El viernes pasado, el excandidato presidencial del Partido Comunista Daniel Jadue se reunió por Zoom con los comandos ciudadanos que apoyaron su fallida campaña. Entre independientes y militantes, el exabanderado hizo un balance de las razones que lo llevaron a perder frente a Gabriel Boric en las primarias presidenciales de Apruebo Dignidad hace ya dos semanas, pero también se refirió al futuro de su sector y a cómo seguir trabajando. “Este es un primer paso”, habría dicho el otrora candidato.
La cita marcó solo una más de las varias conversaciones, reuniones y diálogos que ha tenido el alcalde de Recoleta para analizar qué fue lo que lo hizo salir trasquilado de una carrera que, en su inicio, todos en el PC veían como ganada.
La dura derrota de Jadue derrumbó el sueño del PC de llegar a La Moneda con alguien de sus filas y los arrojó a una profunda introspección que esperan sintetizar en un comité central la próxima semana. Desde la noche del 18 de julio, en la que el frenteamplista logró el 60% de los votos, los comunistas iniciaron un proceso de reflexión y diálogo interno a nivel de células, comunales, regionales y en la comisión política que, dicen en el partido, ha evidenciado heridas y divisiones internas.
Los primeros pasos han sido tratar de descifrar las razones de la derrota. En el PC aseguran que si bien se valora el crecimiento del partido en términos electorales -Jadue sacó 693.370 votos y superó al triunfador en Chile Vamos, Sebastián Sichel-, durante la campaña se cometieron errores comunicacionales y de gestión que entorpecieron la carrera.
En la colectividad creen que las equivocaciones del propio Jadue en los debates -como el episodio en el que tuvo que salir a explicar que la pasta base no era parte de su programa de legalización de drogas- lo hicieron pagar costos. Asimismo, sostienen que no lograron “explicar bien” algunas de sus ideas, como la propuesta sobre medios de comunicación.
En el PC, además, aseguran que tampoco tuvieron la capacidad de “enfrentar” lo que ellos consideran un “anticomunismo estructural” ni la “campaña del terror” que -según ellos- se desató en contra del alcalde.
Sin embargo, en los debates ha surgido un tema más profundo, que llega a tocar algunos de los principales liderazgos comunistas, a quienes -en particular en el entorno de Jadue- se considera los verdaderos responsables de la derrota. Según aseguran diversas fuentes del partido, durante el proceso se ha apuntado al rol que jugó durante la campaña el secretario general de la colectividad, Lautaro Carmona.
De hecho, dicen en el PC, al día siguiente de las primarias la comisión política se reunió para hacer un primer balance de los resultados. Según fuentes de esa instancia, en el marco del debate se comenzó a cuestionar el papel de Carmona, quien lideró la secretaría ejecutiva de la campaña junto a la diputada Camila Vallejo y funcionó como nexo entre el alcalde y la directiva del PC. “Hubo errores desde quienes gestionaron. Los que diseñaron, entre esos Lautaro, tendrán que explicar, pero ahí hay un error. Hubo un mal diseño que no permitió ganar una primaria que tenía todo para ser ganada”, dice un dirigente del PC.
Carmona -quien no contestó los llamados de este medio- ocupó un lugar central dentro del comando, a diferencia del timonel del partido, Guillermo Teillier, quien se mantuvo alejado de la campaña y nunca participó de instancias como la mesa política ni el equipo que dirigía su secretario general. Según cuenta él mismo, su objetivo era evitar que la campaña se viera “ocupada” por los comunistas.
Pero parte del PC sostiene que el establishment de la colectividad siempre miró con “desconfianza” el liderazgo del alcalde Jadue. El jefe comunal se alzó como opción presidencial bajo su propia línea y sin seguir las estructuras tradicionales del partido. Por eso mismo, algunos en la colectividad hicieron eco de las críticas que lanzó Jadue la misma noche en la que perdió: que la izquierda, incluyendo al PC, se demoró en apoyar su candidatura.
¿Mirar solo a la izquierda?
“Nosotros tratamos de hablarle a la izquierda durante la campaña, pero no fuimos capaces de convocar a ese mundo. Eso es algo más estructural”, dice un miembro de la plana mayor del excomando del comunista.
La opinión se ha repetido durante el debate de la colectividad: que los esfuerzos de hacer gestos hacia los sectores de izquierda, como la Lista del Pueblo, no dieron frutos y que no lograron movilizar a ese sector.
Tras la derrota, el viraje estratégico del partido hacia la izquierda ha despertado un debate mayor al interior del PC y rivaliza con quienes buscan privilegiar su actual pacto con el Frente Amplio en Apruebo Dignidad y -más aún- posibilitar un acuerdo incluso con sectores del PS con miras a la segunda vuelta presidencial.
Todo esto, dicen en el PC, ha quedado en evidencia y ha estado cruzado por el debate de la negociación parlamentaria y también en los primeros pasos del programa común con Boric. Sobre lo primero, algunos en el PC han manifestado que la colectividad debe conformar una lista separada del Frente Amplio con sus socios de Chile Digno e, incluso, con algunos representantes de la Lista del Pueblo. Otros, en tanto, han impulsado una lista única con los frenteamplistas. Esa materia, de hecho, ya ha causado fricciones públicas y, dicen en el PC, la mejor representación del dilema se vive en la Convención Constitucional. En esa instancia, los convencionales del PC han privilegiado actuar con sus pares de la Lista del Pueblo, mientras que los del FA han hecho lo mismo con el PS y otros sectores, tensionando a la coalición por completo.
Y en lo que respecta al programa, el propio Jadue ha comenzado a marcar puntos. “Si el programa empieza a no cumplirse espero que en esta oportunidad nosotros tengamos toda la voluntad para decir ‘ya no’”, dijo Jadue en un live la semana pasada, en alusión a la incomodidad que generó en la colectividad el concepto de “realismo sin renuncia” que adoptó el gobierno de la ex Nueva Mayoría. Este es un viejo fantasma que también ha revivido en el PC, ya que -en ese momento- se sofocaron las voces que pretendían una ruptura con el gobierno de Michelle Bachelet.
Tal es la tensión sobre este punto, que algunos en el PC sostienen en privado que no sería “impensable” que la colectividad no firme el programa de Boric si no se incorporan puntos clave.
El factor generacional
La derrota de Jadue también ha atizado una pugna que hace rato está soterrada en las filas comunistas: las diferencias generacionales que coexisten en el partido.
En ese sentido, algunos dirigentes de PC dicen que el próximo elenco parlamentario debería tener mayor presencia de jóvenes y de liderazgos femeninos. No es un misterio que las figuras más populares del PC -como sus exdirigentas estudiantiles Camila Vallejo y Karol Cariola- han debido resignar sus expectativas de conducción partidaria.
La discusión -en todo caso- está lejos de tener un punto final, toda vez que dirigentes como Teillier y el propio Carmona han insistido en la posibilidad de mantenerse en puestos de primera línea y -por ejemplo- buscan presentar candidaturas al Senado.