Las expectativas de los chilenos frente a una nueva elección constitucional

Desde que se puso en marcha el proceso para redactar una nueva Constitución, la ciudadanía ha sido convocada en cuatro ocasiones para concurrir a las urnas: el plebiscito de entrada de octubre de 2020, la elección de la Convención Constitucional en mayo de 2021, el plebiscito del 4 de septiembre y ahora la elección del Consejo Constitucional. Con el transcurso del tiempo, las expectativas y el entusiasmo respecto del proceso han sufrido importantes cambios. Esa es, al menos, la principal conclusión de una encuesta realizada por Criteria: si en abril de 2021 el 44% pensaba que una nueva Constitución “ayudaría mucho” a que mejoren aspectos como la calidad en la educación y salud pública, esos porcentajes disminuyeron ahora a 28% y 29%, respectivamente. Aquello es solo una muestra de las transformaciones en cuanto a la percepción ciudadana.

Si bien el gobierno, buena parte de los parlamentarios y los partidos políticos -a excepción del Partido Republicano y el Partido de la Gente- defendieron con uñas y dientes la continuación del proceso constituyente tras el amplio triunfo del Rechazo en septiembre de 2022, hoy por hoy los propios aspirantes al Consejo Constitucional admiten que el desconocimiento y la falta de interés son alarmantes. De hecho, según Criteria, el 39% está de acuerdo o muy de acuerdo en que “el tema constitucional sigue siendo importante para mí”, mientras que el 51% dijo que “el tema constitucional solo interesa a los políticos”.

“La expectativa de la sociedad en torno a que una Constitución podría mejorar profundamente temas que eran relevantes para el país ha disminuido de manera significativa en los últimos tres años”, explica Cristián Valdivieso, director de Criteria. Así, por ejemplo, frente a la pregunta de si una nueva Constitución significará que mejore la unidad de los chilenos, apenas el 17% respondió que “ayudará mucho”. En abril de 2021, justo antes de la elección de la Convención Constitucional, ese porcentaje alcanzó el 30%, es decir, casi el doble.

Otro de los datos más reveladores que arroja la encuesta de Criteria es que actualmente solo un 20% estima que una nueva Carta Magna “ayudará mucho a que mejore la igualdad de oportunidades entre ricos y pobres”. En abril de 2021, el 29% se manifestó en el mismo sentido. Donde también hay una alteración significativa es en temas como educación (16 puntos menos), salud (-15) y medioambiente (-11).

En todo caso, el dato que más disminuyó en comparación con la medición de abril de 2021 tiene que ver con la “situación del pueblo mapuche”, frente a la cual un 19% considera que un nuevo texto constitucional podría “ayudar mucho a que mejore”, mientras que hace dos años esta cifra alcanzaba un 36%.

“Este proceso constituyente ha generado bastante baja expectativa, diría que en todos los sectores. Hay poca información, mucha gente no tiene muy claro quiénes son los candidatos y candidatas del domingo. Aparentemente ha habido mucha menos visibilización de la franja. Ha habido, por cierto, menos cobertura de prensa, de los medios de comunicación”, apunta Claudia Heiss, académica de la Universidad de Chile.

Para Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, la falta de interés responde al “notorio cambio de las prioridades ciudadanas, a consecuencia de la crisis de seguridad y económica”. Sin embargo, según él, también “incide la reprobación del Presidente Boric, que jamás ha podido recuperarse del imprudente modo en que ató sus destinos con la fallida Convención”.

Además de las comparaciones con el proceso anterior, la encuesta Criteria revela que, en general, los jóvenes son los más optimistas respecto del nuevo proceso constitucional. “Ese segmento tiene más expectativas y más sueños puestos en una nueva Constitución que los otros grupos. Dicho eso, al igual que todos los grupos etarios, los más jóvenes también han disminuido profundamente la relevancia asignada al proceso constituyente”, explica Valdivieso.

Así, por ejemplo, entre quienes tienen 18 y 29 años, un 45% consideró que una nueva Constitución “ayudará mucho a que mejore” la protección del medioambiente. Además, el 40% de este grupo dijo que también implicaría una mejora en la calidad de la salud y de la educación pública. En cambio, entre los mayores de 65 años, apenas un 19% consideró que “ayudará mucho a que mejore” la protección del medioambiente, mientras que solo un 17% piensa lo mismo respecto de la calidad de la salud pública y un 18% de la educación pública.

Al mismo tiempo, entre todos los rangos etarios es particularmente bajo el porcentaje que considera que una nueva Carta Magna mejoraría mucho “la unidad de los chilenos”. Dentro del grupo mayor de 65 años, esta afirmación apenas alcanzó un 9% de coincidencia, mientras que para aquellos entre los 30 y 64 años, no superó el 20%. Para los más jóvenes, alcanzó un 24%.

También, tanto para los encuestados del norte, el sur y de la Región Metropolitana, la idea de que una nueva Constitución ayudará mucho a que mejore “la descentralización y autonomía de las regiones” no superó el 26%.

En el caso de “la situación del pueblo mapuche”, la encuesta evidenció que hay más optimismo dentro de la Región Metropolitana (21% considera que mejoraría con una nueva Constitución), que en el sur (18%).

En cuanto a la ideología de los encuestados, el estudio de Criteria arrojó que la izquierda continúa siendo más optimista frente al proceso que el centro y la derecha. El único punto en que la izquierda mostró menores expectativas que el centro tiene que ver con “el control de la inmigración” en una nueva Constitución.

El aspecto en el que la izquierda se mostró más optimista fue la protección del medioambiente, ítem en que el 60% de ese grupo consideró que una nueva Carta Magna “ayudaría mucho a que mejore”. Lo sigue la calidad de la educación pública (57%), la calidad de la salud pública (55%) y la descentralización y la autonomía de las regiones (51%). En la otra vereda, apenas un 11% de las personas que se identifica con la derecha consideró que una nueva Constitución “ayudaría mucho a que mejore” la igualdad de oportunidades entre ricos y pobres, mientras que solo un 12% reconoció que mejoraría la unidad de los chilenos.

Respecto de las expectativas, y frente a las pregunta “¿con cuál de las siguientes frases te sientes más identificado?”, un 28% señaló que “es probable que el texto esté en sintonía con los otros intereses de la ciudadanía”, mientras que el 72% manifestó lo contrario.

Por otra parte, un 39% dijo estar de acuerdo o muy de acuerdo con que “el tema constitucional sigue siendo importante para mí”, mientras que el 51% sostuvo que “el tema constitucional solo les interesa a los políticos”.

El sondeo también estableció que el 56% de los consultados dijo estar de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación “estoy cansado del tema constitucional”. El hastío es más común dentro de la derecha, puesto que el 70% de los encuestados que se identifican con ese sector dijo coincidir con la afirmación. En el caso de aquellos que son de izquierda, solo un 31% lo hizo. Otra diferencia significativa es que el 69% de aquellos encuestados que tienen más de 65 años concordaron con que están cansados del tema constitucional. En cambio, en el caso de los que tienen entre 18 y 29 años, alcanzó el 51%.

Además, el 54% dijo estar de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación “sigo esperando una nueva Constitución escrita por personas democráticamente electas”. Dentro de quienes se identifican con la izquierda, el 80% concordó con este último punto, mientras que un 36% de la derecha también lo hizo.

Por otro lado, el 63% manifestó que está de acuerdo o muy de acuerdo con que “este proceso constituyente está viciado, por basarse en un acuerdo entre partidos políticos a espaldas de la ciudadanía y con expertos designados”. Tanto aquellos que se identifican con la derecha, el centro y con la izquierda, la mayoría (56% en el caso de la derecha, 60% del centro y 63% de la izquierda) coincidió con la afirmación.

“La cuestión constitucional ha perdido mucha fuerza, pero sigue siendo más relevante, en general, para la izquierda que para el centro y la derecha. Donde hay un consenso respecto a este nuevo proceso, donde se juntan izquierda, centro y derecha y los que no se identifican políticamente, es en la idea de que este proceso puede tener un vicio de entrada por la designación del Consejo de Expertos”, sostiene Valdivieso.

También, apenas un 25% estuvo de acuerdo o muy de acuerdo con la idea de que “un nuevo proceso contribuye a garantizar la paz social”. El 18% de la derecha coincidió con la afirmación, mientras que el 42% de quienes se identifican con la izquierda se manifestó del mismo modo.

Al mismo tiempo, una mayoría de 58% está de acuerdo o muy de acuerdo con que “otro proceso constituyente es un gasto de recursos y tiempo que el país no se puede permitir”. Ante este planteamiento, el 74% de quienes se identifican con la derecha dijo coincidir, mientras que en el caso de la izquierda llegó a solo un 27%.

“Los sectores más reformistas, el 38% del Apruebo, ven con mucho escepticismo este proceso, porque, de alguna forma, es una reacción al anterior, donde los sectores más conservadores (...) tienen la delantera, se ven fortalecidos, tanto por el triunfo del Rechazo, como por la última elección parlamentaria, donde les fue bien (...)”, señala Heiss.

Por esto, esta académica concluye que “las proyecciones son que el Consejo Constitucional va a ser más bien conservador y, por lo tanto, las posibilidades de reformas son muchísimo menores a las del proceso anterior. Lo que le ocurre a mucha gente, que vivió con entusiasmo el proceso constitucional anterior, es que compara este proceso con ese”.