Konstantin Eggert es un destacado periodista y analista político ruso. Además es columnista semanal sobre asuntos rusos para Deutsche Welle. Entre 2010 y 2015 trabajó para Kommersant, el grupo mediático privado más antiguo de Rusia. En esta entrevista con La Tercera, analiza el segundo aniversario de la guerra de Rusia en Ucrania, iniciada tras la invasión el 24 de febrero de 2022.

Se cumplieron dos años de la guerra y muchos dicen que a Kiev le faltan armas, tropas y que Moscú estaría ganando, ¿cómo evalúa lo que está ocurriendo?

Esta es una guerra de agresión de la Rusia de Vladimir Putin contra Ucrania. Ahora, entra en un tercer año y creo que mucha gente hace dos años pensó que Ucrania se replegaría y que Putin estaría en Kiev en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, no sucedió. Así que creo que la cuestión de ganar o perder no es un asunto militar. Sino que -en gran medida -es una cuestión de quién tiene más paciencia y más recursos para mantener la situación actual. Y ese es un asunto importante, porque, por un lado, Ucrania es cuatro veces más pequeña que Rusia en términos de población. Tiene menos territorio. Tiene una tasa bastante alta de personas que intentan evitar el servicio militar y no tiene todavía todas las armas que le pidió a Estados Unidos, Alemania y otros países occidentales. Así que las cosas no pintan muy bien para Ucrania. No creo que, por ahora, Putin esté ganando la guerra, porque aunque la población de Rusia es definitivamente mayor, cuatro veces mayor y la economía también lo es. El número de personas que desean servir tampoco es enorme. Ahora, creo que tenemos pruebas de que hay escasez de personal en el ejército ruso porque antes, por ejemplo, cuando Putin reclutó a gente en las cárceles, fueron inmediatamente indultados antes de regresar al frente. Ahora, cuando se les envía al frente, se les dice, lucharán durante el tiempo que les digamos, y sólo entonces obtendrán el indulto. Pero antes de eso pueden ser asesinados. Eso significa que tienen escasez de mano de obra. Lo que hemos visto es que la guerra tiene un estilo muy de la Primera Guerra Mundial europea, en el que la gente combate en pueblos pequeños y la mayoría de las veces la línea del frente es estacionaria, como lo fue en Francia y Bélgica en 1915, 1916. Así que creo que la cuestión aquí es si Ucrania será impulsada con armas como misiles de bajo alcance, aviones F-16, lo que creará una ventaja significativa para sus fuerzas.

La Primera Ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, el marido del primer Ministro, Bo Tengberg, y el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, asisten a una ceremonia conmemorativa en el campo de Marte en el cementerio Lychakiv en Lviv, Ucrania, el viernes 23 de febrero de 2024. Foto: Reuters

A su juicio, ¿cómo ha sido el desempeño de Ucrania en la guerra?

Los ucranianos lograron inmovilizar a la Flota Rusa del Mar Negro por sus ataques con misiles. Así que Rusia ya no controla el Mar Negro. Y la flota tiene su base en la Rusia continental. Hay un número cada vez menor de buques en la Crimea ocupada, y no salen al mar porque tienen miedo de los ataques ucranianos. Así, por ejemplo, las entregas de grano ucraniano al mundo están ahora aseguradas por los ucranianos, sin ningún tipo de interferencia occidental. Así que yo diría que para ambas partes hay éxitos y fracasos. Y creo que esta guerra puede continuar así durante bastante tiempo.

Usted menciona el impulso que tendría Ucrania con la ayuda occidental. Sin embargo, aun hay países que se resisten…

Creo que, por supuesto, hay una diferencia en términos de la actitud de los países occidentales en esta guerra. Esta semana, vimos a Dinamarca que iba a dar artillería a Ucrania. Tenemos esencialmente dos gobiernos que son reacios a proporcionar, especialmente, misiles de largo alcance a Ucrania. Y esos son el gobierno alemán y el gobierno de Estados Unidos. Personalmente, creo que es una decisión equivocada porque ellos dicen que escalará la situación. Putin ha estado escalando esta situación desde 2014. Así que esencialmente él sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Por ahora piensa que Occidente es débil y que si sigue machacando durante algún tiempo, entonces Occidente traicionará a Ucrania. Y entonces podrán comenzar las llamadas de ‘conversaciones de paz’ en las que Ucrania básicamente entregará todo lo que Putin haya conseguido. Creo que se puede hacer retroceder a Putin. Y creo que incluso si las negociaciones se llevan a cabo después de eso, Ucrania estaría en una posición mucho mejor.

Un militar ucraniano de la 93.ª brigada camufla un obús autopropulsado 2S1 Gvozdika en primera línea, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, cerca de la ciudad de Chasiv Yar en la región de Donetsk, Ucrania, 22 de febrero de 2024. Foto: Reuters

Para algunos expertos la figura del Presidente Volodimyr Zelensky ha ido perdiendo fuerza en comparación al comienzo de la guerra, ¿está de acuerdo con esa afirmación?

Cuando voy a Ucrania, veo una evolución de las actitudes hacia Zelensky. Creo que todavía tiene suficiente autoridad como comandante en jefe. Y creo que la mayoría de los ucranianos entienden que, en tales circunstancias, hay que apoyar al comandante en jefe. Sin embargo, yo diría que hay ciertas cosas que yo no entiendo, muchos ucranianos no entienden y Occidente tampoco lo entiende. Por ejemplo, hay un problema de corrupción en la distribución de la ayuda occidental, que probablemente sea tan grande como los partidarios de Trump o los rusos quieren presentarlo. Pero Zelensky lo ha admitido, lo que significa que algunas personas fueron despedidas de sus puestos a causa de eso. Así que eso crea dudas sobre el estado de toda la clase política. En segundo lugar, su reciente decisión de revisar todo el mando militar, al cambiar muchos comandantes, incluyendo, el comandante de las Fuerzas Armadas, Valerii Zaluzhnyi y esto no fue debidamente explicado. No entendemos por qué sucedió esto durante la guerra. Y cuando esto no se explica a la población y a los socios occidentales, se crea un problema porque la gente no entiende el razonamiento que hay detrás. Y esta falta de comprensión crea dudas sobre cómo proceden los dirigentes ucranianos en esta guerra. El hecho de que esta remodelación haya ido acompañada de rumores de una competición política entre Zelensky y Zaluzhnyi, esto no contribuye a la coherencia y la confianza en el liderazgo ucraniano. Creo que ahora veremos si el nuevo liderazgo de las fuerzas armadas será capaz de tener éxito.

Por el contrario el Presidente ruso, Vladimir Putin, parecía derrotado hace un año y ahora parece más confiado de poder ganar la guerra…

Todo depende de la definición de fuerza. Y creo que tienes razón cuando dices que Putin piensa que tiene más posibilidades de ganar hoy que hace un año. Él espera varias cosas. En primer lugar, que Estados Unidos y Alemania sigan manteniendo esta política de no dar a Ucrania las armas de largo alcance. En segundo lugar, cuenta con el resultado de las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que influirán en el liderazgo de la Unión Europea. Espera que las fuerzas aislacionistas, las fuerzas antiamericanas, las fuerzas de apaciguamiento tanto de la extrema izquierda como de la extrema derecha del espectro político ganen una posición significativa en el Parlamento Europeo, y que afecte la forma en que se forme la Comisión Europea. Y eso significa que la próxima Comisión Europea será menos decidida a resistirse a él. El cálculo número tres en el Kremlin, por lo que tengo entendido, es que espera que Donald Trump gane las próximas elecciones presidenciales en EE.UU., y que termine el apoyo a Ucrania y abogue por las llamadas ‘conversaciones de paz’. Espera que los estadounidenses presionen a Zelensky y lo obliguen a empezar a hablar con Moscú. Creo que por ahora, él piensa que mientras no haga nada espectacular, como asaltar Kiev de nuevo, sobrevivirá hasta el próximo año o hasta el final de este año, y esto traerá un cambio positivo en lo que a él respecta.

Una local saca cosas de su casa, dañada durante los ataques con drones y misiles rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Odesa, Ucrania, el 23 de febrero de 2024. Foto: Reuters

Alexei Navalny murió el viernes 16 de febrero en la cárcel en el Ártico, ¿en que posición queda la oposición rusa?

Alexei Navalny, a quien conocía bastante bien personalmente desde 2010, fue asesinado por Putin. Era el prisionero personal de Putin. Y nada le podría haber sucedido sin una orden directa de Putin. E incluso si algo muy sutil le ocurrió a su salud durante el último año y medio, Putin estaba haciendo todo lo posible para que su salud fuera de mal en peor. Quiero dejar una cosa muy clara: Putin no mató a Navalny porque quería impactar a la opinión pública rusa, que está totalmente bajo el control del Kremlin. El 67% de los rusos entró en esto que llamaría indiferencia entrenada. La gente finge que no sabe lo que le pasó a la oposición. Fingen que no hay guerra. Prefieren vivir en este mundo de ensueño en el que no hay política, están completamente ciegos. Parte del resto apoya a Putin muy activamente y parte está en contra, pero ellos reciben enormes multas, van a la cárcel por publicar algo en las redes sociales. Así que el miedo es muy palpable. Así que creo que el asesinato de Navalny era algo que se suponía estaba dirigido a Occidente, no a la audiencia nacional. El 17 de marzo, en Rusia se va a llevar a cabo las llamadas elecciones presidenciales, que no son elecciones, sino que Putin y su administración lo reeligen por otros seis años en el Kremlin. Y hay un debate muy activo ahora en la Unión Europea y en Estados Unidos sobre si reconocer los resultados, la legitimidad de Putin. En cuanto a la oposición rusa, la mayor parte está en el exilio y no está completamente unida, pero tiene ciertos objetivos comunes. Su papel es, en realidad, diseñar el futuro y hablar de las cosas que está prohibido hablar en la propia Rusia. También está ahí para mantener la presión sobre Occidente, para que no se olvide de los presos políticos rusos y para que no sea demasiado blanda con Vladimir Putin. Si la oposición consigue básicamente eso, entonces es todo lo que puede hacer.

Occidente ha impuesto una serie de sanciones, ¿cree que han funcionado?

Las sanciones siempre funcionan a largo plazo, especialmente, si hablamos de países que exportan materias primas como petróleo, gas, metales preciosos y demás. Rusia perdió varios billones de su PIB a causa de las sanciones. Pero Putin no necesita tener un gran crecimiento económico en Rusia, para él es suficiente tener dinero para mantener a las grandes ciudades tranquilas, para financiar su policía secreta, el FSB, el sistema penitenciario ruso y la guerra. Y además tener suficientes socios para ocupar los espacios que fueron desocupados por los productores occidentales. Él puede seguir durante bastante tiempo antes de que la gente se dé cuenta de que sus niveles de vida son significativamente más bajos. En Rusia nadie pasa hambre debido a las sanciones. Lo que puedo decir, sin embargo, es que los ingresos reales disponibles de un hogar ruso promedio no han aumentado desde 2013. Así que eso significa que con el tiempo, la gente lo sentirá. Pero lo que se sabe de los rusos como pueblo es que son muy resistentes. No se rebelan si su nivel de vida baja de repente. Intentan sobrevivir. Sólo cuando no pueden sobrevivir, se rebelan. Así que creo que las sanciones pasarán factura a Rusia, pero llevará tiempo.

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el Ministro de Defensa, Sergei Shoigu, asisten a una ceremonia de colocación de coronas que conmemora el día del Defensor de la Patria en la Tumba del Soldado Desconocido junto al Muro del Kremlin en Moscú, Rusia, el 23 de febrero de 2024. Foto: Reuters

¿Y qué tiene que pasar para que se cambie la opinión pública general?

Para ello hay que tener una combinación de derrotas significativas en el frente, el aumento de la presión económica de Occidente, y yo diría que el cambio psicológico dentro de la población rusa vendrá después y comenzará a prestar atención a lo que sucede. Creo que la gente no se da cuenta de que Rusia es un país envejecido y en estos países la gente, porque son mayores, no hacen revoluciones. Y eso también es una consideración importante. Al mismo tiempo, durante el siglo 20, Rusia vivió dos guerras mundiales, la guerra civil, el hambre, las represiones comunistas, el Gulag, el colapso de la Unión Soviética. Todo esto básicamente ha agotado a la sociedad. La sociedad tiene miedo al cambio. Pero, por otro lado, hay otro factor al que la gente en el extranjero no presta demasiada atención. Putin lleva 25 años en el poder. De hecho, también se está haciendo viejo, tiene 72 años y con el tiempo, la gente se cansa de ver a la misma persona en televisión. No importa si la persona es buena o mala. Así que creo que esta indiferencia que la gente siente acabará convirtiéndose en indiferencia hacia Putin. Y ese será el principio de su fin y del sistema de Putin, que no es fuerte, sino que se basa en dos cosas muy simples: corrupción y miedo. Y cuando el año pasado, Yevgeny Prigozhin, el líder de Wagner, se rebeló, capturaron una ciudad de más de 1 millón de habitantes en cuestión de unas pocas horas, sin un solo disparo. Ni una sola persona fue a defender a Putin. Ni un solo policía, militar se resistió a esta gente. Esto nos ha demostrado que este sistema probablemente colapsará muy pronto si se le da un empujón. La Rusia de Putin es el país de la imitación, de imitación de Parlamento. Es una televisión pública de imitación. Es una imitación de tribunales, imitación de fiscales, imitación de policía. Todo eso es como de utilería. Por lo que hay un vacío. Así que cuando la población deje de ser indiferente y cuando haya una derrota significativa, habrá una gran crisis, como lo fue con Prigozhin y el sistema se derrumbará.