Era el último trámite de la jornada, pero no así el más fácil. Después de un largo día, dos cabos de Carabineros tenían que enfrentar un trayecto duro: el retorno a casa.
Los dos efectivos policiales debían volver a sus hogares, desde Tirúa hacia el norte, pasando por la única ruta que une a esa comuna con Cañete: la P-72. Ese 26 de marzo, los dos cabos fueron víctimas de un atentado, a las 19.30 horas, por un grupo de encapuchados que los emboscó en el camino.
Su caso está lejos de ser el único. Se ha transformado en una situación habitual que gran parte de la dotación de la Subcomisaría de Tirúa deba tomar más de un resguardo para volver a sus casas, si es que viven en alguna comuna hacia el norte (ver mapa). Esto, porque la Ruta P-72 en la actualidad es el paso más peligroso y riesgoso de la provincia de Arauco, donde entre enero de 2020 y lo que va de 2021 se han registrado 75 hechos de violencia.
Carabineros no son los únicos blancos. Algunas de las víctimas de estos ataques también son camioneros, trabajadores de empresas forestales y civiles, como el periodista Iván Núñez, quien sufrió una emboscada el 27 de marzo; o el superior jesuita de Tirúa, Juan Eduardo Fuenzalida, asaltado en agosto de este año.
“La ruta más peligrosa de Arauco” -así la califican las autoridades gubernamentales y policiales- volvió a ser escenario de un hecho de violencia esta semana, cuando la tarde del miércoles un paradero en la comuna de Cañete, en plena P-72, fue tomado por “15 sujetos armados”, según la versión de Carabineros.
Ese fue uno de los dos hechos de violencia de ese día y en ese mismo camino costero del Biobío en el que personal de la Armada utilizó sus armas de servicio luego de que, según comunicó esa institución, fueran atacados por grupos armados. Un joven de 23 años falleció por una herida a bala, de la cual se indaga su procedencia.
Cañete, Quidico y Tirúa
La ruta tiene una extensión de 90 kilómetros y está ubicada hacia la costa de la Región del Biobío. Mirando de norte a sur, la P-72 pasa por Cañete, Quidico y Tirúa; hacia el este hay bosques -sobre todo de pinos, propiedad de forestales- y cerros que desembocan en el lago Lleulleu, y hacia el oeste, una zona de frondosa vegetación.
Fuentes policiales advierten que la complejidad de esa ruta está dada porque los grupos que operan en el sector a veces disparan desde las zonas montañosas y escapan hacia los bosques. Desde allí pueden hacer emboscadas con facilidad y logran escapar hacia rutas donde es muy difícil el acceso en vehículos.
En el gobierno están conscientes de los riesgos del sector. Por lo mismo, desde que se decretó el estado de excepción han reforzado los patrullajes mixtos -a cargo de las policías y las FF.AA.-, lo que derivó en que el 20 de octubre se lograra retirar una zona de “peajes” que mantenía un grupo armado en la zona, el que funcionaba desde marzo del año pasado.
Este tenía como objetivo, cuentan autoridades del lugar, dar a aviso a los grupos más radicales de la presencia de Carabineros o efectivos de la PDI y así alertar sobre eventuales allanamientos u operativos policiales. Esa es la única vía por donde los carros policiales pueden llegar a las llamadas “zonas rojas” de Arauco.
El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, explica que “los caminos boscosos que rodean esta ruta son muy conocidos para los grupos que operan en el sector, que dan mucha oportunidad para el escape y ocultamiento. Acá vemos organizaciones dedicadas al robo de madera, robo de vehículo y el narcotráfico, quienes se ocultan bajo las demandas del pueblo mapuche”.
Galli agrega que “es una zona extremadamente compleja, de norte a sur, incluso en el paso hacia la cordillera, dado que son caminos forestales muy solos, pero muy conocidos por los grupos que operan ahí. Por lo mismo, hemos reforzado los controles y se logró sacar la caseta que por un año y medio tenían ubicada ahí”.
Si bien esta ruta siempre ha sido algo compleja para las autoridades, no fue hasta 2019 que se transformó en un problema mayor. En el gobierno creen que todos los delitos asociados a la violencia rural fueron escalando a partir del homicidio de Camilo Catrillanca, en noviembre de 2018.
Los seis grupos que operan en la ruta
Una de las complejidades que tiene el camino P-72 es que está prácticamente rodeado por distintos grupos radicales. Así lo afirman distintas fuentes policiales, las que coinciden en que este camino no pertenece a una sola organización.
Son seis los grupos que se dividen, por kilómetros, la zona de acción que le corresponde a cada uno (ver infografía). La información policial que obtuvo La Tercera Sábado da cuenta que, por ejemplo, entre el kilómetro 20 y 29 opera el “Grupo Antiquina (integrado por cerca de 10 personas)”.
En esa misma línea, entre el kilómetro 29 y 38 ubican al grupo Weichan Auka Mapu (WAM), integrado por cerca de 40 personas. Esta organización es la que predomina en esta zona, y en general en la provincia de Arauco. Esta semana, por ejemplo, hicieron público un video donde ostentan tener armas de grueso calibre, amenazando con sabotear toda acción que ejerza el Estado en la zona.
Los otros grupos que se dividen la ruta son: Tranaquepe (integrado por cerca de 10 personas), Los Huellanos, Quidico y Manquehue.
Una de las complejidades para lograr la desarticulación de estos grupos, según explican fuentes policiales, es que no tienen una estructura definida. Mantienen un liderazgo horizontal, entre todos los integrantes de la organización, sin una cabeza clara.
Estos seis grupos, advierten las fuentes consultadas, mantienen comunicación entre ellos. Según consignan distintos análisis policiales, muchas veces se organizan para perpetrar atentados o robos en conjunto.
El jefe de Zona de Carabineros del Biobío, general Juan Pablo Caneo, señala que “las características de la ruta dan cuenta que a ambos costados hay zonas boscosas, con muchos árboles y grandes arbustos, de por lo bajo un metro. Desde ahí, algunos grupos se esconden y disparan a carabineros y civiles, sin mediar los daños que pueden generar. Por lo mismo, hemos aumentado los patrullajes, en conjunto con la Armada, lo que nos ha permitido detener a 25 personas solo durante el tiempo que lleva el estado de excepción”.
El general Caneo agrega que si antes contaban con 12 blindados para realizar rondas preventivas, hoy cuentan con un contingente -dado el apoyo de las FF.AA.- de cerca de 25 de estos vehículos. Esto ha permitido realizar “caravanas” policiales y militares con más personal y más recursos.