La enigmática desaparición del carnicero de Recoleta

Pedro Carrión

La última señal de su celular ubica a Pedro Carrión en las faldas del cerro Chena. Unas horas antes había ido a cobrar$ 30 millones en efectivo a un sujeto con el que mantenía negocios y que hoy es el principal sospechoso del crimen.


A las 13 horas del lunes 3 de enero fue la última vez que el celular de Pedro Carrión Rozas (46) emitió una señal, según los registros de la empresa móvil que le proveía el servicio. La pista es vital para la Policía de Investigaciones (PDI), que desde ese día busca incansablemente al empresario, ligado al rubro de carnicerías, quien hasta el día de hoy permanece desaparecido.

Las antenas móviles lo posiciona en las faldas del cerro Chena, en la comuna de San Bernardo, lugar al cual habría llegado junto a José Luis Yáñez (41), de nacionalidad argentina y quien hasta ahora es el único detenido por el presunto secuestro de Carrión. El sujeto no está confeso, ni la policía ha dado con el paradero del comerciante. Esta vinculación entre el celular del imputado y de la víctima fue clave para que la Fiscalía Centro Norte solicitara su detención el miércoles 2 y lo dejara en prisión preventiva este jueves.

Poco antes del mediodía del lunes 3 de enero, según ha podido reconstruir el Ministerio Público, Yáñez y Carrión se habrían juntado y habrían salido desde el domicilio comercial del segundo -ubicado en calle México, en la comuna de Recoleta- en una camioneta SUV rumbo a El Bosque, donde el primero tiene una carnicería. Las diligencias realizadas por la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) permitieron establecer que durante esas horas ambos sujetos estuvieron juntos o al menos sus teléfonos móviles en base a la georreferenciación de las antenas de telecomunicación. Ese día se perdería la pista de Carrión y su familia encendería las alarmas bajo la sospecha de un trágico destino.

Un millonario cobro

Cinco horas antes de que el empresario desapareciera había compartido con sus parientes en su casa del balneario de Algarrobo, donde había pasado las fiestas de fin de año. Le dijo a su esposa que tenía que ir a Santiago, ya que debía hacerse un PCR para descartar el contagio de Covid, ya que en 10 días debía someterse a una operación de hernia. Después de eso pasaría a la bodega de su negocio, donde se iba a juntar con Yáñez, quien le pagaría $ 30 millones en efectivo. Ese era el itinerario de Carrión, pero sus planes no se concretaron.

Manejando un Mercedes-Benz negro llegó puntual al encuentro. Según información recopilada por la policía, no alcanzaron a estar más de seis minutos dentro de la bodega cuando se registra la salida de la camioneta SUV de propiedad del imputado. Lo breve del encuentro fue una de las primeras cosas que levantó sospechas en los investigadores.

Desde entonces, Yáñez mantuvo comunicación constante con la familia del desaparecido, lo que no era habitual. Además, sin motivo alguno, habría exhibido boletas y explicó todos sus movimientos, como exponiendo una coartada, la que fue desestimada por la PDI ante la incongruencia de su relato y los hechos.

Las sombras judiciales

El 2 de marzo de 2011, Pedro Carrión ingresó una denuncia por lesiones ante el Ministerio Público. La causa fue tramitada por la fiscal Alika Sukni y terminó archivada. Coincidentemente, la misma persecutora fue quien este jueves 3 formalizó al, hasta ahora, único sospechoso por este presunto secuestro.

Pero este no fue el único paso de Carrión por la justicia. Hasta antes de su desaparición, el empresario ya conocía los pasillos de tribunales, ya que mantiene 18 causas en el sistema penal en calidad de imputado. Varias de ellas ya están cerradas.

Según pudo recabar La Tercera, el comerciante posee una serie de denuncias por diferentes delitos, entre los que se encuentran receptación, conducción en estado de ebriedad, falsificación de licencia de conducir, porte de elementos para cometer delitos, porte de arma cortante, robo en bienes nacionales, cuasidelito de lesiones, hurto, lesiones menos graves y en tres ocasiones por amenazas.

De hecho, uno de estos casos se remonta a un episodio ocurrido en 2009, cuando amenazó vía telefónica a los fiscales de La Araucanía Cristián Paredes y Alberto Chifelle. Esto, según publicaciones de la época, al enterarse de la detención de dos sujetos por tráfico de drogas y de un oficial de la PDI por facilitar información a los delincuentes.

A finales de mayo del año pasado, la Fiscalía de San Antonio recibió una denuncia presentada por la actual pareja del empresario, quien, además, es la madre de dos de sus hijos.

“Camilito nos ayuda”

Semanas previas a su desaparición, según narró su hijo Matías en el matinal de Chilevisión, Carrión le confidenció lo que pasaba con sus negocios. En aquel momento, su padre le pidió tranquilidad porque las cosas mejorarían en ese ámbito. “Tú sabís que uno andaba durmiendo en el sentido de la pena, pero ya se me quitó. Ahora Camilito nos tiene que ayudar a tirar para arriba” (sic), sostuvo Carrión a través de un audio de WhatsApp enviado a su hijo días antes de desaparecer.

El empresario se refería a otro de sus hijos, Camilo Carrión Ahumada, quien murió a los 28 años en Puente Alto tras una balacera en la que estuvo involucrado en 2019. El joven contaba con un amplio prontuario imputado por robos en lugar habitado, robos con fuerza y a bienes nacionales. Una de ellas a los 21 años, cuando integraba una banda juvenil que se dedicaba a robar cajeros automáticos.

El funeral del “Marmota”, como lo apodaban, no pasó desapercibido, la madrugada del 29 de marzo de ese año familiares y amigos del fallecido utilizaron fuegos artificiales y armas a modo de homenaje al “Marmota”, lo que generó un corte de electricidad que afectó al 23% de la comuna de La Granja.

El empresario desaparecido, además, es hermano de Marco Carrión Rozas, quien fuera sindicado como líder de una banda dedicada a robar cajeros automáticos el 2008 y que fue detenido por el robo de $300 millones en joyas desde una galería en Santiago.

La fiscalía y la PDI han intensificado las pesquisas con un único objetivo: ubicar al empresario. De lo contrario, la prisión preventiva de Yáñez estaría en riesgo por falta de pruebas que sostengan el verdadero destino de esta víctima. Fuentes policiales aseguran que se trabajan varias líneas de investigación, ya que mientras no se encuentre un cuerpo no se puede descartar la tesis del secuestro y que, incluso, Carrión aún esté con vida. b

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