El 10 de octubre fue el último contacto que tuvo Beatriz Soto con su esposo Yusif Abdul Hadi (80), un chileno-palestino que desde el inicio del conflicto entre Hamas e Israel se encuentra confinado -ahora por decisión propia- en Gaza. El que se suponía sería el último viaje de su vida a su ciudad natal, para Yusif se terminó convirtiendo en una pesadilla, a miles de kilómetros de Chile, su segunda casa, pero muy cerca de sus raíces, mismas que lo han empujado a quedarse ahí y alejarse, momentánea o definitivamente, de su familia chilena.

Beatriz, oriunda de Santa Juana (Biobío) y pareja de Yusif desde hace 29 años, relata a La Tercera “los 80 días más largos” de su vida. Y es que, asegura, Yusif optó por voluntad propia quedarse en el territorio bélico. Lo hizo para cuidar a su primera familia, esa que dejó antes de radicarse en Chile y que ha hecho toda su vida en territorio palestino.

Mientras alimenta a Lazy -la mascota que adoptaron juntos-, a Beatriz se le quiebra la voz. “Es difícil pensar que un día perderás completamente el contacto con tu esposo”, dice.

Es difícil pensar que un día perderás completamente el contacto con tu esposo

Beatriz Soto

La última conversación que tuvo con él duró cerca de 10 minutos. En ella, Yusif, le comunicó la decisión de rechazar el regreso ofrecido por Cancillería, porque se quedaría protegiendo a su familia. “Estuvieron cuatro días perdidos, cuando el cónsul -Ricardo Cárdenas- logró contactarlos y le ofreció traerlo a Chile. Yusif me dijo que no podía, porque las bombas eran muy peligrosas para su vida y no estaría tranquilo hasta confirmar que su familia esté a salvo”, relata ella.

Cancillería asegura que la representación de Chile ante el Estado de Palestina se ha contactado periódicamente con Yusif a través de su hijo para conocer su estado. Asimismo, ha estado en comunicación con Beatriz “para mantenerla al tanto de la situación”, una que va cambiando cada segundo por los bombardeos en el territorio. Esa ha sido la única forma de contactarse, por lo extremadamente difícil que se hace hablar en medio de una guerra que ha cortado la electricidad y las vías de comunicación.

A pesar de todo, Beatriz asegura que la decisión de su esposo “es muy asertiva”, sobre todo en el contexto de tener que optar por esto apenas estalló el conflicto, en un momento de suma algidez: “Es algo que él hace por la sencilla razón de que estaba con todos sus familiares allá y eso para mí es lo más importante”.

Las últimas informaciones que se tienen del hombre de 80 años son que se encontraría en el sector sur de Gaza, junto a su hijo, quien está a cargo de gestionar, sin saber español, las difíciles comunicaciones entre Yusif y su mundo en Chile, donde Beatriz aguarda con angustia, una mucho mayor a la que sintió cuando en 2017 Yusif ya había quedado atrapado en una escalada -mucho menor- del conflicto, en otro de sus viajes a su tierra natal. Beatriz siente que esta vez podría ser algo mucho más definitivo.

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Y es que, además de la distancia, las celebraciones propias de estas fechas son un añadido que no se puede obviar. Pasar Navidad y Año Nuevo sin Yusif a su lado es algo que ella resiente. Pero, además, porque el 20 de diciembre Yusif cumplió 80 años, uno de los días más duros -el primero alejados desde que se conocen- para la santajuanina. “Ha sido terrible, siento soledad, angustia y trato de sacar fuerza de donde uno no las tiene”, se sincera, a lo que suma la situación en la que se encuentra su esposo:”La hija de Yusif me decía que el único olor que se podía percibir era el humo de incendios a su alrededor”, señala, recordando que pudo enterarse de esto gracias al traductor de Google.

Yusif nació en Haifa, pero años después emprendió rumbo a la Franja de Gaza, donde formó su primera familia, con 10 hijos. Luego decidió viajar al sur de Chile. ¿Por qué ahí? ”Él buscaba sentirse en casa”, asegura Beatriz, refiriéndose a que en el territorio nacional se encuentra la comunidad más numerosa -cerca de 500 mil- de palestinos.

“Nos conocimos en el negocio donde yo trabajaba, él me miró fijamente y me sonrió, mientras intentaba pedir cigarros, unos Lucky sin filtro”. Así recuerda ella el primer contacto con Yusif, a quien hasta hoy se le dificulta hablar el español. “Para una persona simpatizarle a otra no necesita del idioma”, asevera. Después de eso no se separaron más. Hasta ahora.

Lo único que pienso todas la noches cuando estoy acostada es que estén abrigados y con alimento. Ojalá pueda tener a mi esposo lo más pronto a mi lado

Beatriz Soto

A ella le cuesta incluso mirar el campo de tomates donde junto a su pareja fueron trabajando como agricultores. Una explanada de nueve hectáreas que colinda con la Ruta de la Madera, en la Región del Biobío, y donde en más de una ocasión ya han intentado entrar a robar o le han botado el portón. Ahí también ha visto el instinto defensor de su esposo. “Él era muy protector en todo sentido, siempre se preocupaba de que estuviera todo en orden, que no me pasara absolutamente nada”.

Y eso es justamente lo que ahora ella espera para él. “Lo único que pienso todas la noches cuando estoy acostada es que estén abrigados y con alimento. Ojalá pueda tener a mi esposo lo más pronto a mi lado”, se esperanza, a pesar de que en su relato el miedo y la incertidumbre son latentes. Beatriz asume que en cualquier minuto la situación de Yusif puede cambiar. b