A lo largo de su brillante carrera, el economista italiano-estadounidense Luigi Zingales ha integrado el consejo de administración de varias empresas y fue miembro del Consejo de Asesores Económicos del expresidente George W. Bush, pero su principal notoriedad la ha alcanzado en el ámbito académico. Profesor titular de la Universidad de Chicago, es autor de dos libros que han animado el debate en torno a los vicios, virtudes y amenazas al capitalismo, como “Saving Capitalism from the Capitalists”, de 2003, y “A Capitalism for the People”, de 2012.
Zingales es, además, un entusiasta orador y promotor del debate económico, y eso queda claro con su podcast “Capitalisn’t”, que coconduce desde el año 2018 y donde, junto a la periodista Bethany McLean, entrevista y anima discusiones con otros académicos y autores. Como puede deducirse de su ingenioso título “Capitalisn’t” es, en su propia definición, un podcast sobre lo que el capitalismo es y sobre lo que no es.
Conversamos con él sobre el impacto, las amenazas y los potenciales cambios de paradigmas que la revolución tecnológica, particularmente la de la inteligencia artificial, pueden significar para el modelo económico imperante y, lo más importante, para las personas.
“Creo que es sólo otro paso y que toda tecnología trae beneficios enormes. He jugado un poco con Chat GPT y he visto cuán conveniente es para una serie de asuntos, pero eso también traerá una reubicación de la fuerza laboral en nuevos trabajos, lo que siempre es de alguna forma disruptivo. Y el gran riesgo es que, si no manejas la tecnología bien, puedes tener una concentración aún más fuerte de poderes en pocas manos. Creo que el riesgo de que haya una concentración en una empresa, en un país, es muy serio. Entonces creo que debería hacerse un gran esfuerzo para que el campo de juego se nivele, para que el sector sea más competitivo, a favor de todos, en mi opinión”.
Otro gran cambio que hemos vivido, especialmente durante y después de la pandemia, fue el cambio en el panorama del trabajo, con el teletrabajo y la modalidad híbrida. Hay quienes han planteado que enfrentaremos un panorama en el que tendremos más tiempo libre y necesitaremos dinero para gastarlo en ese tiempo, para mantener la economía activa, lo que justificaría un ingreso básico universal. ¿Cuál es su posición en eso?
Bueno, primero de todo, Keynes predijo que hoy estaríamos trabajando la mitad del tiempo que estamos trabajando. Y su predicción no era errónea en el sentido de que la tecnología no nos permitiera hacerlo. Su predicción era errónea sobre nuestras preferencias, porque al final del día podríamos haber vivido con lo que produjimos 50 años atrás trabajando la mitad del tiempo; de hecho, podríamos producir aún más con la mitad del tiempo, pero elegimos no hacerlo. Y esto es importante, porque por un lado está la elasticidad del ingreso, que es importante, pero también está el hecho de que para muchos de nosotros el trabajo no es sólo una fuente de ingresos. Uno de los problemas que suceden cuando las personas se jubilan temprano es que están increíblemente insatisfechas y quieren hacer algo, y en parte lo hacen a través de trabajo voluntario, etcétera. Pero creo que el trabajo no es sólo una fuente de ingresos. Así que creo que el primer asunto es: no creas que vas a sustituir todo el trabajo sólo con el ingreso universal básico, porque te vas a perder algo importante. Lo segundo es que, al menos hoy, creemos que los trabajos desaparecerán, pero si vives en Estados Unidos, son los trabajadores los que están en alta demanda. Así que no es en el sentido inverso aún. El proceso tomará tiempo, en mi opinión. Lo que podría pasar más rápido de lo que esperamos es un cambio en el tipo de trabajo. Particularmente, creo que la inteligencia artificial eliminará un montón de trabajo de nivel bajo dentro del trabajo de nivel alto. En los trabajos intelectuales, pero no en los más creativos. ¿Quiero crear un logo ordinario o algo así? Creo que Chat GPT lo hace mejor que la mayoría de los diseñadores. ¿Quiero hacer la cosa súper extra súper? Siempre habrá una cosa súper extra, pero, ya sabes, son pocos. Y tienes a un montón de gente educada que fue a la escuela, que se gana razonablemente la vida haciendo esto, y de repente podrían estar perdiendo un montón de su capital humano, se encontrarán más marginalizados. Y, en mi opinión, esto es realmente el pan y la mantequilla de cada revolución. Las revoluciones nunca las hacen los más pobres, en particular porque no tienen los recursos para siquiera enfocarse en eso. Las revoluciones siempre han sido lideradas o empezadas por gente educada que está desencantada o frustrada con la situación actual. Y veo esto como el escenario más probable avanzando en el tiempo, especialmente si son personas en sus 40 y 50 o incluso a fines de sus 30, que ven al mundo colapsar frente a sus ojos. Habrá un montón de descontento.
Y, en ese sentido, ¿dónde ve el desencantamiento más grande o potencialmente más revolucionario hoy?
Creo que es una combinación de este grupo de personas y un montón de graduados en temas menos técnicos que han gastado mucho tiempo y dinero para obtener una educación, con la promesa de que esto los llevará a una vida mejor; y esta promesa no se materializará. Y creo que la parte en la que estoy particularmente perturbado es que, en parte, nosotros, las universidades, somos responsables de eso. Somos responsables porque no somos muy honestos, en el sentido de que deberíamos decirle a la gente que si quieres hacer un doctorado en ingeniería, tu doctorado te va a retribuir lo invertido. Pero si quieres hacer un doctorado en estudios de género, tu doctorado, económicamente, no te va a retribuir. Ahora, si quieres hacerlo porque te gusta el tema, soy la última persona que te dirá que no. Pero si asumes una gran deuda porque alguien te dice que el valor del doctorado no tiene precio y, por cierto, te doy un préstamo (y ni siquiera me tengo que preocupar si entras en default o no, porque en los Estados Unidos, al menos, el gobierno te obliga a pagar incluso si estás en bancarrota). Así que no puedes ignorar ese préstamo, puedo ir por ti en cualquier situación, así que no tengo ningún incentivo de darte un consejo y decir, ¿sabes?, en lugar de hacer este grado, ¿puedes hacer algo más obvio? Y lo que lo hace incluso peor es, si vienes de una familia rica y haces un doctorado en estudios de género, o algo así, pero luego haces un grado en leyes, igual todavía vas a ganar un buen salario. Pero tienes que ser bastante rico. Si fuiste a la universidad pagando por tus estudios, tienes un montón de deuda en tus espaldas. Entonces, este grupo de personas estará cada vez más insatisfecha y formará una coalición con las personas que han sido descartadas, o cuyas habilidades han sido descartadas por la tecnología. Y creo que se quejarán.
¿Y a dónde nos lleva todo esto?
Bueno, de nuevo, lo hemos visto en la historia. Probablemente lo has oído, los Luditas, una revolución que tuvo lugar en Inglaterra a principios de la Primera Revolución Industrial, cuando muchos artistas vieron sus habilidades anuladas y desplazadas con nuevas máquinas. Ahora, en ese tiempo, esto se reprimió con sangre. Fue realmente terrible y es una mancha de sangre en la historia del progreso. Mi esperanza es que ahora somos mejores que eso, somos más democráticos y, es de esperar que seamos capaces de manejar estas transiciones de una manera más suave. Ahora, la evidencia reciente sugiere que lo hemos hecho terriblemente. Una de mis preguntas favoritas en el podcast cuando entrevisto a gente, especialmente a quienes tenían un papel en la política a principios de los años 2000, es si hubieran sabido entonces lo que saben ahora sobre el China Shock (el impacto de la entrada de China en el comercio mundial), ¿qué habrían hecho de diferente? Y muy pocas personas dan una respuesta muy convincente, pero una, de David Arthur, del MIT, fue que probablemente habría hecho que el proceso fuera más lento. Es algo que no es típico de muchos economistas, pero creo que es la respuesta correcta. No consideramos suficientemente en la economía los costes de transición. El hecho de que eventualmente estemos mejor y nuestros hijos y nuestros bisnietos estén mejor es genial, pero hay un poco de descuento que hacer si muchas personas han sido masacradas en el camino. Tal vez se pueda alcanzar un nivel similar a través de un camino un poco mejor. Incluso si nos quedamos un poco más atrás, pero el camino es menos traumático, creo que es un buen negocio.