Cuando el CEO de Blackstone, Stephen Schwarzman, un reconocido donante de las campañas del Partido Republicano, declaró que no apoyaría la candidatura a la reelección de Donald Trump para 2024, algunos analistas entendieron que, al menos en un sector de la colectividad, se estaba gestando una ala de rechazo al exmandatario estadounidense. La declaración llegaba un día después de que el magnate oficializara su intención para volver a la Casa Blanca, y buscar convertirse en el segundo presidente en gobernar en dos períodos no consecutivos después de Grover Cleveland.
Lo que hace años parecía impensable, hoy se vislumbra como una posibilidad cada vez más real. Si bien hay discrepancias en la lectura política del hecho, el alejamiento de Ivanka Trump de la campaña de su padre para 2024, para algunos analistas, alimenta la idea de que a Trump se le puede decir no. Hecho que se suma a la reñida elección de medio mandato, donde se esperaba una “ola roja” republicana que no llegó, así como al ascenso del gobernador Ron DeSantis en Florida, quien se asoma como un serio rival de cara a las presidenciales.
Oposición interna
“Es hora de que el Partido Republicano recurra a una nueva generación de líderes, y tengo la intención de apoyar a uno de ellos en las primarias presidenciales”. Con esas palabras, el fundador del grupo Blackstone, Stephen Schwarzman, confirmó que no donaría a la campaña de Trump, detalló Axios este miércoles.
El nombre podría no sonar a quienes sean ajenos al partido del expresidente, pero se trata de uno de los principales contribuyentes financieros de los republicanos. Solo durante las recientes elecciones de medio mandato desembolsó más de US$ 35 millones a candidatos y grupos activos del partido, según OpenSecrets, un grupo sin fines de lucro que se dedica a rastrear los aportes a políticos.
William B. Allen, académico de la Universidad Estatal de Michigan, aseguró a La Tercera que “la retirada de Ivanka Trump debe verse como algo personal y no como una ruptura política. Sin embargo, la salida de donantes sí reflejan un sentimiento creciente de que el momento de Trump ha pasado y que muy probablemente es un lastre para las posibilidades de éxito de los republicanos”.
El líder de Blackstone, otrora aliado de Trump, dijo que “a Estados Unidos le va mejor cuando sus líderes están arraigados en el hoy y el mañana, no en el hoy y el ayer”. Y no fue el único donante que dio un paso al costado.
Ken Griffin, fundador de la multinacional estadounidense de fondos de cobertura y servicios financieros Citadel, así como otro megadonante del partido, también se restó de la nueva aventura política de Trump. Según informó Politico, Griffin anunció que respaldaría a DeSantis en caso de que concrete su candidatura para 2024. Un portavoz del heredero de los cosméticos Lauder, otro importante donante entre los republicanos, confirmó a CNN que el empresario no aportará en la campaña.
“La facción ‘nunca a Trump’ sigue siendo insignificante en términos de fuerza de voto. Pero un número mucho mayor de republicanos que creen que Trump hizo un buen trabajo como presidente, están ahora dispuestos a apoyar a otro candidato”, dijo Allen a este medio.
Un análisis similar hizo Clyde Wilcox, profesor de Gobierno en la Universidad de Georgetown. “Creo que entre las élites -los donantes y funcionarios republicanos- la oposición a que Trump se presente es bastante fuerte. Pero entre los votantes de las primarias sigue siendo popular. Por eso se ven editoriales y declaraciones como ‘ha sido un gran presidente, pero es hora de pasar página’”, dijo a La Tercera.
Esto no quiere decir que las inmensas arcas necesarias para movilizar una campaña se hayan visto afectadas de sobremanera. Es más, apoyándose en pequeños donantes, la ambiciosa maquinaria electoral de Trump se erige como una de las más formidables de los últimos años. De hecho, nunca dejó de recaudar fondos tras abandonar la Casa Blanca, y según CNN, su conjunto de comités políticos han acumulado más de US$ 100 millones en reservas de efectivo.
El factor DeSantis
La división al interior del Partido Republicano no se limita al factor económico. Quienes alguna vez fueron fieles aliados de Trump, hoy aparecen criticándolo abiertamente. El New York Post, tabloide neoyorquino controlado por el magnate mediático Rupert Murdoch, parece haber dejado esos días atrás de forma definitiva.
Cuando Trump anunció sus intenciones de ir por la presidencia, el medio tituló con un ácido “Been there, Don That”, haciendo un juego de palabras entre el dicho been there, done that (he estado allí, he hecho eso) y el nombre del magnate. En contraste, cuando DeSantis obtuvo la reelección en el cargo de gobernador de Florida, la portada del tabloide titulaba con un poco parcial “DeFuture”.
Durante este fin de semana, el gobernador se dirigirá a uno de los grupos de donantes más importantes del Partido Republicano, en la cena de gala anual de la Coalición Judía Republicana. Si bien aún no se tiene claridad sobre su futuro electoral, analistas coinciden en que DeSantis es, al menos, una carta seria para enfrentar a Trump.
Para Allen, “la prominencia de DeSantis es el resultado de su éxito en Florida, tanto en lo político como en lo administrativo. Su demostrado atractivo para los votantes latinos es un buen augurio para el alcance nacional de los republicanos. No hay una gran división entre los republicanos, pero hay una creciente conciencia de que un candidato distinto a Trump no necesariamente significaría perder el apoyo de los votantes de Trump”, explicó.
Jonathan Benjamin Chait, columnista y escritor estadounidense de New York Magazine, dijo en el mismo medio que para la elección de 2016 “abandonar a Trump requería ponerse del lado de los demócratas”, lo que no dejaba mucho espacio político para maniobrar a los votantes republicanos. “Ahora, sin embargo, oponerse a Trump significa estar con DeSantis. (...) El gobernador recibe apoyo de la totalidad de la base republicana, incluida la extrema derecha”, agregó.
Coincidiendo con el análisis, Wilcox fue más allá y aseguró que “muchos republicanos creen que (Trump) volvería a perder, y llevaría al partido a un mayor declive, así que quieren que no se presente, o que no gane. Pero muchos ven a DeSantis tan populista y de derecha como Trump, pero más inteligente y eficaz”.