El lunes en la mañana, en la habitual reunión del comité político que congrega al Presidente Gabriel Boric y a los ministros de esa instancia -Carolina Tohá (Interior), Mario Marcel (Hacienda), Álvaro Elizalde (Segpres), Antonia Orellana (Mujer), Camila Vallejo (Segegob) y Jeannette Jara (Trabajo)- hubo un tema que algunos de los secretarios de Estado querían despejar con el Mandatario.
Según fuentes de gobierno, las autoridades querían saber cómo responder ante posibles consultas respecto a las declaraciones que el jueves anterior, el 21 de marzo, había emitido.
“Para que se entienda más claro: más Narbona, menos Craig”, dijo Boric ese día en medio de la inauguración de la desaladora de la minera Los Pelambres, en la Región de Coquimbo.
En su discurso, donde enfrentaba la postura de los empresarios más críticos a su gobierno -acusándolos de caer en una “soberbia paternalista”-, el ejemplo que utilizó el Mandatario para “clarificar” su posición sorprendió a todos, incluso a su equipo con el que había escrito el texto, porque esas palabras no estaban en él. De hecho, ni siquiera habían escuchado esa analogía.
Así, la salida de libreto de Boric no pasó desapercibida, generando una polémica que se arrastró por varios días, ya que comenzaron las especulaciones sobre sus palabras. Una de ellas era que había hecho alusión a los hermanos Andrónico Luksic Craig y Jean-Paul Luksic Fontbona.
En ese escenario, el Presidente profundizó el lunes en el tema con algunos ministros del comité político, instancia en la que acordaron que nadie respondería sobre el asunto y que sería el propio Jefe de Estado quien en alguna oportunidad aclararía sus dichos.
Ese mismo día, la ministra Vallejo también conversó con el Mandatario antes de su vocería. En ese diálogo reafirmaron que los secretarios de Estado no entregarían información al respecto.
En Palacio, en todo caso, no precisan cuáles son las razones por las que optaron por guardar silencio.
El día anterior, Marcel ya había evitado contestar sobre la materia, cuando fue consultado durante una entrevista con Mesa Central de Canal 13
Y, siguiendo lo acordado con Boric, Vallejo -durante su habitual punto de prensa- dijo que desconocía el origen de la frase.
Por ello, en La Moneda generó sorpresa cuando el miércoles, en entrevista con radio Duna, la ministra Tohá explicó los dichos del Presidente y confirmó que apuntaban a la familia Luksic, lo que desató el enojo del mundo empresarial y de la oposición.
De todas formas, durante la tarde, la jefa de gabinete volvió a sembrar la duda, luego de que dijera que eso fue lo que ella entendió. “Creo que a eso se refería. Creo”, sostuvo ese día.
Mientras que desde el equipo del Presidente -que fue consultado reiteradamente durante la semana por el tema- respondieron que “no hay nada más que agregar”.
En todo caso, según fuentes de gobierno, Boric le descartó a algunos de sus colaboradores que con sus palabras haya apuntado a los empresarios.
Más allá de la salida de libreto de Boric, en el oficialismo -en privado- cuestionan el manejo que tuvo La Moneda para hacer control de daños a la polémica originada por el Presidente.
Si bien algunos intentaban tomarlo con humor, otros transmitían un diagnóstico más duro respecto de lo que consideraron como un manejo deficiente de las comunicaciones. Además, otros cuestionaron que haya sido Tohá la que intentara aclarar el asunto y no la vocera Vallejo.
También generó reparos que la única versión haya sido una “interpretación” de la jefa de gabinete.
Las otras improvisaciones
No es primera vez que una improvisación de Boric -en medio de un discurso- genera efectos negativos o polémicas “evitables”, como dicen en La Moneda. ¿La más recordada? Cuando en agosto de 2023, en medio de los funerales de Guillermo Teillier, expresidente del Partido Comunista, aludió a la muerte del exbrigadier Hernán Chacón, quien se había suicidado tras ser condenado por el asesinato de Víctor Jara.
“Murió como un hombre digno, orgulloso de la vida que había vivido. Hay otros que mueren de manera cobarde para no enfrentar a la justicia. Ahí hay diferencias humanas”, dijo el Presidente a días de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado.
Para varios, esa declaración -y la demora en aclarar y pedir disculpas, porque tardó en convencerse de hacerlo- fue uno de los argumentos que terminaron en el fracaso de la firma de un compromiso entre todos los partidos para la fecha. Sobre todo porque, un mes antes, anunció desde Europa que convocaría al acuerdo sin avisar con anterioridad a la oposición.
Además, había dicho que, “desgraciadamente, gente como Sergio Onofre Jarpa terminaron sus días impunes, pese a todas las tropelías que cometieron”. La declaración generó una fuerte tensión con la derecha por la relevancia del exsenador al ser fundador de Renovación Nacional.
Algo que suele inquietar en los equipos de La Moneda es que varias de las salidas de libreto del Presidente son en discursos impresos y preparados con anterioridad, y no al responder preguntas de la prensa.
Es más, el Mandatario responde a las consultas de los medios de comunicación con poca frecuencia. Entre febrero y marzo lo hizo solo en dos oportunidades: en la visita del Presidente español Pedro Sánchez a La Moneda y en su gira a Talca. En cada ocasión aceptó solo dos preguntas de medios nacionales.
El jueves, por ejemplo, en su última intervención en La Moneda, donde no aceptó preguntas, volvió a enfrascarse en una disputa antigua con los medios de comunicación -a quienes ha aludido en varias oportunidades en sus palabras-, en una entrega de premios que poco tenía que ver con el comentario. Lo hizo al recordar la polémica de cuando trató de “columnista menor” al rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Francisco Covarrubias.
Además, en medio de la actividad, aseguró que la noche anterior había salido a caminar por la Plaza Brasil, en Yungay -donde vive- y que “se puede caminar por ahí, pese a lo que dicen algunos”.
El comentario generó controversia inmediata entre vecinos y también cuestionamientos de la oposición, la que le enrostró que no todos pueden hacer lo mismo, ya que no cuentan con escoltas.
Las improvisaciones del Mandatario -quien nunca lee los discursos textuales, por lo que cada vez que habla sus equipos tienen que actualizar sus palabras- muchas veces han causado descoordinaciones con los ministerios y también con las contrapartes presentes en sus actividades.
Por ejemplo, en mayo de 2022 generó una tensión con las salmoneras desde Magallanes al decir que “aunque suene duro decirlo, industrias como las de la salmonicultura deben salir de las áreas protegidas”. Sus palabras sorprendieron a su equipo, los que no estaban preparados para los efectos que pudieran generar sus declaraciones.
Algo similar ocurrió en diciembre de 2022, cuando Boric anunció que iban a crear una embajada en Palestina sin avisarle con anterioridad a la excanciller Antonia Urrejola.
Mientras que en enero de 2024, durante una visita a la Región de Coquimbo, aseguró que las viviendas sociales que habían entregado tenían termopanel, lo que debió ser desmentido inmediatamente por los equipos del Minvu tras su discurso.
Por otro lado, los descuidos del Presidente también han generado controversias en tiempos de crisis, en que la instrucción de La Moneda ha sido tener especial precaución. Por ejemplo, en la campaña para el plebiscito del 4 de septiembre de 2022, Boric tuvo varias intervenciones a favor del “Apruebo” -en discursos y también en sus redes sociales-, pese a las insistencias de sus equipos para que no lo hiciera.
También hubo críticas a la salidas comunicacionales del Mandatario luego de que se revelaran las desprolijidades en los 13 indultos -12 de ellos a detenidos en el marco del estallido social- que otorgó a finales de su primer año.
“Son jóvenes que no son delincuentes”, planteó Boric para justificar su decisión. Palabras que hasta hoy son recordadas por los antecedentes delictuales que han sido revelados de las personas que liberó de la cárcel.
El Jefe de Estado agregó que tenía “plena convicción de la inocencia” del exfrentista Jorge Mateluna y que hubo “irregularidades” en el juicio, lo que provocó la indignación y respuesta inmediata de la Corte Suprema.
En aquella ocasión, sus palabras no fueron avisadas a su equipo de ministros, lo que también ha ocurrido en intervenciones del Mandatario en redes sociales.
Un ejemplo de aquello fue luego de que se revelara el homicidio del teniente (R) venezolano Ronald Ojeda, quien se encontraba refugiado en Chile.
Tras su muerte, Boric optó por mantener silencio y su primera intervención fue a través de X. “El anticomunismo visceral de algunos sectores políticos y sus medios afines en nuestro país es demasiado evidente. No conozco otro partido que reciba tantos ataques ad hominem y mentiras. Yo al menos no tengo ninguna duda del compromiso democrático y social del PC chileno”, escribió el Presidente, quien optó por respaldar al partido de gobierno antes que referirse al caso en cuestión y saludar a la familia.
Las condolencias recién llegaron minutos después, por la misma vía y de parte de la ministra Tohá. Recién seis días después el Mandatario aceptó preguntas en La Moneda. Ahí aseguró que sus ministros hablaban por él.