Antes de las 8.30 horas de cada mañana la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), arriba a Palacio para iniciar sus funciones. El hábito se acentuó particularmente esta semana, cuando Tohá -por primera vez- quedó a cargo de la vicepresidencia del país, debido a una gira que realizó el Presidente Gabriel Boric para participar en la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas, en EE.UU.

Las labores de la personera PPD terminan habitualmente pasadas las 21 horas, una situación que contrasta con los últimos días de su antecesora, Izkia Siches, quien una vez que ya había tomado conocimiento de su relevo bajó el nivel de intensidad de sus jornadas y no era extraño que por esos días saliera cerca de las 17 horas de su oficina.

No es el único contraste que ha marcado Tohá con Siches, ya que la nueva jefa de gabinete renovó prácticamente la totalidad del núcleo de asesores más estrechos de la cartera. En parte, porque una porción del equipo de Siches “cruzó” el Patio de los Cañones hacia las oficinas de la Segpres para acompañar las nuevas labores de Ana Lya Uriarte, quien sorpresivamente pasó de ser jefa de gabinete de la expresidenta del Colegio Médico a ministra de la Secretaría General de la Presidencia. Así, Uriarte tomó como propio a parte del exgabinete de Siches, como su periodista y asesores estrechos como Matías Libuy y José Peralta, miembros del equipo de contenidos, entre otros.

De esta manera, hasta ahora, ha sido la impronta de Tohá la que ha marcado la nueva etapa iniciada con el cambio de gabinete del 6 de septiembre pasado.

Junto a Tohá han comenzado a desembarcar nuevos rostros en La Moneda, entre ellos el exconvencional Ricardo Montero (PS), quien fue el primer personero que la ministra incorporó a su equipo como jefe de gabinete. Al interior de la Convención, Montero se desempeñó como coordinador de la Comisión de Sistema Político. A él se sumó la designación de Pía Mundaca como jefa de asesores. La exdirectora de Espacio Público y comentarista de varios medios -entre ellos La Tercera- asume un rol estratégico clave en el equipo de Tohá.

La última incorporación prevista por la ministra -y que debería concretarse la próxima semana- es el arribo del exsecretario general del PPD Óscar Santelices, como asesor legislativo.

Allegados a la ministra y a la cartera explican que Santelices operará como una suerte de enlace con el Congreso, particularmente con la Cámara Alta, debido a que Montero ha sostenido roces con algunos senadores del Socialismo Democrático que fueron críticos del trabajo de la Convención.

En un segundo plano, a cargo de las comunicaciones de Tohá está el periodista Ignacio Iriarte, antiguo colaborador de la ministra en la Municipalidad de Santiago y quien había arribado a Interior un par de meses antes, aún con Siches al mando. Como refuerzo también se sumó Daniela Yáñez, quien hasta antes de la llegada de la nueva ministra se desempeñaba en la Secretaría de Comunicaciones (Secom). Previamente, Yáñez trabajó con la diputada de Convergencia Social Gael Yeomans. Continúa haciendo labores de avanzada Christian Amengual, parte del núcleo con el que arribó Siches a la campaña presidencial de Boric. Entre las salidas de ese equipo aparejadas con el fin del período de Siches, la periodista Macarena Chahuán salió de Palacio para asumir labores con bancadas parlamentarias del sector.

Guerra Fría

No es un misterio que la llegada de Tohá y Uriarte al centro de la toma de decisiones del gobierno -en reemplazo de Siches y Giorgio Jackson, respectivamente- supuso un cambio de hegemonías en las fuerzas políticas que mantiene en tensión al oficialismo compuesto por dos alianzas: Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad.

Con el objetivo de atenuar cualquier dificultad, durante las semanas de debut, el Mandatario instruyó que se realizaran reiteradas reuniones del comité político. Algunas de estas citas, incluso, se extendieron hasta la medianoche, confidencian en Palacio.

Tohá -afirman fuentes oficialistas- ha tomado las riendas del equipo político y -a diferencia de Siches- lidera sin discusión las instancias con los partidos de gobierno.

Aún más, la ministra busca dejar su sello en su paso por el gobierno y pretende reestructurar el funcionamiento del Comité Político Ampliado, que es el que reúne a los ministros con los presidentes de las colectividades oficialistas.

De hecho, el pasado jueves 15 Tohá estuvo a la cabeza de la reunión ampliada con los partidos que, de forma extraordinaria, se realizó durante esa jornada. Además de anunciar una serie de encuentros con las coaliciones y con los partidos en particular, la ministra pidió a las colectividades propuestas de cómo hacer más resolutiva esa instancia.

“(La ministra) quiere reestructurar el comité político en su relación con los partidos, en las cosas que se discuten. Antes (con Siches) se planteaban temas, problemáticas de gobierno y todo el mundo hablaba una vez, pero nadie sabía cómo se resolvía”, explica un dirigente oficialista.

Aunque el “estilo Tohá” -afirman en La Moneda- aún no ha derivado en roces directos con las ministras de Apruebo Dignidad del diseño original del comité político (Camila Vallejo -vocera- y Antonia Orellana -ministra de la Mujer), las tensiones son evidentes. De hecho, algunos hablan de una especie de “marca personal” a la jefa de Interior, particularmente de la personera de Mujer, quien -además- tras el rebaraje ministerial se ha convertido el enlace directo del Frente Amplio con sus partidos tras la salida de Jackson del corazón del Ejecutivo.

Uno de los desafíos de la nueva ministra del Interior -sin embargo, señalan en el oficialismo- debe apuntar a aceitar su sintonía política más fina con el Mandatario. Y es que si bien su liderazgo ha sido bien evaluado por sus pares -particularmente desde el Socialismo Democrático-, prueba de este déficit fueron sus declaraciones públicas para avanzar con el TPP11 (Trans-Pacific Partnership o Asociación Transpacífico), palabras que posteriormente fueron reforzadas por el titular de Hacienda, Mario Marcel, y la canciller, Antonia Urrejola. “Tengo la confianza en que lo vamos a lograr para (...) llegar a un acuerdo con el TPP11, despejar las dudas, encontrar una manera de que ese acuerdo sea compatible con todos los compromisos que tenemos como gobierno”, afirmó Tohá en TVN hace un par de semanas.

Esas mismas palabras, no obstante, fueron sosegadas por Boric. “No es algo que el gobierno esté empujando. No era parte de nuestro programa. Nuestro deber es resguardar los intereses de Chile y así lo vamos a hacer con el TPP-11″, dijo desde Nueva York.

El Mandatario, además, desdramatizó que al interior de sus coaliciones de gobierno existan diferencias sobre esta materia. “No tengo ningún problema con las diferencias que hay respecto de este punto dentro de las coaliciones que respaldan al gobierno”, agregó en esta línea.

Esto último en consideración de que los senadores de Apruebo Dignidad publicaron una carta en la que señalaron que “tenemos una mirada crítica de los mecanismos de resolución de controversias entre inversionistas y Estados, entre otros aspectos de estos tratados comerciales que tienen un sesgo neoliberal que condicionan la transición hacia un nuevo modelo de desarrollo”.

FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

El “trato cercano” de Uriarte

Con aplausos, sonrisas y abrazos. Así fue recibida la ministra Segpres, Ana Lya Uriarte (PS), el 7 de septiembre en el Congreso Nacional de Valparaíso por los parlamentarios. Solo había pasado un día desde el cambio de gabinete, y la verdad es que la secretaria de Estado apenas comenzaba a ejercer sus funciones, pero parte de los legisladores -particularmente los socialistas y los de la derecha- ya tenían un motivo para celebrar: la salida de Giorgio Jackson.

Y es que las relaciones con el hoy ministro de Desarrollo Social, que anteriormente ocupó el cargo de Uriarte en la Segpres, estaban lejos de ser buenas.

El senador Fidel Espinoza (PS) lo acusó de estar preocupado “de la destrucción de las instituciones democráticas (...)”, en referencia a su vínculo con la Convención Constitucional, que propuso eliminar la Cámara Alta. También le pidió la renuncia tras el resultado del plebiscito del 4 de septiembre. El también senador Alfonso de Urresti (PS), en tanto, lo acusó de tener una actitud pusilánime.

Jackson también hizo lo suyo para mantener tensas las relaciones. Uno de los episodios que los parlamentarios del Socialismo Democrático más resienten fue cuando el secretario de Estado, en una transmisión de twitch, dijo que “nuestra escala de valores (...) no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió”.

En consideración de estos traspiés, la llegada de Uriarte al Congreso ha sido bien acogida de forma transversal en la esfera política. Desde el Partido de la Gente afirman que existía una relación cercana con Uriarte desde los tiempos en que ella trabajaba junto a la hoy exministra del Interior Izkia Siches, como jefa de gabinete de la cartera. “Es más asequible, tiene más disposición, uno siente que cuando uno le habla, se puede coordinar, reunirse, conversar. En esos detalles se siente más cercana”, dice la jefa de bancada de diputados de la colectividad, Yovana Ahumada.

Por su parte, el jefe de bancada de diputados de la DC, Eric Aedo, comentó que “la principal novedad de Ana Lya Uriarte es que es una ministra que dialoga de manera constante, que atiende los llamados telefónicos, los mensajes, y que teniendo claros los puntos del gobierno está en una actitud de escucha de quienes tenemos una opinión distinta. Valoro esa capacidad de diálogo que es diametralmente distinta a lo que sucedía con el ministro Jackson”.

En Chile Vamos también existe una buena opinión en general sobre el rol de Uriarte, pese a que en su momento el nombre de Manuel Monsalve también generaba simpatías. Uno de los que más destacan sus diálogos ha sido el senador y presidente de Renovación Nacional, Francisco Chahuán, uno de los que recibieron a la ministra con abrazos cuando pisó el Congreso.

La mano de Uriarte se notó, dicen en Chile Vamos, cuando la coalición negoció con el Ejecutivo que solo irían a La Moneda a la reunión que había convocado Boric con los partidos si el Presidente recibía a solas a la oposición, lo que finalmente sucedió.

De todas maneras, algunos diputados dicen que todavía no se han generado muchos acercamientos con los legisladores de derecha de la Cámara Baja.

“Es una ministra con mucha experiencia. Los pocos encuentros que hemos tenido -porque semanas legislativas con ella como ministra no han tocado- han sido muy positivos. Está muy dispuesta, receptiva. En el tema constitucional también la vi muy cauta”, comentó Jorge Alessandri, jefe de la bancada de diputados de la UDI.

Como jefe de gabinete de la ministra Uriarte llegó el abogado y también militante socialista Héctor Valladares, quien anteriormente se desempeñó como asesor legislativo del Ministerio Secretaría General de la Presidencia y como jefe del departamento jurídico del Gobierno Regional de Santiago.