Hay temas sobre la mesa. La suplantación de identidad de Alexis Martín Arias por parte de un ciudadano argentino de nombre Nicolás Ambrosio Rojo para esquivar el positivo de Covid-19 en octubre pasado. La fiscalía está a un paso de cerrar el círculo y denunciar el esquema de engaño completo ¿Están los dirigentes de Unión La Calera implicados? Las reuniones personales de Rafael Dudamel con integrantes del equipo que, de tanta bulla, provocaron la denuncia de los vecinos y el sumario sanitario. Claro, apenas la U tuvo 12 contagios en marzo y el propio entrenador llegó a Chile enfermo. No hay explicación que cuadre. El run run de venta de acciones, en oferta pública o a paquete completo, entre Aníbal Mosa y el sector de Leonidas Vial que tiene la directa de Blanco & Negro convertida en una licuadora. Tantas cosas en el funcionamiento de Colo Colo los últimos años se entienden con solo ver esta guerra entre empresarios…
Hay más temas, como lo de Lautaro de Buin y los dobles contratos que pueden provocar un efecto dominó devastador en el fútbol chileno. Pero me quiero detener en algo más concreto y cercano. Y tiene que ver con esta pandemia que se eterniza. Las autoridades políticas y sanitarias han determinado una franja de entre 6:00 AM y 9:00 AM para que la gente pueda hacer deporte. Visto está que los más propensos a desarrollar la versión agresiva y mortal del Covid-19 son personas con sobrepreso y sedentarias. El problema es que esa hora está muy cómoda para los runners, la mayoría solteros y sin hijos, que pueden madrugar, calzarse las zapatillas o subirse a la bicicleta, y largarse a la calle sin avisar. Una minoría envidiable.
¿Qué pasa con el resto? La gente que tiene hijos pequeños, que vive en barrios peligrosos donde deambular por la calle en la oscuridad no se recomienda, que no tiene un balcón minúsculo en sus departamentos, que debe trabajar desde muy temprano. ¿Cómo facilitarles la posibilidad de salir a caminar, tomar sol o respirar un rato con sus hijos?
Comprobado está que hacer ejercicio fortalece hasta en ocho veces el sistema inmune. Es parte fundamental de la estrategia de control de la pandemia. Pero con sentido común y realismo. ¿Tan difícil es darle una franja de dos horas en la tarde a los niños para que salgan a correr o andar en bicicleta por el barrio? Los contagios al aire libre con mascarillas son pocos si se mantiene el control. Los daños sicológicos de niños encerrados semanas y semanas son incuantificables. Ni hablar de la adicción a las pantallas ¿Podría estudiarse técnicamente una franja más accesible para los niños? Sobre todo los más chicos. No sé, tal vez sea un tema de voluntad. Y darle menos bola a la histeria de las redes sociales. Millones de niños lo necesitan.