“Lo sustantivo es levantar la dignidad humana como nuestra condición. Nosotros tenemos la necesidad de posicionar esta condición de ser humano y defenderla, porque es lo que tenemos, es lo que somos”.

Con esas palabras, la actual presidenta de la mesa directiva de la Convención, Elisa Loncón (Pueblo Mapuche), justificó en un punto de prensa su apoyo a la iniciativa presentada por la convencional Lisette Vergara (ex Lista del Pueblo) para reemplazar el primer artículo de la Constitución vigente que establece: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Y es que en las últimas semanas se han presentado tres propuestas que buscan definir cuál será el primer artículo de la propuesta de nueva Constitución.

Por ejemplo, la que suscribieron Vergara y Loncón, entre otros, propone como primer artículo lo siguiente: “La dignidad humana es una condición inherente, innata e intangible que tiene toda persona de ser respetada y valorada como ser individual y social, que dotado de conciencia o razón, de espiritualidad y emocionalidad, que con sus características y condiciones particulares tiene, por el solo hecho de ser persona vinculado a su condición social y a su espacio”.

Esta iniciativa se caracteriza por ser más extensa -y, de hecho, recibió esa crítica en redes sociales esta semana-, tanto en comparación con las otras dos como con la actual Constitución. Además, y a diferencia de las otras dos, destaca que fue apoyada de forma transversal por convencionales de centroderecha, de la ex Lista del Pueblo, escaños reservados e independientes.

FOTO: PABLO OVALLE ISASMENDI / AGENCIAUNO

Una de las firmantes fue Paulina Veloso (RN). Para ella, es importante dejar establecida la importancia de la dignidad y también cómo se debe entender este concepto. “Si bien en la actual Constitución se dice que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, no se especifica qué se debe entender por dignidad”, afirmó.

En tanto, el pasado 9 de diciembre, el convencional Agustín Squella (ind-PL), en conjunto con convencionales del Colectivo del Apruebo, presentaron su propia iniciativa de norma constitucional que busca reemplazar el actual primer capítulo de la Constitución vigente.

Dentro de esta propuesta está incluido el cambio del primer artículo de la actual Carta Magna, el que, de acuerdo a la iniciativa, debiese quedar así: “Todas las personas nacen y permanecen libres e iguales en dignidad, que les es inherente, irrenunciable e inviolable, y en ella se basan derechos fundamentales que se reconocen sin excepción y hacen a las personas acreedoras a igual consideración y respeto”.

Consultado por La Tercera, Squella explica que su propuesta “es una declaración suficientemente comprometida, directa, clara y concisa” y que “coloca a la dignidad humana como el valor superior del nuevo orden constitucional chileno, entendiéndola como el igual valor que nos reconocemos los seres humanos, en el que se basan derechos fundamentales de universal titularidad”.

A diferencia del primer artículo de la Constitución vigente, la propuesta de Squella (ind-PL) agrega que las personas “permanecen iguales en dignidad”. Según explica el autor de la propuesta, esto se debe a que “nadie tiene más o menos dignidad que los demás, y nadie tampoco la pierde, cualesquiera sean las circunstancias de su vida”. La propuesta de Squella marcó un hito al convertirse en la primera iniciativa de norma en ser discutida en su respectiva comisión. En este caso, fue en la comisión de Principios Constitucionales.

Dos semanas después de esta propuesta, el convencional Martín Arrau (UDI), en conjunto con otros siete convencionales de la UDI, RN e independientes de derecha, presentó 10 artículos para el primer capítulo de la nueva Constitución. El primero de ellos, al igual que en la actual Constitución, hace referencia a la dignidad.

Su propuesta, en concreto, plantea que “las personas se conciben y nacen libres e iguales en dignidad y derechos. En Chile todos son iguales ante la ley y no se acepta ningún tipo de discriminación arbitraria, y la familia constituye el núcleo fundamental de la sociedad”.

Pese a que es la propuesta que más se asemeja al artículo primero de la actual Constitución, Arrau (UDI) identifica algunos puntos que distan del texto constitucional vigente. “En la línea de buscar normas claras y concisas, el primer artículo propuesto es más breve que el existente, centrándonos en la persona, los atributos inherentes a su dignidad humana y la importancia de la familia como primer pilar social. Reforzamos la libertad, la igualdad y el rechazo a la discriminación arbitraria”, argumentó .

Además, en la propuesta se destaca que mantiene el rol de la familia consagrado en la Constitución vigente. Sobre este punto, el constituyente señaló que “la familia debe tener un lugar fundamental en la Constitución, ser reconocida y protegerse. Todas las familias. Es el grupo humano en el que la persona logra sus primeras y más importantes relaciones de afectividad, aprendizaje y crecimiento. Antes que ciudadanos somos miembros de una familia”.

Al igual que todas las demás iniciativas, estas tres propuestas serán presentadas ante su respectiva comisión. En este caso, la de Principios Constitucionales. Luego, se informará sobre estas iniciativas al pleno para que se puedan discutir y complementar. Aunque según advirtió Loncón nada es definitivo aún, pues es posible que algunas de las iniciativas queden sin votación o que solo se tome una parte de ellas.

La carga simbólica del primer artículo

El primer artículo de las constituciones es, probablemente, el más conocido. Al ser el primero, se establece como la carta de presentación de la Carta Magna y es el que da las primeras luces del contenido de ésta.

Y en ese primer articulado es común ver que se repiten algunos conceptos clave, como el de dignidad, libertad, justicia, familia y sociedad. Por ejemplo, según la página que compara constituciones del mundo, Constitute Proyect, cerca de 90 constituciones consideran explícitamente el concepto de dignidad en su articulado.

Para Aldo Mascareño, sociólogo e investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), el primer artículo de una Constitución es simbólico en un doble sentido. Primero, porque “debe buscar la inclusión de todo aquel que participe de la sociedad”. En segundo lugar, porque define “el tipo de relación que queremos establecer en esa sociedad”.

“Cuando decimos que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, no solo estamos indicando atributos de la persona considerada individualmente, sino que estamos señalando el tipo de relación que debe establecerse entre esas personas y entre las instituciones y ellas”, agregó Mascareño.

Que las tres propuestas abarquen la dignidad, aunque desde distintas perspectivas, no es algo aleatorio. De acuerdo a Mascareño, en el caso de Chile, el concepto de dignidad se ha empleado en la última década “para oponerse a malos tratos personales e institucionales, y también para promover derechos sociales en salud y educación, y para reafirmar el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación. No es raro, por tanto, que ahora sea un foco de las propuestas constitucionales”.

En tanto, la abogada y decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, Miriam Henríquez, comentó que “no hay un contenido estándar para el primer artículo de una Constitución”. “Sin embargo, habitualmente inician estableciendo el valor que se le reconoce o asigna a la persona y a su dignidad, un ejemplo de ello es la Constitución alemana; o con principios rectores del Estado, por ejemplo, su forma de gobierno, de Estado y régimen político, tal es el caso de la Constitución francesa”, agregó.

El convencional Arrau (UDI) cree que el primer artículo es importante porque establece prioridades y preeminencias. “Las constituciones alrededor de todo el mundo varían en su contenido y estructura, pero en general se coincide en que estos primeros enunciados marcan los fundamentos de cada país, de su organización, sus principios más importantes y el rol que asume el Estado”, comentó.

En este sentido, Vergara (ex Lista del Pueblo) plantea que es relevante mantener la dignidad como el primer elemento de la Constitución. “Es importante que sea el número uno y exclusivo para la dignidad, y después empezar a hablar ya de otros elementos que también son importantes. Pero la dignidad debe ser el eje central de la nueva Constitución”, comentó.