A medio camino estaba la redacción de la acusación constitucional que el Partido Republicano anunció que ingresaría este lunes en contra del ahora exministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson (RD), cuando el fundador del Frente Amplio informó que dejaba el gabinete.

La oposición se anotó un triunfo político certero tras la caída de uno de los rostros más emblemáticos del gobierno, a quien tenían bajo acecho no sólo con la amenaza de un nuevo libelo en su contra sino que también con el congelamiento de las relaciones con el gobierno.

Para la derecha Jackson no solamente era el ministro más cercano y el brazo derecho del Presidente Gabriel Boric, sino que también el ideólogo y fundador del Frente Amplio. De ahí que su caída fue celebrada tanto en el Partido Republicano como en Chile Vamos.

“La salida de Jackson como ministro es un mínimo. Es una buena noticia para el país”, sostuvo el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, luego de que la colectividad anunciara que bajaba la acusación tras conocerse la renuncia. “Se hacía insostenible la presencia en el gabinete, dijo el presidente de RN, Francisco Chahuán, mientras que el timonel UDI, Javier Macaya, recalcó que “es una primera señal reconocer la responsabilidad política en el caso de corrupción más grande de Chile, pero no basta con cambios de personas”.

El exministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson. FOTO: LUKAS SOLIS / AGENCIAUNO

La arremetida opositora

Fue el viernes 21 de julio cuando Macaya golpeó la mesa y condicionó cualquier diálogo entre el gremialismo y el Ejecutivo a una salida del exdiputado RD.

Con el paso de los días, en la derecha cundieron las voces que pedían una salida de Jackson, conforme se conocían más detalles sobre las transferencias entre fundaciones y reparticiones públicas.

El martes pasado, los republicanos tomaron la posta de la arremetida cuando anunciaron que presentarían una acusación, a la que rápidamente se plegó la UDI, RN y Evópoli. Incluso la tienda de Kast había logrado durante los últimos días un apoyo de sectores de centro, como Demócratas, tras intensas conversaciones.

La ofensiva contra Jackson no sólo apuntaba a lo político, sino también al plano judicial: los partidos de oposición presentaron querellas en que pedían que testificara, junto con denuncias en Contraloría y oficios fiscalizadores por su rol. La derecha lo sindicaba como uno de los principales rostros de la crisis por las transferencias de entidades públicas a fundaciones. Esto debido a que el primer caso que estalló -protagonizado por la Fundación Democracia Viva- involucraba a tres militantes del partido que Jackson fundó.

A ello se agregó el robo de 23 computadores a las oficinas del Ministerio de Desarrollo Social.

La salida de Jackson llega a dar un respiro a la derecha, la que no ha logrado encontrar el tono para ser oposición. De hecho, fue justamente una acusación constitucional en contra de un ministro -el jefe de Educación, Marco Antonio Ávila- el pasado 12 de julio, con votos en contra incluso del propio sector, uno de los hitos de esa falta de coordinación.

De ahí que en el sector celebraran lo que consideraron un triunfo. “Sin duda la presentación de la acusación constitucional jugó un papel determinante en la renuncia”, aseveró Squella.

“Es evidente que si llevamos semanas pidiendo la salida de Jackson, tenemos que celebrar esta decisión”, dijo Macaya.

Los senadores Javier Macaya y Francisco Chahuán. Foto: Pablo Ovalle Isasmendi / Agencia Uno.

¿Se retoma el diálogo?

Tras el anuncio de la renuncia de Jackson, queda por verse si es que ello incidirá en que oficialismo y oposición retomen los suspendidos diálogos previsional y tributario.

En Chile Vamos comentaban que su salida podía calmar un poco las aguas y descomprimir el ambiente de tensión que existía entre La Moneda y la oposición, que ha ido creciendo durante los últimos días.

“¿Qué necesitamos ahora, más allá de la renuncia del ministro Jackson, que es un gesto para descomprimir el ambiente? Siguen pendientes las explicaciones respecto a los casos fundaciones y sigue muy pendiente el rumbo que el país quiere tener, que el gobierno marque con claridad hacia dónde vamos”, planteó la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt.

“Nos parece que es una señal importante. Veníamos solicitándolo hace muchas semanas como condición para restablecer el clima de diálogo y de conversación. Y es parte de lo que nosotros esperamos retomar. Pero no se trata solamente de un cambio de personas, se trata de un cambio de maneras de gobernar”, sostuvo el timonel de la UDI.

Mientras que el presidente de los republicanos aseveró que la salida de Jackson “facilita sin duda” el recomponer las conversaciones entre ambas partes. Sin embargo, explicó que “nunca hemos interrumpido el diálogo, pero en ningún caso las malas ideas para Chile, se transforman en buenas por la salida de un ministro”.

De todas formas, la dimisión del exministro provocó tensión entre el oficialismo y la oposición, luego de que el propio Jackson y dirigentes de Apruebo Dignidad apuntaran hacia la derecha y una supuesta intención de bloquear la agenda del gobierno.

A varios dirigentes opositores les cayó mal el tono con que el ministro anunció su salida. “Concluimos que hasta para presentar su renuncia no abandona la soberbia y su actitud de superioridad moral”, aseguró Squella.

De todas maneras, en la derecha dicen que la arremetida contra el Ejecutivo continuará, dado que todavía existen secretarios de Estado salpicados por la crisis. Uno de ellos es el ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes (PS), a quien la oposición también tiene en la mira.

De hecho, los republicanos anunciaron a inicios de julio que iban a “estudiar los antecedentes” del mérito que tendría una acusación constitucional en su contra.