Casi cinco años después de la promulgación de la ley que creó a la nueva autoridad, este fin de semana tendrá lugar la inédita elección de gobernadores regionales de todo Chile. Al mismo tiempo en que se escogerá a alcaldes, concejales y constituyentes, la noche del domingo podría haber claridad de quiénes serán las 16 personas que ocupen por primera vez ese cargo. De lo contrario, esa duda se disipará el 13 de junio, cuando se realice una segunda vuelta entre las dos primeras mayorías de cada región.

Y si bien en el oficialismo y la oposición describen estos comicios como “claves” para medir sus fuerzas y como una “previa” al destino de la carrera presidencial, aún persisten dudas sobre las responsabilidades y atribuciones de quien reemplazará a la figura del intendente.

¿Qué hará el gobernador regional? Según la norma -promulgada durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet-, la nueva autoridad presidirá el Consejo Regional y estará a cargo de impulsar las políticas y planes de desarrollo para su región, como fomento de áreas verdes y desarrollo urbano. En paralelo, el gobernador tendrá que convivir con la nueva figura del delegado presidencial, quien será designado por el Presidente y estará a cargo de la seguridad, orden público y de dirigir situaciones de emergencia, entre otras cosas.

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Pese a esto, aún hay ruido en torno a este cargo, situación que, explican algunos expertos, no fue bien aclarada durante la campaña. Estas “áreas grises” que rodean al gobernador -cuyo puesto durará cuatro años, con posibilidad de una reelección y comenzará sus funciones el 14 de julio- son fundamentalmente dos: hasta dónde llegan sus atribuciones respecto de seguridad y del presupuesto regional.

Según explica el abogado docente de la Universidad del Desarrollo Nicolás Enteiche, pese a que algunos candidatos han promovido ideas sobre seguridad y orden público, el gobernador “no tiene ninguna competencia vinculada a la coordinación de la seguridad ciudadana. Eso pasa por el delegado presidencial”. Concuerda el cientista político de la Universidad Diego Portales Claudio Fuentes, quien incluso sostiene que esa materia podría generar un conflicto entre ambas autoridades.

“Tomo como ejemplo La Araucanía: imagínate si el delegado decide colocar más policías en una zona y el gobernador no está de acuerdo. No puede hacer nada para impedírselo, pero tiene peso político por la cantidad de votos”, dice Fuentes.

Otra área delicada será el presupuesto. Miguel Flores, exsubsecretario de Desarrollo Regional durante el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera, explica que “la mayor parte de la inversión en la región por ahora va a seguir dependiendo de los ministerios, hasta que no haya cambios, porque los recursos del gobernador son un porcentaje menor de lo que hace el Estado en la región”.

En ese sentido, Flores destaca que uno de los conflictos que puede surgir en este punto es político, debido a que el presupuesto del gobierno regional lo seguirá definiendo el Ministerio de Hacienda en la Ley de Presupuesto. Eso, dicen, podría generar una tensión entre La Moneda y las autoridades regionales, que no necesariamente compartirán el mismo color político.

Con todo, el proyecto que establece el traspaso de competencias al gobernador y la ley que regula su financiamiento aún están en tramitación en el Congreso.

Las apuestas de los partidos

Para el fin de semana hay una claridad en las colectividades: es muy difícil que se lleven una región este mismo domingo.

La ley establece que para evitar una segunda vuelta un candidato debe lograr obtener el 40% de los votos. Debido a la cantidad de opciones en cada región -en esta elección compiten 90 personas- y la dispersión de algunos sectores -especialmente dentro de la centroizquierda, pero también en Chile Vamos por las cartas del Partido Republicano- se proyecta que la mayoría de las zonas tendría una segunda vuelta.

Las colectividades llegan a este fin de semana con proyecciones dispares. En la oposición se enfrentan a los próximos dos días con ánimo más ambicioso que sus pares de Chile Vamos. Al interior de Unidad Constituyente sostienen que pasarían a segunda vuelta en la mayoría de las regiones y que tendrían posibilidades de imponerse en 10 o 12.

Además, en esa coalición ven que podrían llevarse el premio mayor: la Región Metropolitana, con el candidato de la DC, Claudio Orrego, quien pasaría a segunda vuelta con su contendora de Evópoli, Catalina Parot. También creen que se impondrían en La Araucanía, Los Lagos, en Ñuble, entre otras.

En Chile Vamos, en tanto, admiten que tendrían posibilidades de ganar la mitad de las gobernaciones del país, aunque sostienen que se podrían beneficiar de la dispersión de la centroizquierda. Algunas de sus cartas que miran con mayores posibilidades son las de Biobío, el Maule y O’Higgins.