La muerte de un niño de tres años en la ciudad confinada de Lanzhou, el martes pasado, se volvió viral en toda China, luego de que el padre culpara a las estrictas políticas anticovid de su deceso. “Creo que fue indirectamente asesinado”, señaló el hombre, al referirse a la cantidad de obstáculos que tuvo al interior de su edificio y en su ciudad para poder tratar a su hijo, intoxicado por monóxido de carbono.
La historia del niño, que se llamaba Wenxuan, incluía un video de él recibiendo reanimación cardiopulmonar en la parte trasera de un camión, con un comentario que sugería que la causa de la muerte habían sido los atrasos en su obtención de tratamiento. Un hashtag que se volvió trending topic antes de ser censurado resumió la situación: “Tres años de Covid fueron su vida entera”.
Precisamente el mes pasado, cuando el XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) tuvo lugar, se vio la posibilidad de que hubiera alguna flexibilización en la estricta política sanitaria tomada por Beijing. Sin embargo, la dirección que tomó el gobierno fue la contraria, y los expertos aseguran que es más bien difícil que se de marcha atrás a una estrategia que representa un test de lealtad hacia Xi Jinping. Aún, con la opinión de los chinos y la economía en contra.
Hoy, al menos 65 millones de chinos viven bajo medidas de confinamiento parciales o totales, y según indican los analistas, el hecho de que exaltos cargos de Beijing y Shanghái formen ahora parte del nuevo Politburó, luego de la difícil gestión del Covid-19 en ambas ciudades, muestra como el gobierno quiere recompensar a los dirigentes que se cuadran con la política.
Por otro lado, se habla de posibles cambios en la dinámica de Covid Cero, luego de que distintas agencias de noticia citaran al exepidemiólogo jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, Zeng Guang. Según él, las condiciones para la apertura se estaban “acumulando”, y se refirió a nuevas vacunas y progresos en la investigación de medicamentos antivirales.
Focos de tensión
Lo sucedido en Lanzhou es solo uno de los momentos críticos que ha dado esta semana respecto a la política Covid Cero. Este lunes en Baoding, un padre armado con un cuchillo atravesó un punto de control de la enfermedad, en lo que los medios apuntan como un “medio desesperado de comprar leche en polvo para su hijo”.
El video también se viralizó, obligando a la policía local a reaccionar. Según las autoridades, el hombre fue multado solo con 100 yuanes por su acción, y “el problema de la leche en polvo” fue resuelto adecuadamente.
Noé Hirsch, director del medio sobre actualidad asiática East Is Red, comenta al respecto: “La sensación de los chinos es unánime, están muy en contra de las medidas. Yo mismo he recibido un número creciente de testimonios locales quejándose al respecto”. Para peor, señala el sinólogo, la comparación con como va el resto del mundo empeora la percepción de lo que se hace en China.
“Además, la historia de la caída de un bus con personas que eran llevadas, contra su voluntad, a lugares de confinamiento en plena noche ha inflamado internet, mostrando a qué punto la población está harta de esto”, señala Hirsch, refiriéndose al accidente ocurrido el 18 de septiembre en Guizhou, y que terminó con 27 muertos y 20 heridos.
Ya el miércoles, los índices económicos chinos tuvieron una fugaz mejora, luego de que surgieran rumores de que el Comité Permanente del Politburó del PCCh preparaba un fin a la política de Covid Cero. Estos rumores fueron descartados por el mismo Ministerio de Asuntos Exteriores.
Los estragos de la política Covid Cero no solo afectan a la convivencia: “Económicamente, esta política también ha sido un desastre. Algunos sectores tienen toda su cadena de producción en China, como la electrónica, y esos sectores son los más tocados. El consumo interior ha bajado, lo que obliga a otras industrias, como la automotriz, a buscar compradores en Europa”, señala Hirsch.
Otra situación curiosa se conoció el martes, cuando se anunció que el parque de Disney en Shanghái tendría que cerrar sus puertas, eso sí, prohibiendo la salida de sus turistas. Esto tuvo lugar el sábado pasado, al informar que al menos 10 casos de Covid se habían transmitido en la zona donde se ubica el parque.
Según se señaló a los visitantes, no podrían salir del parque temático hasta que mostraran tres pruebas negativas de Covid. Para peor, esta no es la primera vez que pasa algo similar: hace precisamente un año, 30 mil personas quedaron atrapadas en el mismo lugar, luego de que las autoridades ordenaran el rastreo masivo de contactos.
Mientras esto ocurría en Shanghái, una gran marcha tuvo lugar en la fábrica de Foxconn, el mayor ensamblador mundial de iPhone. De las instalaciones, ubicadas en Zhengzhou, salían caminando con maletas cientos de trabajadores que buscaban no quedarse encerrados en la ciudad.
Este jueves, la urbe de 10 millones de habitantes renovó el confinamiento, prohibiendo así el uso de vehículos privados y la detención del transporte público. Todos los comercios, excepto farmacias y algunos supermercados, estarán cerrados. Según lo informado por las autoridades de la ciudad, el mismo miércoles se habían registrado 64 casos nuevos de coronavirus.
La estrategia china contra el Covid se mantiene similar desde que comenzó la pandemia, y se basa principalmente en la erradicación total del virus. Desde el 24 de octubre, indica la BBC, millones de personas se han encontrado bajo cerca de 200 confinamientos distintos, ya que cada día habría mil casos nuevos en el país.
Ahora bien, los brotes son vistos como “pequeños”, pero el sistema para controlar el Covid aplicado por el gobierno no ha sido capaz de operar sin causar disrupciones significativas, tanto en las vidas como en los sectores clave de la economía china.
Vacunas ARNm
Uno de los motivos por los cuales la política se mantiene es porque Beijing se ha negado, hasta el momento, a aprobar el uso de vacunas ARNm desarrolladas por países occidentales, y que han demostrado mayor potencia que las fabricadas en China. Con un cambio en esta dirección, señalan los expertos, se podría ahorrar grandes cantidades de tiempo y recursos en pruebas. Sin embargo, ayer el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció que Beijing, en un primer paso, autorizó la vacuna de BioNTech/Pfizer para expatriados en China.
Según China Daily, aún no se alcanza el 86% de la vacunación en la población de tercera edad, mientras que solo el 68% del mismo segmento ha recibido refuerzos. Algunos informes de prensa chinos, señala la Deutsche Welle, apuntan a que varias farmacéuticas chinas ya han comenzado a construir fabricas para producir las vacunas de ARNm, tres veces más efectivas que la Sinovac china, según la Universidad de Hong Kong.
“Los más viejos son reticentes a recibir la vacuna ‘nacional’, la única disponible, y cuya falta de eficacia es conocida por todos. Además, en China los escándalos sanitarios, sean por vacunas, o a razón de la leche en polvo o la salmonela, han formado parte de la actualidad los últimos 30 años, por lo cual existe cierta reticencia en la población de recibir tratamientos fabricados en el país”. asegura Hirsch.
Ya en mayo de este año, en la Organización Mundial de la Salud se había criticado la posición china, cuando el director general de la entidad, Tedros Adhanom, la calificó de “insostenible”. “Ahora tenemos buen entendimiento del virus y buenas herramientas, con lo que transitar a otra estrategia sería muy importante”, recomendó entonces la máxima autoridad de la OMS.
A pesar de las desventajas, Hirsch ve difícil que se acabe con la política de Covid Cero en el corto plazo. “Por muchas razones: su aplicación estricta es un modo para los gobernadores de provincia para mostrar lealtad a Xi Jinping, y cada uno rivaliza en el celo con que aplica la medida, lo que explica también por que son tan rigurosos en las regiones”. Pero el problema también complica a nivel nacional.
“El gobierno no quiere aceptar un error de política, y ponerle fin al Covid Cero cuando la epidemia aún existe, ya que mandaría el mensaje de que la población ha sufrido estos años a causa de una mala política de Xi Jinping, lo que podría sacudir al régimen. Además, la aplicación le permite al gobierno aislar al país y mantener la población bajo una vigilancia reforzada”, concluye.