La Unión Europea aspira a consolidar sus lazos conAmérica Latina frente al avance de China, en un encuentro entre el bloque y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que está amenazado de verse empañado por las divisiones de los países frente a la guerra de Rusia en Ucrania y el acuerdo comercial con el Mercosur.

La cita de este lunes y martes en Bruselas -la primera cumbre de líderes de ambas regiones desde 2015- está llamada a culminar lo que en la capital comunitaria llaman el “año de Latinoamérica”, con el lanzamiento de una agenda económica y política más clara para la región conocida como Global Gateway y los recientes viajes del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El objetivo es poner fin a la desconexión con la región y que los dirigentes europeos y latinoamericanos se comprometan a realizar cumbres al más alto nivel cada dos años, con la idea de que el formato pase a ser el habitual en la interacción entre los dos continentes. “Debe ser parte del ADN a ambas orillas del Atlántico”, indicó a la agencia Europa Press un alto cargo del bloque, después de que el Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, advirtiera hace solo unas semanas de que Europa ha “descuidado” las relaciones con Latinoamérica los últimos años.

En este sentido, la presidencia española del Consejo Europeo en el segundo semestre de 2023 constituirá un impulso importante para la asociación entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe.

Lo anterior se suma a la nueva estrategia europea Global Gateway -lanzada en diciembre de 2021- que se basa en reglas internacionales y persigue la sostenibilidad desde un punto de vista social, económico y ecológico.

Así, la invasión rusa de Ucrania ha dado un nuevo protagonismo a la relación de la UE con América Latina y el Caribe. La región comprende 33 países que son clave para sostener un orden multilateral basado en reglas y cuyos votos China y Rusia han cortejado en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

También existen oportunidades de inversión masivas en los sectores verde y digital en América Latina y el Caribe, lo que la convierte en una región importante en la búsqueda de la autonomía estratégica de la UE. Sin embargo, las relaciones entre las dos regiones han pasado por numerosos altibajos desde que los líderes hablaron por primera vez de una “asociación estratégica” en una cumbre UE-ALC en Río de Janeiro en 1999.

Los expertos señalan que en los últimos años, la crisis financiera de la UE, el desinterés de EE.UU. en la región y la pandemia del Covid-19 permitieron a China y, en menor medida, a Rusia ampliar su presencia en América Latina: mientras que el comercio de la UE con la región se duplicó entre 2008 y 2018, el comercio de China se multiplicó por 10 gracias a su enfoque estratégico a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que se sumó a los ya significativos flujos de inversión extranjera directa y préstamos de Beijing a la región.

El Presidente de Chile, Gabriel Boric, y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, pasan junto a una guardia de honor cuando se reúnen en el palacio de gobierno de la Moneda en Santiago, Chile, el 14 de junio de 2023. Foto: Reuters

“La UE está tratando de revitalizar esta relación. Pero para que la asociación UE-ALC tenga éxito, es esencial que estos acuerdos políticos y declaraciones vayan acompañados de una agenda y un paquete de inversión significativos, así como una hoja de ruta clara para la implementación. Hasta ahora, el enfoque de la UE hacia la región se ha centrado en programas como el cable submarino Bella que conecta Europa y la región y el sistema satelital de observación de la Tierra Copernicus, que carecen de la escala para cambiar las percepciones de la UE. Por su parte, el programa Global Gateway está lejos de movilizar los 300.000 millones de euros de inversión inicialmente anunciados y los 3.500 millones de euros destinado a la inversión en América Latina es insuficiente para alterar el equilibrio estratégico en una región donde la inversión requerida sólo para conectividad se estima en 45 mil millones de euros”, escribieron los analistas del EuropeanCouncil onForeign Relations, Angel Menguizo y José Ignacio Torreblanca.

Una de las principales prioridades de la estrategia es cerrar un acuerdo comercial que debería eliminar gradualmente el 90% de los aranceles entre los 27 Estados miembros de la UE y el bloque Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, no se espera que se produzcan mayores avances en este sentido.

Esto pese al regreso del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva a quien se dice le gustaría finiquitar el acuerdo. Sin embargo, el subsecretario argentino de Asuntos Latinoamericanos y Caribeños, Gustavo Martínez Pandiani, dijo a Reuters que no esperaba resultados concretos sobre el acuerdo comercial. “La CELAC-UE no es el lugar adecuado para negociar comercio. Es un foro político”, comentó. “Aquí no estamos hablando de cifras aduaneras y comerciales”. Añadió que Mercosur no quería cualquier acuerdo con Europa.

Tampoco existía hasta el viernes una posición común respecto de la invasión rusa a Ucrania. Según Politico, acordar una posición conjunta de la UE ya es un “ejercicio complicado”, mientras que encontrar un consenso con una contraparte “tan heterogénea” como la CELAC “es aún más difícil”. De hecho, una contrapropuesta de los países de este último bloque, enviada a los diplomáticos a principios de esta semana, eliminó toda referencia a la guerra en Ucrania. Además, los países de la CELAC han exigido reparaciones por la ocupación colonial, según informó Euractiv.