Estados Unidos ha dicho que el mundo se enfrenta al peligro nuclear más grave desde la Crisis de los Misiles en Cuba, de 1962, debido a las declaraciones del líder ruso Vladimir Putin durante el conflicto de Ucrania, aunque Moscú dice que su posición ha sido malinterpretada. Kiev y sus aliados occidentales temen que se utilicen armas nucleares tácticas (ANT) en la batalla tras las advertencias de Putin y otras personas de que Rusia está preparada para utilizar todo su vasto arsenal para defenderse.
¿Qué son las ANT?
Son armas nucleares que se utilizan para obtener beneficios tácticos específicos en el campo de batalla, en lugar de, por ejemplo, destruir las ciudades más grandes de Estados Unidos o Rusia.
Poca gente sabe exactamente cuántas ANT tiene Rusia, porque se trata de un área todavía envuelta en la tradición del secretismo de la Guerra Fría.
Sin embargo, es evidente que Rusia tiene una enorme superioridad numérica sobre Estados Unidos y la alianza militar transatlántica de la OTAN. Estados Unidos cree que Rusia tiene alrededor de 2.000 de estas ojivas tácticas en funcionamiento, 10 veces más que Washington.
Estas ojivas pueden ser lanzadas mediante misiles, torpedos y bombas de gravedad, desde fuerzas navales, aéreas o terrestres.
Estados Unidos cuenta con unas 200 armas de este tipo, la mitad de las cuales se encuentran en bases europeas. Estas bombas B61 de 12 pies, con rendimientos de entre 0,3 y 170 kilotones, están desplegadas en seis bases aéreas de Italia, Alemania, Turquía, Bélgica y los Países Bajos.
La bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945 fue de unos 15 kilotones.
¿Quién da la orden?
El Presidente es quien decide en última instancia el uso de las armas nucleares rusas, tanto estratégicas como no estratégicas, según la doctrina nuclear de Moscú.
El maletín nuclear está con el Presidente en todo momento. Se cree que el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, también tienen uno.
En esencia, el maletín es una herramienta de comunicación que enlaza al Presidente con su cúpula militar y, de ahí, con las fuerzas de lanzamiento.
Si Rusia pensara que se enfrenta a un ataque nuclear estratégico, el mandatario, a través de los maletines, enviaría una orden directa de lanzamiento al mando del Estado Mayor y a las unidades de mando de reserva que tienen los códigos nucleares. Tales órdenes se transmiten en cascada por diferentes sistemas de comunicación a las unidades de la fuerza de cohetes estratégicos, quienes luego disparan contra Estados Unidos y Europa.
Si se confirmara un ataque nuclear, Putin podría activar el sistema de último recurso conocido como “Mano muerta” o “Perimetr”: básicamente, computadores decidirían el día del juicio final.
Se cree que el procedimiento para ordenar un ataque con ANT es similar al de un lanzamiento estratégico, pero hay diferencias.
Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, Rusia tenía alrededor de 22.000 ANT, mientras que Estados Unidos tenía alrededor de 11.500. La mayoría de estas armas han sido desmanteladas o están a la espera de serlo.
Para preparar un ataque con ANT es probable que Putin consulte con los altos aliados del Consejo de Seguridad ruso antes de ordenar, a través del Estado Mayor, que se acople una ojiva a un vehículo de lanzamiento y se prepare para un posible ataque.
¿Podría alguien decir “no”?
Mucho depende del Ejército ruso, que está impregnado de las tradiciones soviéticas, y depende en última instancia del Presidente, que es también el comandante en jefe supremo.
“Se puede imaginar con facilidad un escenario en el que Putin decida hacer algo realmente loco con armas nucleares en Ucrania o en otro lugar, y los militares rusos simplemente digan: ‘Sabes que, no estamos de acuerdo con esto, no es necesario y empeoraría las cosas para Rusia’. Y entonces tendríamos, en esencia, el equivalente a un motín nuclear”, dijo Hans Kristensen, director del proyecto de información nuclear de la Federación de Científicos Estadounidenses. Otros están menos seguros de que se pueda desafiar una orden de Putin.
Jeffrey Lewis, experto en control de armas del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales de Monterey, aseguró que “sería imprudente contar con eso, porque las personas que son seleccionadas para estos puestos son elegidas, en parte, porque se evalúa que son leales y confiables”.