Construido cerca de un volcán en erupción, fue el proyecto de infraestructura más grande jamás realizado en este país, un coloso de hormigón financiado con efectivo chino y tan importante para Beijing que el líder de China, Xi Jinping, habló en la inauguración de 2016.
Hoy, han surgido miles de grietas en la planta hidroeléctrica Coca Codo Sinclair de US$ 2.700 millones, dijeron ingenieros del gobierno, lo que generó preocupaciones de que la mayor fuente de energía de Ecuador pueda fallar. Al mismo tiempo, las laderas montañosas del río Coca se están erosionando, amenazando con dañar la represa.
“Podríamos perderlo todo”, dijo Fabricio Yépez, ingeniero de la Universidad de San Francisco en Quito, quien ha seguido de cerca los problemas del proyecto. “Y no sabemos si podría ser mañana o dentro de seis meses”.
Es uno de los muchos proyectos financiados por China en todo el mundo plagados de defectos de construcción.
Durante la última década, China entregó un billón de dólares en préstamos internacionales como parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta de Beijing, destinada a desarrollar el comercio económico y expandir la influencia de China en Asia, África y América Latina. Esos préstamos convirtieron a Beijing en el mayor prestamista gubernamental para el mundo en desarrollo, con un total de préstamos casi equivalente al de todos los demás gobiernos combinados, según el Banco Mundial.
Sin embargo, las prácticas crediticias de China han sido criticadas por líderes extranjeros, economistas y otros, quienes dicen que el programa ha contribuido a las crisis de deuda en lugares como Sri Lanka y Zambia, y que muchos países tienen formas limitadas de pagar los préstamos. Algunos proyectos también han sido llamados incongruentes para las necesidades de infraestructura de un país o perjudiciales para el medio ambiente.
Ahora, la construcción de baja calidad en algunos de los proyectos corre el riesgo de paralizar la infraestructura clave y cargar a las naciones con aún más costos en los próximos años mientras intentan remediar los problemas.
“Hoy estamos sufriendo por la mala calidad de los equipos y las piezas” en los proyectos construidos por China, dijo René Ortiz, exministro de Energía de Ecuador y exsecretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
La Embajada de China en Ecuador no respondió a las solicitudes de comentarios sobre el proyecto hidroeléctrico. En una carta reciente publicada en la cuenta de Twitter de la embajada en respuesta a un informe de la Fundación para la Ciudadanía y el Desarrollo, el capítulo local del organismo de control anticorrupción Transparencia Internacional, sobre las prácticas crediticias de China en Ecuador, la embajada dijo que los préstamos y proyectos chinos proporcionaron “beneficios tangibles” a Ecuador en un momento en que el país necesitaba urgentemente financiamiento.
El dinero chino se ha utilizado para construir de todo, desde un puerto en Pakistán hasta carreteras en Etiopía y una línea de transmisión en Brasil.
Las empresas de construcción chinas a menudo ofertan por proyectos gubernamentales o se acercan directamente a los funcionarios locales con proyectos con la promesa de que pueden organizar fácilmente paquetes de financiamiento de bancos y aseguradoras chinos.
Eso, dicen los funcionarios de los países en desarrollo, ha dado una ventaja a las empresas chinas, porque significa que los gobiernos ansiosos por construir una nueva represa o carretera no tienen que conseguir su propio financiamiento. En África, más del 60% de los ingresos que los principales contratistas internacionales recaudaron en 2019 se destinaron a empresas chinas, según un documento de 2021 de la Iniciativa de Investigación China-África de la Universidad Johns Hopkins.
Los críticos dicen que la disponibilidad relativamente fácil de préstamos chinos para la construcción china puede conducir a costos de proyecto inflados porque hay menos presión sobre los gobiernos para minimizar los gastos.
Defectos de construcción
Han salido a la luz defectos en algunos de los proyectos construidos en China.
En Pakistán, los funcionarios cerraron la planta hidroeléctrica Neelum-Jhelum el año pasado luego de detectar grietas en un túnel que transporta agua a través de una montaña para impulsar una turbina.
El jefe del regulador de electricidad del país, Tauseef Farooqui, dijo al Senado de Pakistán en noviembre que le preocupaba que el túnel pudiera colapsar solo cuatro años después de que la planta de 969 megavatios entrara en funcionamiento. Eso sería desastroso para una nación que ha sido golpeada por el aumento de los precios de la energía, señaló Farooqui. El cierre de la planta ya le ha costado a Pakistán alrededor de US$ 44 millones por mes en costos de energía más altos desde julio, según el regulador.
Las centrales hidroeléctricas pueden tener vidas operativas de hasta 100 años, según el Banco Mundial.
La compañía de generación de energía de Uganda dijo que identificó más de 500 defectos de construcción en una planta hidroeléctrica de 183 megavatios construida por China en el río Nilo que ha sufrido frecuentes averías desde que entró en funcionamiento en 2019. China International Water & Electric Corp., que dirigió la construcción de la central hidroeléctrica de Isimba, no logró construir una barrera flotante para proteger la represa de las algas acuáticas y otros desechos, lo que ha provocado turbinas obstruidas y cortes de energía, según Uganda Electricity Generation Co., o UEGC. También ha habido filtraciones en el techo de la sala de máquinas de la planta, donde se encuentran los generadores y las turbinas, dijo UEGC. La construcción de la planta costó US$ 567,7 millones y se financió principalmente a través de un préstamo de US$ 480 millones del Banco de Exportaciones e Importaciones de China.
La finalización de otra planta hidroeléctrica construida en China más abajo del Nilo, el Proyecto Hidroeléctrico Karuma de 600 megavatios, lleva tres años de retraso, una demora que los funcionarios de Uganda han atribuido a varios defectos de construcción, incluidas paredes agrietadas. UEGC también dijo que el contratista chino, Sinohydro Corp., instaló cables, interruptores y un sistema de extinción de incendios defectuosos que necesitan ser reemplazados. A principios de este año, el gobierno tuvo que empezar a devolver los US$ 1.440 millones que pidió prestados al Banco de Exportaciones e Importaciones de China para financiar el proyecto, incluso cuando la planta sigue sin funcionar.
Sinohydro y China International Water no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre los proyectos de Uganda.
En Angola, 10 años después de que los primeros inquilinos se mudaran a Kilamba Kiaxi, un vasto proyecto de vivienda social en las afueras de la capital, Luanda, muchos lugareños se quejan de las paredes agrietadas, los techos mohosos y la mala construcción.
El proyecto, construido por CITIC Group de China, se financió inicialmente a través de una línea de crédito respaldada por petróleo de US$ 2.500 millones del Banco Industrial y Comercial de China que luego fue refinanciada por el Banco de Desarrollo de China, según el Laboratorio de Investigación de Datos de Ayuda de William & Mary.
“Nuestro edificio tiene muchas grietas”, dijo Aida Francisco, quien vive en un departamento de cuatro habitaciones en Kilamba con su esposo y sus tres hijos. Como muchas otras familias de clase media en Kilamba, ella está comprando el departamento a través de un programa de arriendo con opción a compra. La humedad se acumula en las paredes del departamento, lo que genera moho, dijo Francisco, y muchos de los materiales de construcción, incluidas las puertas y las rejas, son de mala calidad.
Cuando se mudó por primera vez a Kilamba en 2016, dijo Francisco, los contratistas chinos aún venían a solucionar los problemas. Pero en los últimos años, muchos edificios, incluido el suyo, se han deteriorado, especialmente porque muchos inquilinos, que son responsables del mantenimiento, perdieron sus trabajos en medio de la crisis económica de Angola.
“Si ves estos edificios, no durarán mucho”, dijo Francisco. “Se están desmoronando poco a poco”.
Una portavoz de CITIC dijo que los problemas de humedad en una pequeña cantidad de unidades en Kilamba se debían a que los inquilinos hicieron renovaciones inadecuadas y que la empresa había completado el mantenimiento requerido.
El gobierno chino no respondió a las solicitudes de comentarios sobre las críticas a la infraestructura construida por China en África y Asia. Un portavoz del Ministerio de Construcción y Obras Públicas de Angola no respondió a las solicitudes de comentarios.
Muchos proyectos chinos satisfacen necesidades reales de desarrollo, especialmente en países que luchan por obtener otro financiamiento para construir la infraestructura necesaria. En la provincia pobre de Jujuy, al norte de Argentina, PowerChina construyó el parque solar Cauchari, el proyecto solar más grande de América del Sur. A más de 3.960 metros sobre el nivel del mar, puede alimentar unos 160.000 hogares, según el gobierno argentino. En Brasil, State Grid de China construyó una de las líneas de transmisión más largas del mundo, conectando la represa de Belo Monte en el noreste con ciudades del sur a unos 2.400 kilómetros de distancia.
Aumento del gasto en Ecuador
En América Latina, Ecuador estuvo a la vanguardia del empuje de Beijing en la región, con Quito accediendo a más préstamos que cualquier otro país, excepto dos naciones mucho más grandes, Venezuela y Brasil, según el Diálogo Interamericano, un think tank.
Después de un incumplimiento de pago de la deuda soberana en 2008, el entonces Presidente Rafael Correa, un izquierdista que durante su mandato de 2007 a 2017 a menudo chocó con Estados Unidos y criticó a los prestamistas multilaterales, recurrió a China para financiar un aumento del gasto público. En total, los bancos chinos prestaron a Ecuador US$ 18.000 millones durante el mandato de Correa.
Los legisladores ecuatorianos, exministros del gobierno y activistas anticorrupción dicen que los préstamos carecieron de transparencia, con contratos otorgados a empresas sin licitaciones públicas, lo que resultó en construcciones de mala calidad, altos costos y sobornos.
En la reciente carta publicada en la cuenta de Twitter de la Embajada de China en Ecuador, se dice que el financiamiento se acordó durante negociaciones amistosas con Ecuador y cumple totalmente con las leyes y regulaciones de ambos países.
Funcionarios gubernamentales actuales y economistas ecuatorianos dijeron que algunos proyectos tenían poco sentido, incluida la expropiación de miles de acres de tierras de cultivo en un valle andino para construir una nueva metrópolis llamada Ciudad Yachay que se suponía convertiría a Ecuador en una potencia tecnológica regional. El Banco de Exportaciones e Importaciones de China otorgó un préstamo de US$ 200 millones para las primeras obras de infraestructura. Hoy, el proyecto ha sido abandonado, con una supercomputadora de US$ 6,3 millones sin usar y que se suponía que sería utilizada por investigadores.
En 2019, la Contraloría General de la República revisó la construcción de 200 escuelas levantadas por chinos, reportando que algunos de los edificios tenían problemas con sus cimientos y otros tenían aulas con pisos inclinados y cables expuestos. Cincuenta y siete de las escuelas terminaron tarde, dijo la oficina del contralor general.
“Correa gastó en muchos proyectos que no eran adecuados”, afirmó Vicente Albornoz, economista de la Universidad de Las Américas en Quito. “Y China estaba financiando los gastos de Correa (en los proyectos)”.
Correa dijo en una entrevista que el dinero impulsó el desarrollo de Ecuador con nuevas carreteras, hospitales y escuelas. Cuatro proyectos hidroeléctricos construidos en China proporcionaron energía limpia y redujeron la dependencia de los combustibles fósiles importados. Los proyectos chinos también mejoraron una red eléctrica que alguna vez fue poco confiable y que provocó apagones regulares en Quito. Hoy, el 90% de la electricidad de Ecuador proviene de la energía hidroeléctrica, en comparación con el 55% en 2007, según la empresa estatal.
“La relación de China con Ecuador fue un ejemplo en América Latina”, dijo Correa. “Hicimos cosas que cambiaron la historia del país”.
El expresidente, condenado en 2020 por cargos de corrupción en un caso de pagos a su partido a cambio de contratos públicos, se encuentra exiliado en Bélgica. Él niega haber actuado mal.
El proyecto más ambicioso de China en Ecuador fue Coca Codo Sinclair, que los ingenieros ecuatorianos estudiaron por primera vez para el río Coca en la década de 1970. En aquel entonces, lo consideraron una empresa arriesgada debido a su alto costo y ubicación cerca de un volcán activo.
Pero Ecuador quería que la represa mejorara una red eléctrica que sufría apagones regularmente y dependía de costosas importaciones de energía. Hoy, suministra alrededor de un tercio de la electricidad de Ecuador.
Durante el mandato de Correa, el Banco de Desarrollo de China acordó financiar el 85% del costo inicial de Coca Codo Sinclair, con una tasa de interés del 6,9%. Sinohydro hizo la construcción y trajo cientos de trabajadores chinos para construir la planta de energía entre 2010 y 2016.
El Banco de Desarrollo de China y Sinohydro no respondieron a las solicitudes de comentarios.
En septiembre, los fiscales registraron la oficina de Sinohydro por acusaciones de que pagó sobornos a personas cercanas al vicepresidente de Correa, Lenín Moreno, cuando se adjudicó el contrato a la firma china. Nadie ha sido acusado en esa investigación en curso. Moreno, quien luego se desempeñó como presidente de 2017 a 2021, ha negado públicamente haber actuado mal.
Mayor capacidad
Algunos ingenieros cuestionaron el proyecto desde el principio, diciendo que los estudios ambientales estaban desactualizados. La capacidad de 1.500 megavatios de la planta era mucho mayor que la capacidad prevista originalmente de unos 1.000 megavatios, lo que aumentaba los costos y creaba más capacidad de la que el río podría generar, según exfuncionarios de energía e investigadores del Congreso. En 2014, 13 empleados chinos y ecuatorianos murieron aplastados en un accidente de construcción.
Desde la apertura en 2016, los funcionarios de la empresa estatal de electricidad han encontrado más de 17.000 grietas en las ocho turbinas de la planta de energía, según la empresa estatal. Culpa de las fisuras al acero defectuoso importado de China. En 2021, la empresa de servicios públicos llevó a Sinohydro a un arbitraje internacional en Chile, que está en curso, sobre demandas para reparar el daño.
“Ninguna grieta es aceptable”, dijo la empresa de servicios públicos en respuesta a las preguntas de The Wall Street Journal. “Podrían hacer que el equipo pierda su integridad estructural y se derrumbe”.
El gobierno del Presidente Guillermo Lasso se ha negado a asumir oficialmente la gestión de la planta de manos de Sinohydro, como estaba previsto al finalizar la construcción, hasta que se reparen las grietas. Numerosos intentos de arreglar las grietas han fallado, dijeron funcionarios de servicios públicos.
“Sobre mi cadáver aceptaré esta planta mal construida”, dijo el ministro de Energía, Fernando Santos, a los medios locales en noviembre.
En San Luis, locales como Adriana Carranza consiguieron trabajos con Sinohydro, que la contrató para cocinar para los trabajadores chinos. Los días de 14 horas eran largos y su jefe chino no hablaba español. Pero el trabajo le permitió ahorrar lo suficiente para construir una casa para su familia, dijo. En casa, todavía cocina pollo agridulce y otros platos chinos.
Pero en 2020, las laderas del río Coca comenzaron a derrumbarse, creando estruendosos choques y sacudiendo el suelo como un terremoto. La erosión destruyó la cascada más grande de Ecuador. Sacó un tramo de una carretera clave y un oleoducto. La Casa Rosada, un burdel en San Luis que los lugareños dicen que era popular entre los trabajadores chinos y ecuatorianos, se derrumbó en el río. Carranza señaló que la casa de un vecino cayó por el precipicio.
Temiendo por la seguridad de su familia en su propia casa, Carranza huyó de San Luis en marzo, rescatando todo lo que pudo de su casa, tomando ventanas, puertas e incluso el techo. “Me deprimí profundamente, no podía levantarme de la cama”, afirmó Carranza. “Lo hemos perdido todo”.
La empresa estatal de servicios públicos de Ecuador dijo que la erosión es un fenómeno natural en un área propensa a los desastres naturales. Algunos geólogos están de acuerdo, pero otros culpan a Coca Codo Sinclair, diciendo que sus estructuras de concreto interrumpieron tanto el flujo natural del río y la acumulación de sedimentos que el agua en rápido movimiento comenzó a cortar las orillas del río a medida que desciende de los Andes en su camino hacia la selva amazónica.
“La erosión es un proceso que normalmente ocurriría durante miles o millones de años, pero la represa lo ha acelerado en apenas cinco años”, dijo Carolina Bernal, geóloga de la Escuela Politécnica Nacional, una universidad pública en Quito.
Ecuador ha intentado sin éxito detener la erosión a medida que el río se acerca a Coca Codo Sinclair, incluso colocando contenedores en el agua para reducir la corriente. Fueron rápidamente arrasados.
Bernal dijo que el gobierno probablemente necesitará reubicar una parte clave de la planta, la toma de agua del proyecto, lo que costaría millones de dólares, antes de que la estructura sea destruida por la erosión.
Nancy Chicaiza, residente de San Luis, tiene pocas esperanzas de que sobreviva su pueblo, que alguna vez estuvo repleto de trabajadores chinos que compraban bebidas y bocadillos en su bodega. Ahora espera que la erosión eventualmente acabe con todo San Luis.
“Inicialmente, la Coca Codo se consideraba realmente buena”, dijo Chicaiza. “Nadie pensó que nos enfrentaríamos a estas consecuencias”.