Cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) comenzaron su incursión terrestre en Gaza el 27 de octubre pasado sabían que debían enfrentar una extensa red de túneles, que se estima tendría una extensión unos 482 kilómetros, y que se conocen coloquialmente como el “Metro de Hamas”. Estas obras de ingeniería pasan por debajo de densas zonas residenciales que permiten a los combatientes moverse de manera libre y se cree que también poseen bunkers para el almacenamiento no solo de armas, sino que también de agua y alimentos. Ahí también tendrían sus centros de mando.
Según el diario The New York Times, tanto las puertas como las escotillas de apariencia ordinaria sirven como puntos de acceso camuflados, lo que permite a los combatientes de Hamas salir rápido en las misiones y luego desaparecer de la vista. Ninguna persona externa tiene un mapa exacto de la red y pocos israelíes la han visto de primera mano. Hasta ahora las FDI han llevado a cabo operaciones contra 2.500 objetivos del grupo radical en la Franja y han destruido 130 de estos túneles.
John Spencer, oficial retirado del Ejército estadounidense y presidente de Estudios de Guerra Urbana en la fundación Madison Policy Forum, es un experto en los túneles de guerra y escribió en un artículo en el que cuenta que los corredores de Hamas son casi todos muy estrechos, en gran parte debido a las cimas de hormigón prefabricados con los que el grupo prefiere construirlos. El túnel promedio tiene sólo dos metros de alto y un metro de ancho, lo que hace que entrar, moverse y luchar en ellos sea extremadamente difícil.
A ello se suma que, debido a los avances de Israel en la detección y destrucción de túneles, Hamas los ha cavado cada vez más profundamente. Por ejemplo, en 2020 Israel encontró un túnel que descendía 70 metros bajo la superficie, el más profundo encontrado hasta ese punto.
Su evaluación coincide con el testimonio una mujer israelí de 85 años que estuvo como rehén durante 17 días en los túneles después de ser secuestrada el 7 de octubre pasado, que describió haber sido conducida a través de una “telaraña” de corredores húmedos. Finalmente, llegó a un gran salón donde estaban retenidos otras dos docenas de rehenes, dijo.
Se cree que todavía hay más de 200 rehenes israelíes retenidos por Hamas, y es probable que muchos se encuentren en los mismos túneles que Israel pretende destruir. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha dicho que traerlos a casa es uno de los dos objetivos principales de la invasión, siendo el otro “destruir a Hamas”.
Las FDI tienen la capacidad de encontrar túneles, despejarlos y destruirlos, además de recuperar rehenes. Hay fuerzas especializadas como la Unidad Yahalom del Cuerpo de Ingeniería de Combate de las FDI, una unidad de comando de élite cuyos soldados se especializan en encontrar, “limpiar” y destruir túneles.
Sin embargo, este complejo sistema de corredores de la Franja de Gaza plantea un problema singular, especialmente en áreas densamente urbanizadas. “Los combatientes pueden moverse entre los edificios sin tener que salir a la calle”, dijo el analista militar británico Frank Ledwidge, de la Universidad de Portsmouth a la cadena Deutsche Welle, lo que significa que los soldados israelíes pueden ser emboscados.
“La lucha urbana es una actividad tridimensional. Puedes ser atacado por delante, por detrás y desde arriba (con drones). Y en Gaza, también (a través de túneles) desde abajo”, añadió.
Como en Vietnam
La guerra de túneles no es nueva. Desde la minería y la contraminería medievales, su larga historia se extiende a través de las batallas de Somme, Vimy Ridge y Messines de la Primera Guerra Mundial, hasta la guerra de Vietnam.
En ese conflicto, el Viet Cong construyó una enorme red de túneles que fue crucial en su lucha contra los militares estadounidenses. De hecho, la superioridad norteamericana con sus aviones bombarderos, artillería, morteros y otras armas se vio vulnerada producto de estos laberintos subterráneos que los vietnamitas tardaron años en construir a mano durante la Guerra de Indochina (1946-1954).
Los túneles sirvieron como viviendas, almacenes de suministros, bases operativas e incluso enfermería, y les permitieron a las tropas guerrilleras tender emboscadas a las desconcertadas tropas estadounidenses y survietnamitas en la superficie y luego desaparecer súbitamente. Solo la red de Cu Chi, en las afueras de Ciudad Ho Chi Minh, se extendía por 241 kilómetros, en un recorrido impenetrable para las fuerzas norteamericanas.
Según la revista Foreign Policy, los túneles de Gaza tienen un parecido estratégico y táctico con los de Cu Chi. Al igual que en Vietnam, estas estructuras subterráneas se desarrollaron por primera vez mucho antes de que Hamas obtuviera el control del enclave en 2007 y tienen diversos propósitos. Su sofisticación y sus innumerables usos irritarán a las FDI, indicó la revista. Los túneles en Gaza se remontan a finales de los años 90 y principios de los 2000, y sirvieron como conductos para el contrabando de bienes y armas entre Gaza y Egipto debajo de una frontera que estaba menos fortificada de lo que está hoy.
Hay rutas comerciales que generan ingresos a partir de bienes contrabandeados a través de la frontera de Gaza con Egipto. Hay centros de mando y control, depósitos de municiones y viviendas. Se cree que los túneles han sido financiados en gran parte por Irán y hace una década un corredor que se extendía 24 kilómetros hacia Israel tuvo un costo de US$ 10 millones y requirió 800 toneladas de concreto.
El aspecto más preocupante para Israel son los túneles de combate. Estos fueron fundamentales en operaciones como la captura del soldado israelí Gilad Shalit en 2006, cuando militantes utilizaron un túnel para ingresar a Israel cerca del cruce fronterizo de Kerem Shalom. Shalit desapareció en estos túneles y permaneció cautivo durante más de cinco años. Este es otro ejemplo de cómo esta red subterránea brinda ventajas defensivas y podría frustrar los intentos israelíes de matar a los combatientes de Hamas y recuperar vivos a los rehenes, sostienen analistas.
Tras el conflicto de Gaza de 2014, cuando las FDI descubrieron muchos de estos túneles durante la Operación Margen Protector, Israel implementó medidas para frenar el desvío de materiales de construcción suministrados por ese mismo país hacia la edificación de túneles. A pesar de estas medidas, prosperó una economía subterránea, con materiales fácilmente disponibles para construir más túneles, indicó Foreign Policy.
En Medio Oriente no solo Hamas usa túneles. Por ejemplo, en junio de 2019, el Ejército israelí mostró el interior de un sofisticado túnel que pasa bajo tierra desde Líbano hasta el norte de Israel y señaló que estaba destinado a ser utilizado por militantes libaneses de Hizbulá.
Según reportó Reuters entonces, el túnel estaba equipado con cableado eléctrico, cajas de fusibles y equipos de comunicaciones. Un portavoz del Ejército dijo que se iniciaba a casi un kilómetro de distancia, dentro de Líbano y alcanzaba profundidades de unos 80 metros -aproximadamente la altura de un edificio de 22 pisos-mientras cruzaba hacia Israel, cerca de la ciudad de Zarit.
Recientemente, el Estado Islámico utilizó túneles en varias partes de Irak para evadir la detección y captura por parte de las fuerzas de la Coalición Internacional. Los combates casa por casa y calle por calle de Mosul se prolongaron durante nueve meses completos.
Expertos estiman que Hamas cuenta con varias ventajas, entre otras cosas, porque las FDI desconocen la profundidad y amplitud total de la red subterránea.
Los túneles han permitido a Hamas llevar a cabo operaciones sin mucha interferencia de Israel porque debilitan la capacidad de los sistemas tradicionales de GPS, vigilancia y visión nocturna para determinar sus ubicaciones precisas.
Spencer espera que alrededor del 70% de los combates se mantengan en la superficie en las calles de Gaza. “Cualquier Ejército reduciría al máximo el tiempo que pasa un soldado bajo tierra. Así que creo que la cantidad de combates clandestinos será realmente muy limitada”, indicó.