento de la independencia.
Todos estos movimientos provocaron frecuentes quejas por parte de los nacionalistas rusos. Sin embargo, el Presidente Vladimir Putin ha rechazado tales llamados. Cuando se le preguntó en agosto de 2014, poco después de anexar Crimea, sobre los supuestos peligros del nacionalismo kazajo, Putin elogió la sabiduría de Nazarbayev en respuesta.
Así, la llegada de las primeras unidades del contingente ruso de las fuerzas de paz de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) Kazajistán el jueves tras el llamado de Tokayev, despertaron la preocupación en la región.
Para muchos analistas, lo que está en juego es especialmente significativo para Rusia debido a que con el envío de tropas corre el riesgo de alienar a unos ciudadanos que si bien exigen un cambio en el régimen de Kazajistán, hasta ahora no han mostrado ningún sentimiento antirruso.
Por otro lado, la crisis ocurrió en momentos en que Rusia tiene tropas cerca de la frontera con Ucrania y antes de las negociaciones de la próxima semana con Estados Unidos sobre las garantías que Rusia ha exigido a la OTAN de que no se expanda ni coopere con los países exsoviéticos.
Los analistas políticos rusos y occidentales dijeron que la crisis no cambiaría el enfoque de Putin de Ucrania. Según la agencia Reuters, existe un potencial positivo para el Kremlin al extender una serie de intervenciones estratégicas que ha llevado a cabo en los antiguos estados soviéticos desde 2020.
En Bielorrusia, apoyó al líder autoritario Alexander Lukashenko cuando las protestas masivas amenazaron con derrocarlo, y desde entonces ha utilizado el territorio y el espacio aéreo de ese país para realizar simulacros militares de alto perfil y vuelos estratégicos de bombarderos cerca de las fronteras de los países miembros de la OTAN.
En el Cáucaso, Putin provocó un alto el fuego en una guerra de 2020 entre Armenia y Azerbaiyán y envió fuerzas de paz, lo que garantiza que Rusia seguirá siendo el actor de seguridad clave en una región donde Turquía e Irán también compiten por la influencia.
Ahora Kazajstán, el principal productor mundial de uranio y el noveno exportador de petróleo, parece estar cada vez más en deuda con Moscú, dice la agencia. Tokayev hizo hincapié en su discurso televisado ayer en agradecer a Putin por su rápido apoyo. “Para Rusia, si las cosas se calman, será una victoria sustancial, demostrando lo crítico que sigue siendo, y también uniendo mucho más a Kazajstán”, sostuvo a Reuters Olga Oliker, directora de programas para Europa y Asia Central de Crisis Group.